Hay tres cosas importantes que necesitas saber de mi antes de leer.
La primera: Estoy obsesionada con One Direction. Me paso la mitad del día cantando sus canciones y la otra llorando por su regreso.
La segunda: No tengo ni idea de a donde me llev...
"Todo está cambiando, y no querré volver a ser de la manera que era. Buscaré quien soy de ahora en adelante y eso será suficiente. Será suficiente." Miss Movin On - Fifth Harmony.
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Debo escribir una plana de al menos ochenta mil palabras que diga:
"No subestimes a tus ex"
Para justamente dejar de hacerlo.
Creer que Fernando Alta Vista dejaría las cosas así de fáciles como yo lo hice, fue estúpido porque el tipo es de los que piensa que ni Dios puede tocarlo; seguro que Dios no sabe ni quien es.
Ni siquiera me respondió el mensaje en donde le informaba que se terminó. Probablemente —y digo probablemente porque sé que de improbable tiene nada—, debí comportarme como un humano responsable, y finalizar las cosas de frente; pero es que la sola idea de tener que ir a verlo para ello me causaba gastritis, además, me dejó en leído y listo, no obtuve una respuesta, alguna llamada, ni siquiera un sticker, así que creí que sería todo.
Pero como consecuencia de mis gustos humildes en los chicos, estoy intentando no volvérmelo a encontrar después de la escenita que quiso montar en la cafetería. Es inútil, estoy consciente, pero al menos hasta que se le ocurra volver a acercarse —porque lo hará—, seguiré actuando como si no recordara su existencia.
Me parece un plan sólido e inteligente.
Finalmente el plan se va a la mierda antes del quinto período después de la clase de química, cuando me intercepta en el puto casillero.
Bajé la guardia y ahora tengo que lidiar con él por segunda vez en el día. Jesucristo, el tipo en serio no se rinde.
Eso de que "La tercera es la vencida" no me la creo, si con la primera no entendió, le haré comprender que conmigo la segunda es mil veces peor para que rece porque no exista el número tres en mi vocabulario.
¡Pfff! Como si no hablaran ya lo suficiente de mí.
A cómo al tipo le dé por ponerse a llorar para parecer más creíble, pondré en práctica el arte del dobles de brazos y se los voy a jodidos dislocar.
—Lottie... ¡Coño! Hazme caso de una buena vez.
Resoplo y cierro la puertecita más fuerte de lo que pretendía, causándole un salto, entierro los libros que saqué en mi pecho e intento enmascarar que no estoy a dos de escupirle.
Probablemente si no se hubiera empeñado en montar su obra en el descanso, estaría dándole lo que tanto quiere.
Que las personas piensen que me han botado por primera vez en mi vida no me afecta como seguro piensan, y hubiese sido considerada con él por eso del tiempo y las mierdas que pasamos.
