Cuantas vidas tendrán que pasar para que Gojo Satoru se recomponga del hecho de haberla perdido, de tener nada entre sus manos para poder ayudarla como correspondía, hizo todo lo que estuvo a su alcance pero ella simplemente se perdió internamente y...
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-Bienvenidos... -Habló la maldición con una sonrisa- ¿Qué los trae por aquí? -Preguntó-
- ¿Por qué demonios puede hablar? -Preguntó Haibara-
-Porque es especial, pueden pensar y razonar de forma inteligente, eso también incluye el poder hablar en algunos casos -le respondió Nanami-
-Detesto a los hechiceros... -mencionó la maldición cambiando su semblante a uno sombrío. ___________ se adelantó colocándose al frente de sus compañeros de primer año, debía protegerlos. La maldición esparció por el suelo humo negro alcanzándolos con facilidad a los tres, era alguna especie de gas porque Haibara comenzó a toser por lo que la muchacha lo disipó creando una especie de burbuja alrededor de ellos para no ser alcanzados por el gas tóxico. La maldición sonrió y se teletransportó detrás de Nanami, sin embargo, el joven fue más rápido y esquivó el ataque sacando inmediatamente su arma que traía guardada en aquel bolso que siempre portaba cortando una extremidad de la maldición. Grave error, ya que esta pareció enfurecer aún más abalanzándose a gran velocidad hacia el estudiante, sin embargo, la chica dejó caer sobre esta un halo de fuego quemándolo y haciéndolo retroceder. El brazo cortado de la maldición goteaba sangre, sin embargo, lo regeneró de inmediato.
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-No responde -Dijo Gojo observando su teléfono- la voy a llamar.
-Satoru, deben estar en la misión -Dijo Suguru mientras observaba a su amigo que comenzaba a marcar el número telefónico de la muchacha-
-Está apagado -Marcó nuevamente para corroborar que realmente estaba sin servicio- ¡Está apagado!
-Quizás se hartó de que la estemos molestando -comentó Geto, pero al igual que el peliblanco estaba sintiendo un mal presentimiento, simplemente no quería colocar más nervioso al albino-
-Ella nunca apaga el teléfono por más cabreada que esté de nosotros -guardó su teléfono y se dispuso a ir a la oficina de Masamichi Yaga, Suguru lo siguió de cerca pensando en que le dirían al profesor, o más bien que le diría el albino. La oficina estaba abierta dejando ver al sensei en su escritorio que inmediatamente levantó la cabeza de su lugar al ver como los dos jóvenes entraban sin permiso al salón-
- ¿Qué ocurre? -Preguntó el mayor-
- ¿Dónde es la misión de __________? -Preguntó Gojo-
-Sabes perfectamente que eso es confidencial -El profesor no le quitó la vista de encima-
-Algo está mal... -comentó Suguru- ella no responde hace varias horas y mantiene el teléfono apagado.
-Ella nunca apaga su teléfono -agregó Satoru, el profesor suspiro dejando la pluma que tenía en su mano sobre el escritorio-
-Quizás lo apagó, la misión es importante y complicada, no necesita distracciones -Mencionó el profesor manteniendo la calma-
-Es que usted no la conoce -dijo Gojo- por más importante que sea la misión, nunca apaga el teléfono.
