~One Shots Giyushino~

Police man >:)

Mi momento ha llegado :v....*música épica de fondo*

-Sueltame por favor soy inocente!!!- gritaba desesperada siendo llevada al carro de policía-

-Si claro, todas dicen lo mismo. Le sugiero que no hable Señorita Kocho. Todo lo que diga puede ser usado en su contra-

La noticia del reciente encarcelamiento de la prestigiosa doctora Shinobu Kocho se expandió como pan caliente. Se le acusaba de tráfico de droga usando su puesto en el Hospital Kimestu para dicha acción.

-Le digo que yo no lo hice, fue ese maldito de Douma que me dijo que el cargamento traía medicinas para los niños que estábamos esperando hace días-

-Pero usted fue responsable de la traslación de la sustancia de un lugar a otro no es así?-

-Si oficial, pero no sabía que eran drogas. Por favor tiene que creerme-

-Sabe que creo? Que usted está culpando al señor Douma sin prueba alguna. Es mejor que diga la verdad si no quiere que su condena aumente-

-Pero le estoy diciendo la verdad!!!- da un golpe en la mesa-

-Cuando se calme y decida no mentir más, busqueme y hablamos- se va-

Sus intentos fueron en vano. En unas semanas se celebró su juicio y como era de esperarse no se pudo comprobar su inocencia. Fue condenada a 27 años de cárcel. Tanto ella como sus hermanas Kanae y Kanao creían en ella y hacían hasta lo imposible para conseguir pruebas contra Douma. Algo que era inútil ya que ese maldito lo había planeado todo bien.

Pero ese no era su único problema ya que por más absurdo que parezca (y sí que parece absurdo :v) ella era la única mujer en la prisión. Debía lidiar con los incontables acosos, las miradas lascivas, los piropos y comentarios obscenos hacia su persona, e incluso intentos de violacion de los que se había salvado por pura suerte.

Debía mantener los ojos abiertos y las piernas cerradas.

La mayoría de los trabajos que le mandaban eran en la lavandería lavando toallas, uniformes de presos y de policías y siempre era vigilada por un guardia, algo que le parecía innecesario ya que no tenía la intención de escaparse.

-Oye ya terminé!!! Llevame a mi celda!!!- gritó desde dentro de la lavandería golpeando la puerta con sus manos esposadas-

La puerta se abrió dejando ver a un guardia pero ella se sorprendió. No era el guardia que la había traído esa mañana. Estaba vestido como un General, con uniforme lleno de insignias y una especie de ¿boina? Parecía unos 2 o 3 años mayor que ella.

Su piel era pálida, su cabello negro, largo y lo traía recogido en una coleta, su marcado cuerpo podía notarse por lo ajustada de su ropa.
Pero sin dudas lo que más la excitó hasta el punto de provocarle palpitaciones en su zona íntima fueron aquellos ojos azules que pareciera que le veían el alma, y su mirada fría que la hizo temblar.

-Espera. Tu no eres el guardia de esta mañana. Donde está?- busca con la mirada a su alrededor-

-Soy el Coronel Giyuu Tomioka. Eres una criminal peligrosa por lo que me encomendaron vigilarte-

-Oh claro- rodó los ojos- Cumplo condena por algo que no hice y encima soy "peligrosa"- hace gesto de comillas con sus dedos cuando dijo esa última palabra-

-Como sea. A tu celda!- demanda y ella comienza a caminar seguida por él-

De camino a la celda la mirada del joven no pudo evitar posarse en el trasero de ella. Tenía caderas y un culo muy apetecible que se movía sensualmente al caminar. Se relamió los labios por pensar esas cosas. Si lo descubrían cogiéndose a una criminal sería el fin de su carrera.