𝑺𝒆𝒏𝒕𝒊𝒎𝒊𝒆𝒏𝒕𝒐𝒔 ||𝐃𝐞𝐚𝐯𝐲||

² « 𝑪𝒐𝒏𝒇𝒖𝒔𝒊𝒐́𝒏. »

|| ⚠︎ ᴀᴅᴠᴇʀᴛᴇɴᴄɪᴀ ⚠︎ ||

ᴇʟ sɪɢᴜɪᴇɴᴛᴇ ғɪᴄ ᴄᴏɴᴛɪᴇɴᴇ ᴇsᴄᴇɴᴀs ᴅᴇ ʀᴇʟᴀᴄɪᴏɴᴇs ɪɴᴄᴇsᴛᴜᴏsᴀs, ᴘᴀʟᴀʙʀᴀs ᴠᴜʟɢᴀʀᴇs ᴇ ᴏʙᴄᴇɴᴀs ǫᴜᴇ ᴘᴏᴅʀɪ́ᴀɴ ʜᴇʀɪʀ ʟᴀ sᴇɴsɪʙɪʟɪᴅᴀᴅ ᴅᴇʟ ʟᴇᴄᴛᴏʀ.

sᴇ ʀᴇᴄᴏᴍɪᴇɴᴅᴀ ᴅɪsᴄʀᴇᴄɪᴏ́ɴ...

.
.
.
.

༺ღ༒ ᝯׁ֒ᨵׁׅׅ݊ꪀܻ⨍υׁׅׅ꯱ꪱׁׁׁׅׅׅᨵׁׅׅ́݊ꪀ.༒ღ༻

  

Confusión; Sentimiento que todo ser humano experimenta a lo largo de su trayecto de vida al no entender algo con la claridad que quisieran.

[.........]

  
— ¿Por qué tardaste tanto enano? — Preguntó Dee con fastidio. — Liff y yo llevamos esperándote desde hace un rato.

— Oh, si disculpa por es— Espera. — Ladeo su cabeza en señal de clara confusión. — ¿Liff y tú?

El rubió asintió e la chica como por arte de magia apareció trás el la azabache de ojos color rubíes con una sonrisa de oreja a oreja.

— ¡Hey Heavy!

— H-hola Liff... — Respondió rascando su cuello un poco  incómodo por el echo de que la chica les acompañara.

— ¿Qué tal estubo tu día? — Preguntó ella enérgicamente.

— Bien, creó...

Murmullo no muy seguro de sus propias palabras pero lo suficientemente bajo para que ni ella ni su hermano le escucharán lo último.

No era por despreciar a la peli negra, pero es que últimamente Dee insistía de una manera estúpida de llevar a la femenina asta la puerta de su casa como si ella no pudiera hacerlo por su cuenta que necesitaba un “caballero” rubiecito que le escoltara asta la puerta de su casa en por desgracia al su hermano hacer eso le incluía a el.

Si, la chica era cool, no lo hiba a negar, tampoco negaría que le caí bien pero últimamente no se a sentido del todo bien dentro de sus sentimientos.

Era confuso.

Realmente estaba cansado de la dura semana que tuvo en la escuela y le agradecía a todos los dioses que por fin se hubiera terminado esa semana, pues hoy era viernes.

Tendría sábado y domingo para holgazánear a su entero antojó, y si bien le daba ganas haría su tarea.

No sabía ni cómo ni cuando los tres ya se encontraban frente a la casa de la chica, que se despedía enérgicamente de ambos con su sonrisa mostrando sus relucientes caninos.

— ¡Nos vemos en la noche Dee!

E con esas palabras la femenina se adentró a su casa dejándole confundido.

¿En la noche? ¿Qué había en la noche para que ella y Dee se vieran? Frunció el ceño un poco molesto y nisiquiera sabía el por qué de su molestia, bueno, más bien estaba confundido, si, esa era el sentimiento correcto.