El corral - Parte 3

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Caminaba con mucha cautela por el pasillo para no ser vista, "Al fondo estan las escaleras de servicio" le había dicho el abuelo Madara, pero llevaba ya un buen tramo y todavía no llegaba al final del pasillo, el lugar era enorme, lado a lado del pasillo había más habitaciones como en la que la había metido el depravado de Deidara, tan solo de pensar en todas las atrocidades del que ese lugar parecía ser testigo se le erizaba la piel a la pelirrosa, al llegar al fondo del pasillo Sakura se encontró con una fila de hombres y mujeres encadenados unos a otros de los tobillos, todas las mujeres llevaban un vestido de tirantes negro con una tela bastante vaporosa que no dejaba nada a la imaginación y los hombres solo llevaban un boxer negro, justo detrás de ellos parecía estar la puerta de servicio pues era la única que no tenía un número marcado en dorado e incluyo el picaporte se veía diferente, Sakura quedó impactada al encontrarse con esas personas pues apesar de que se veían aterrados ninguno de ellos hacía el mínimo esfuerzo por escapar, todos llevaban un collar metálico que cubría su glandula Omega, una muñequera a juego y la mirada perdida.

Sakura miró a ambos lados antes de acercase más a las personas y le habló a la última mujer de la fila.

- Oye, ¿Por qué no tratan de escapar? - le preguntó a la hermosa rubia de dos coletas bajas, la chica no parecía tener más de 17 años.

- Ya estan aqui, ellos siempre estan aqui y todo esto no es real nada es real, tal vez ya estamos muertos, si eso debe ser no se puede despertar, ¿Estoy despierta? - murmuró erraticamente la chica con sus ojos verdes tintinantes de miedo.

La pelirrosa no tuvo más duda, esas personas estaban muy mal y no podía ni imaginarse qué les tuvieron que haber hecho para que estuvieran en ese estado. Escuchó pasos acercandose al lugar y no le quedó de otra que esconderse metiendose rápidamente en la habitación de servicio, ya había caido en cuenta que no podía ayudar a esas personas y que lo único que podía hacer era tratar de salir para denunciar ese asqueroso lugar, dejó la puerta entrecerrada pues en su opinión era importante identificar a las personas que trabajaban ahi, asi podría denunciarlos y buscar que fueran encarcelados

- Zetsu, ¿Estos son los últimos para hoy? - preguntó uno de los hombres que había llegado al lugar mirando a los temblorosos Omegas.

- Asi es señor, el resto ya estan en las jaulas - respondió un hombre palido de ojos oliva mientras sacaba de su bolsillo una especie de control remoto y presionaba un botón, en ese momento los brazaletes y collares de los Omega empezaron a parpadear y todos voltearon al frente.

El hombre azabache se colocó frente a los Omega mientras sus ojos se tornaban color carmin y todos quedaban al instante en una especie de trance, Sakura colocó sus manos en su boca para evitar que el sonido de sorpresa escapara de su garganta, ella ya había visto esos ojos, lo que el les estaba haciendo ella lo había vivido cuando Sasuke le mostró lo ocurrido en el Santuario, ese hombre era otro Uchiha.

- Siganme - ordenó el de ojos oliva a los Omegas en quienes la mirada perdida y el miedo había desaparecido de sus rostros, estos sin chistar emprendieron su camino y siguieron a Zetsu.

El azabache se quedó estático y por un segundo Sakura temió que la hubiese descubierto pues notó que el hombre había volteado por un momento de reojo hacía la puerta de servicio. La pelirrosa estaba petrificada, practicamente sin respirar comenzó a retroceder lentamente.

- Señor, ¿Todo en orden? - pregutó Zetsu respetuosamente al Uchiha.

El azabache levantó la mirada y miró serio al hombre que le hablaba - Si - respondió escuetamente y caminó para alcanzar al grupo.

Sakura sintió que su alma volvía a su cuerpo cuando ellos se alejaron, parecía que solo había estado en su imaginación que aquel hombre se hubiese percatado de ella, la paranoia de encontrarse en un lugar como ese ya la estaba afectando. Se adentró en la habitación en la que ademas de haber artículos de limpieza no pudo evitar notar en el piso rastros de sangre seca, al fondo de la pequeña habitación había otra puerta y al abrirla se encontró con la dichosa escalera de servicio, esta parecía practicamente en obra negra, todo era solamente de concreto y el piso de cemento pulido similar al primer calabozo en el que estuvo, empezó a subir las escaleras y llegó a otra puerta similar a la anterior, al parecer las escaleras eran una especie de caracol que conectaba con todas la puerta de servico de cada nivel, se disponía a subir un nivel más pero escuchó los pasos de alguien bajando las escaleras, tenía dos opciones entrar en la puerta que tenía frente a ella o ir en el mismo sentido de la persona que venía bajando y rezarle a todos los Dioses para que este se quedara en un piso determinado y no lograra encontrarse con ella, escuchó los pasos más cercanos y su instinto le indicó que la segunda opción era la más segura pues solo Dios sabe que encontraría tras la puerta que tenía frente a ella.

Mi complemento - SasusakuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora