No importa por donde lo mirabas, era un amor diferente, algo anormal y repugnante según la sociedad.
Pero ¿Qué parte de él era repugnante? La respuesta es fácil, nada, a pesar de ser un tritón físicamente o un macho por no tener esas escamas coloridas de las hembras que utilizan para llamar la atención o unos senos enormes.
Sus lindas escamas verdes tornasol tan delicadas y discretas que combinan a la perfección con su cabello alborotado y sus preciosos ojos que podían ser comparados fácilmente con una piedra preciosa. Como si fuera poco, esas bellas pequitas que decoran sus mejillas, solo lo provocaban que quisiera morderlas todo el tiempo.
Bakugo era un pescador, jamás pensó que se encontraría con un tritón, casi siempre se sentía vigilado sin saber que su acosador era un ser del mar. Un día cuando casi iba a ser visto, se movió Izuku a toda velocidad y cayó en una red de langosta que puso el mismo rubio, al mirarlo no iba a negar que terminó en estado de shock, se supone que los tritones y las sirenas solo eran una leyenda y ahora tiene uno atrapado en su red ¡EN SU RED!
Al mirar su carita de miedo, no puedo evitar sentirse mal y a pesar del terror que tenía Izuku (y él también aunque nunca lo admitiría) pudo convencerlo para que lo ayudara a desenredar.
Cuando terminaron, se observaron un par de minutos en silencio, cuando Izuku sintió una leve vibración se lanzó de vuelta al agua.
Después de ese día, Katsuki encontró pequeños regalos, diferentes conchas, peses coloridos e incluso sus redes estaban saturadas de cangrejos y langostas, en su interior, sabía que eran parte de ese tritón.
Una noche Katsuki se sentó en el muelle, seguro de si mismo se retiró su calzado y los introdujo a la fría y oscura agua. Observaba la luna llena, cuando de la nada sintió algo debajo de sus pies, incluso se quedó firme en sus plantas. Bajo la mirada con lentitud para toparse de nuevo con el cabello revoltoso del peliverde. Saco su cabeza hasta la puente de su nariz, pero sus iris brillan de un verde fluorescente, tan aterrador y bello a la vez.
—Mi acosador con escamas, nunca pensé que te mostrarias a mí de manera voluntaria. — Se hundió un poco más —¡Espera! — Al alzar su voz, el tritón se estremeció un poco — no voy hacerte daño ¿De acuerdo? — Le estiró la mano dándole confianza, cuando en realidad el estaba más en peligro, pues podía ser jalado hasta las profundidades del mar.
Izuku toma la mano, saca del agua su rostro por completo para mirar que definitivamente las manos de ambos son iguales. Con curiosidad de dirigió a sus pies, frunció su ceño extrañado eran como unas manos aplastadas según su concepto y con eso se podía poner de pie los humanos. Continúo subiendo a su piernas, dónde las toco y deslizaba las manos bajo la atenta mirada de Katsuki.Bakugo lo entiende, sus piernas es algo diferente a su cola y por eso observa a detalle, pero el tritón no es el único curioso, acaricia la fría mejilla de Izuku, su piel es algo babosa pero suave.
—Eres muy lindo para ser una criatura del mar.Izuku se recarga en la madera del muelle y sale más, pegando su frente con el de Bakugo. El rubio sus asustó por el movimiento brusco, pero no sé movió ni un milímetro. Entonces el pecoso sonrió, froto su mejilla con la del humano dejando ese líquido baboso.
Katsuki cerro fuertemente los ojos, esa sensación fría y viscosa le da algo de asquito, pero soporto, pues el empezó con el contacto. Cuando se alejo, abrió de inmediato lo ojos, encontrando un hilito aún uniendo ambas pieles.
—¿terminaste?La voz de su madre gritando su nombre, provocó que asustará al tritón y regresará de inmediato al agua. Katsuki solo sonrió, ese pequeño secreto lo llenaba de dicha, tenía cerca de su muelle un acosador marino, un bello tritón.
Para él ese era un bonito primer acercamiento.~Naty Bemon 🫀
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Acosador Marino [Shortfic]
FanfictionBakugo Katsuki, un pescador se encuentra con un bello tritón enredado en sus redes y sin darse cuenta conviven lo suficiente para tomarle cariño. Izuku, un tritón Omega abandonado, solo busca la fertilidad del alfa para crear su propia manada. ¿Qu...