Cuantas vidas tendrán que pasar para que Gojo Satoru se recomponga del hecho de haberla perdido, de tener nada entre sus manos para poder ayudarla como correspondía, hizo todo lo que estuvo a su alcance pero ella simplemente se perdió internamente y...
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-Interesante -Dijo Gojo mientras observaba a la chica, ella había aprendido bastante rápido la forma en la que Gojo le había explicado cómo mantener su energía hasta un límite- Ahora necesito que te concentres, porque vas a liberar todo el almacenamiento.
-Probablemente me vuelva a desmayar -Dijo la muchacha poniéndose de pie-
-Bueno para eso estoy yo aquí, yo te agarro, no te preocupes por eso -Satoru le sonrió de forma coqueta y ella esquivo la mirada. Cerró los ojos ya que no quería hacerlo con los ojos abiertos y menos ante la mirada fija del albino. Inhalo aire y al exhalar, la energía maldita almacenada se liberó. Satoru la sentía perfectamente, después de una hora ya la reconocía, todavía le seguía sorprendiendo la cantidad de energía que la chica podía liberar. De pronto Satoru comenzó a sentir el incremento de volumen, la chica permanecía en silencio y aún con los ojos cerrados.
-Ok, fue suficiente -dijo Satoru, pero la chica ni siquiera pareció escucharlo- ya puedes parar.
Sin embargo, la chica no escuchaba nada de lo que le decían alrededor, sus oídos los sentía tapados y su cabeza comenzó a palpitar. Un hilo de sangre empezó a salir por su nariz por lo que Satoru inmediatamente se puso de pie para acercarse a la chica y tomarla por los hombros, pero esta cayó de boca hacía su pecho por lo que inmediatamente tuvo que contenerla de la cintura para evitar que cayera al suelo, se había desmayado. Gojo la tomó con cuidado para sentarla en una silla en la que anteriormente ya había estado. Su cabeza colgaba de lado, Satoru tomó un algodón con alcohol desde el botiquín para intentar hacer que la chica reaccionara, pero no funcionó por lo que con el mismo algodón decidió limpiar los restos de sangre que habían corrido hasta el labio superior de la muchacha. Tragó saliva al darse cuenta de que al verla dormida le pareció tierna, pero sobre todo, atractiva. Se puso de pie en seguida, será mejor llevarla a la enfermería, pero cuando la elevó entre sus brazos ella reaccionó y abrió los ojos elevando un poco la cabeza topándose directamente con los azules ojos de su compañero que la observaban, se dio cuenta de que Satoru la tenía en brazos en donde una mano la pasaba justo por debajo de sus rodillas y la otra la sostenía desde la cintura por lo que inmediatamente se soltó del agarre colocando ambos pies en el suelo de un solo brinco.
- ¿Estás bien? -Preguntó Satoru-
-Si, me siento mucho mejor que el desmayo anterior -Su rostro estaba un poco enrojecido, pero lo ignoró inmediatamente limpiándose con la manga de su uniforme algunos restos que quedaba en su boca con sangre- Lo único que puedo mencionar es que antes de que me desmayara sentí un clic en el pecho, como si algo se hubiera activado, luego no recuerdo nada más.
- ¿Sentiste algo antes de eso? -El chico estaba de brazos cruzados-
-La sangre subió a mi cabeza, eso sólo pasa cuando estoy muy enojada -Satoru ladeó su cabeza, ya había descubierto algo. La energía maldita proviene de las emociones negativas generadas en el ser humano, ellos como hechiceros pueden controlar esas emociones y poder usarlas a voluntad por lo que le pasaba a ella se debía sólo a una razón.
