Capitulo 5

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Una oportunidad para hablarle y también para conseguir un juguete nuevo.



Bosque cercano al distrito rojo.


                         DOUMA


Tan terco y desesperado como siempre, sin ningún remordimiento Akaza volvió a interrumpir lo que tenía que decir... De todas formas, todavía no encontraba las palabras adecuadas para responderle.

Lo había estado mirando por varios días seguidos, y anteriormente para ser sinceros lo molestaba a propósito, cada vez que se me daba la ocasión para fastidiarlo, lo hacía. Es evidente que por eso me odia... Nunca tuve la oportunidad de hablarle como yo quería, porque el muy odioso siempre se iba en cuanto escuchaba mi voz... Pero ahora que puedo volver a tomar esa oportunidad entre mis manos no la dejaré ir.

Desde que estuve observandolo, hasta que me iba de vuelta a mi templo, reflexione lo suficiente como para darme cuenta de que lo único que estoy buscando justo ahora, es un entretenimiento. El aburrimiento de escuchar problemas de personas ilusas finalmente me estaba pasando factura. Quería algo con lo cual poder jugar y entretenerme aún más que en el templo. Lo que pasó el primer día que lo ví solo fue algo sin importancia, no tengo sentimientos, no hay explicaciones para ese acontecimiento, así que decidí olvidar lo de mi corazón y la extraña nevada.

No voy a desperdiciar a este juguete por nada del mundo, lo que quiere decir que tendré que esforzarme para que deje de odiarme y tal vez así, consiga algo mucho mejor que un entretenimiento...

Sonreí para mis adentros pensando en las cosas que podria optener de ese amargado, sabía que el no era tan tonto, así que solo me quedaba ser más inteligente que el para poder persuadirlo de mis verdaderas intenciones... Tal vez pueda terminar devorándolo a él también... Y no me refiero a la misma forma en la que lo hice con Kotoha... Si no a una mucho mejor.

Apartando los pocos nervios anteriores seguí sonriéndole y me le acerque esperando quizás recibir otro de sus golpes —¿Y que si estoy acosandote? ¿Sigues odiandome lo suficiente como para aborrecer que siquiera te mire?

—No es solo eso... ¡Pareces un maldito pervertido haciéndolo! Pero ese no es el punto... Responde a la pregunta si no quieres que está vez te vuele esa horrenda sonrisa de la cara— Dijo aquel demonio apretando los dientes y los nudillos con más fuerza.

—La respuesta es simple querido Akaza, no me quería perder el poder contemplar a la luna más de cerca... Aunque eso no importa mucho, si quieres golpearme hazlo. ¡Ven, apunta justo aquí!— me le acerque aun más, está vez hacia su rostro mientras le señalaba mis labios para ver si los golpeaba de verdad.

—Desgraciado... ¿Que quieres decir con observar la luna de cerca? Tks- ¡Y ya deja de acercarte tanto!

—Cielos ¿Tambien tengo que explicarte eso? ¿Ya no puedes razonar por ti mismo o es que yo te pongo nervioso?
... Estás a una buena distancia para darme un buen golpe y aún así estás dejando que me acerque, lo que me da a entender que no me odias del todo.

Si, a veces soy masoquista, no lo niego y cuando los golpes vienen de akaza es todavía mejor... Lo que trato de hacer ahora es confundirlo un poco para luego atraparlo, es tan sencillo como lo que hago con las mujeres a las que me he comido. Primero voy a hacerlo enojar, cosa que ya estoy logrando. Luego lo confundire portandome algo coqueto para que baje la guardia, y cuando menos se lo espere voy a atacar.

¡Ojalá logre mi objetivo para deleitarme haciendo que este demonio caiga en mi juego!

—No quieras verme la cara de idiota Douma, deja de provocarme de una buena vez y responde lo que te estoy preguntado... Jamás podría ponerme nervioso delante de alguien como tú, solo quiero que dejes de desviar el tema antes de tener que golpearte— protestó el pelirosa aún enojado, pero dudando también de aquella situación.

Aquella noche invernal dónde te viDonde viven las historias. Descúbrelo ahora