Capítulo 3

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Fernando acudió al liceo cómo todos los días. Bueno, quizás eso sería decir demasiado considerando que tenía a un demonio flotando sobre él que lo seguía a todos lados.

—Hace muchísimo tiempo que no voy al colegio.

—¿Acaso alguna vez fuiste a alguno? —la interrogó Fernando tratando de aguantar la risa.

—¡Por supuesto que sí! Antes de ser un demonio errante hice muchas cosas —le comentó ella con su sonrisa sensual.

Noix, el demonio que había invocado. Resulta ser que la página en cuestión no era para conceder deseos, sino más bien para invocar un "algo" que te ayudaría a concretar lo solicitado. De ese extraño sitio web, el círculo de invocación, los elementos referidos a Gabriela y el ruego de Fernando surgió el demonio de piel morena, ojos rojos idénticos a rubíes, figura exuberante, cabello largo de color celeste claro y por supuesto con dos cuernos sobre su cabeza.

Después de que el ser salió de su círculo se presentó. Noix, ese era su nombre, el demonio perfecto para la solicitud requerida. Fernando no lograba conversar con ella, porque aún estaba demasiado impresionado porque la magia fuese real. La chica entonces lo tomó de la mano, lo acostó en su cama, le cerró los ojos con sus manos, susurró palabras que Fernando no entendió y se quedó dormido al instante. Despertó cuando sonó la alarma para encaminarse al liceo.

—Deberías levantarte porque vamos a llegar tarde —comentó Noix flotando sobre su cabeza y Fernando casi se muere del susto de verla ahí.

—¡Mierda! —la señaló con la mano— ¿Qué estás haciendo ahí arriba?

—Esas no son maneras de hablarle a una chica tan linda como yo en la mañana. —Se acercó hasta estar frente a frente del joven y le dio un cariñoso golpe en la frente con sus dos dedos—. Es hora de levantarnos.

Fernando tragó saliva mirando al demonio flotando sobre su cabeza. Después se percató de un detalle no observado la noche anterior.

—¿Es necesario que estés sin ropa? —le preguntó con timidez y algo de culpa. El cabello celeste y larguísimo de Noix cubría parte de sus pechos pero todo su cuerpo quedaba a su vista... Era un ser demasiado atrayente y comenzaba a tener problemas para sostenerle la mirada. La chica flotante estalló en carcajadas tapándose el estomago con las manos.

—Ganaste un punto con esta petición —le contestó mientras se paraba en el suelo y le revolvía los cajones —generalmente mis amos siempre me piden estar desnuda.

Llegó hasta el establecimiento educativo con Noix flotando a sus espaldas. La chica escogió una polera blanca bastante ancha de Fernando que le cubría el cuerpo hasta llegar a la mitad del muslo. El joven no quiso decirle que con ese atuendo lucía aún más provocadora que antes, pero suponía que sería costumbre. Era tan seductora tan solo flotando con ese atuendo que a veces le costaba seguir el ritmo de la conversación.

La cual le explicó que podían interactuar entre ellos porque su magia ocultaría sus conversaciones. El joven aún seguía bastante shockeado por lo sucedido así que se dignó a devolver monosílabos mientras el demonio de cabello azul le comentaba sobre ciertas reglas acerca de su deseo.

—Noix... la verdad necesito algo de tiempo para pensar. —Mientras el joven hablaba el demonio sonreía. Se sentía abrumado, asustado e incluso barajando la idea de que estaba por perder la razón. ¿Acaso de verdad estoy hablando con un demonio? ¿No debería estar buscando cita urgente con alguna clase de psiquiátrico? ¿terminaré acaso en un manicomio? Esos eran los desastrosos pensamientos que inundaban la mente del joven.

—No pasa nada Fernando. En el mundo moderno actual es frecuente ver que ustedes realizan el ritual esperando que nada pase.

—¿Acaso sabías que yo dudaría?

Las cosas que ella decíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora