I wanna be Yours (Taekook)

1.

Era mediados de abril, la brisa de aquel frío invierno recorrían mis brazos desnudos mientras observaba la ventana, solo en un punto fijo mientras mi mente se perdía en esos vagos recuerdos en un día de marzo donde quede destruido emocionalmente sin ganas de querer a alguien más en mi vida, sin ganas de volver a sentir esa ilusión de que alguien se quedara en mi vida, simplemente quería y deseaba estar solo.

Solté un suspiro mientras pasaba mis manos por mis brazos dando calor a estas, mis pies se movieron por puro instinto claramente mi cuerpo ya no soportaba que este pensando tanto en dicho suceso, por algún motivo extraño sabía que todo estaría bien en algunos días, así mismo resignado tomé aquella mochila que estaba en dicha silla para poder ir a clases, supuestamente estábamos a inicios del semestre de la universidad pero se sentía como si fueran finales.

"Es tu estado emocional"

Sí, claro que lo era, por ello al bajar las escaleras escuche a mi madre gritar para que ya fuera a clases, que linda. Al acercarme a la cocina pude mirarla y sonreír, para darle un pequeño beso en sus mejillas.

— Llegaré un poco tarde, quiero comprar algunos libros que están en promoción — dije mientras me alejaba de ella directo a la puerta de salida de dicha casa.

—Jungkook, no llegues tarde — dijo.

Simplemente alce una mano para poder despedirme de ella, sabía que se preocupaba por mi, simplemente es la mejor mamá del mundo, ¿quién diría que ella estuvo en todo el proceso de duelo de mi anterior pareja? Al salir de casa el frío golpeó mi cara, e incluso mi cuerpo tembló porque necesitaba calor, tome mi mochila para buscar aquella chamarra que tenía guardada, me la coloqué, luego mi madre se enoja porque no me abrigo.

Comencé mi caminata de todos los días, de mi casa a la universidad y de la universidad a mi casa, aunque un par de veces mis amigos me invitaban a tomar un café, siempre era bueno tomar un café. Busque entre mis bolsillos del pantalón??, sabía que faltaba algo y ese algo era aquellos audífonos blancos que siempre me acompañan en todo mi recorrido a la universidad, cuando mis dedos tocaron aquel cable, no dude en sacarlos, conectandolos al movil que tenia en mano y así poder colocarlos en mis oídos, en unos segundos la música estaba sonando, incluso levantaba el volumen para no escuchar el ruido de la ciudad, no movía mi cabeza ni mucho menos bailaba físicamente, pero mentalmente estaba en un concierto de Arctic Monkeys, por ser pobre, no podía pagarme la cuenta de Spotify, estaba de más.

"Eres pobre por que no ahorras"

Unas cuadras más y ya estaba en dicha universidad, ingresando como se debe, la primera clase del día, Literatura, que genial, tal vez vería a mis amigos que recién deciden incorporarse, que lindo y suerte de su parte que la universidad les da prácticamente una semana más de relajo para que puedan estudiar, pero las personas con responsabilidades– como yo– teníamos que estar desde el primer dia para no perdernos la presentación de algunos profesores que incluso ya se conocían por que los contratan para otros cursos que eran similares a los cursos básicos que enseñan desde el primer momento.

Mientras caminaba pude ver que la universidad había aumentado más de personas, Dios libre a todos de este nuevo semestre, y Dios libre a los que están en el último, por suerte mía tenía unos semestres más para terminar la universidad. Caminaba sin preocupación alguna que incluso al tomar el ascensor a mi piso correspondiente pude sentir mi corazón emocionarse, algo pasaba, tal vez el hecho de que vería a ese grupo de amigos o algo más emocionante.

Camine hasta el salón de clases, alce la vista para buscar a ese grupo de amigos que siempre tenía, pude observar aquella cabellera rubia.

— ¡Jungkook! — escuche el llamado de mi nombre con aquella voz que jamás olvidaría, claro que era él, era mi mejor amigo.

Jimin, alzó la mano como si no me diera cuenta que ya sabía donde estaba, era tan energético que incluso aquel llamado hizo que lo escuchara por encima de la música de mis audífonos. Con pasos seguros camine hasta donde estaban, viendo así a Hoseok, y así mismo dos asientos vacíos.

— ¿Me extrañaron?— dije, con una sonrisa pequeña.

El rubio asintió, mientras me daba aquel apretón de mano, y así dirigir mi atención al pelinegro, repitiendo la acción. Quité aquellos audífonos, para así sentarme en aquel asiento vacío.

— Dios, un semestre más. — estiré mis piernas mientras colocaba mis manos en la mesa. — Hoseok, ¿estarás en todos los cursos con nosotros?--- pregunté, mientras observaba de reojo a Jimin.

Sabía perfectamente que ambos se gustaban pero ni uno daba el siguiente como para que puedan confesarse.

— Es secreto. — murmuró, con una sonrisa.

Alce la vista por la puerta viendo si el profesor llegaba y así poder iniciar aquellas clases programadas, tenía una vaga idea de que haríamos grupos de dos por la presentación de la anterior semana. Hasta que alguien más interesante había ingresado al salón, sin mochila, traía dos botellas de agua para así acercarse a donde estaba.

— La próxima, tu vas a comprarlos, Park. — dijo aquel chico cuya identidad estaba en el anonimato, por el momento.

El cabello desordenado y ondulado era la prueba más grande del mundo cuando irritas a alguien, y más si no durmió las suficientes horas necesarias para realizar un pedido. Este camino hasta el asiento vacío sentándose en esta, ahora mi atención se posó en él.

— Jeon Jungkook. — dijo Hoseok, apuntando y lanzando una mirada al rubio.

— Y el es, Kim Taehyung. — finalizó mi mejor amigo. — lo conocimos en el trabajo de las vacaciones, y curiosamente, estudia literatura con nosotros.

"Taehyung", el nombre del chico cuya identidad estaba guardada bajo siete llaves hace unos minutos atrás, estire mi mano para que lo estrechara.

— Dime, Jungkook. – dije con una sonrisa.

— Taehyung. — dijo, sin más para tomar mi mano y estrecharla.

Y sin más, el ruido de la puerta cerrarse hizo que todos levantamos la mirada y así mismo aquel apretón desapareciera junto con esta para sentarnos de manera correcta. El profesor había llegado, y yo tenía un pequeño comezón en la palma, que no sabia que significaba.