𝗖𝗔𝗣Í𝗧𝗨𝗟𝗢 𝗨𝗡𝗢

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ᴋʏᴏᴛᴏ, ᴊᴀᴘÓɴ - ᴏᴄᴛᴜʙʀᴇ

ʟᴇɴᴛᴀᴍᴇɴᴛᴇ ᴍᴇ QᴜɪᴛÉ de encima un brazo que me tenía prisionera contra un cuerpo caliente. Con suavidad me deslicé fuera de la cama, tratando de no despertar a la persona a mi lado. Sentí el frío piso bajo mis pies y me acerqué a la cocina. Llevaba meses sin despertarme a media noche, hasta había dejado las pastillas para dormir.      

Todo estaba muy silencioso, Shimogyō-ku era una zona bastante tranquila. Me di cuenta que habíamos dejado la ventana abierta. La luz de la luna entraba en pequeños rayos, iluminando la oscura habitación. Me quedé ahí, con un nudo en el estómago, esperando que la tristeza me derribara como lo había hecho desde que huí de Londres.

Noches como esta me traía demasiados buenos recuerdos y nunca sabía cómo manejarlos, así que las evitaba, pero la  pena nunca llegó. Al contrario, de pie frente a la ventana y con la luna de testigo me di cuenta que ya casi no era capaz de escuchar los ecos susurrados de mi corazón. Podía volver a disfrutar el pacifico silencio nocturno.

La mayoría de veces evitaba pensar en lo que dejé atrás, pero cuando lo hacía ya casi no dolía. Lo había aceptado.

Las primeras noches como esta, sobre todo cuando Rosé decidió quedarse en Londres y me encontré sola, lloraba por dentro y sentía como el corazón se me rompía en millones de pedazos, pero sobrevivía. Apenas. Todavía lo hacía.

Por eso creí que esa noche sería igual, pero no. Podía respirar correctamente. Todavía tenía cosas que sanar y mucho por aprender. Pero supongo que ya no era una chica triste y rota. Poco a poco iba retomando mi vida.

Estaba en camino con mi resiliencia.

El tiempo estaba siendo bueno para mí.

Aunque estaba mejor emocionalmente, seguía teniendo miedo de que el trabajo que estaba haciendo no fuera suficiente ya que últimamente estaba pensando mucho en Ethan. Yo... seguía extrañándolo y me encontraba deseando que todo hubiera sido diferente entre nosotros. Si hubiéramos seguido juntos, tal vez sería feliz.

A pesar de que Rosé se había encargado de hacerme saber que él estaba viendo a alguien, yo sabía que podía volver a él. 

Siempre.

Ethan estaba a un mensaje de distancia.

No lo haría, por supuesto.

Al menos no todavía.     

Mi corazón se estrujó un poco, pero solo un poco.

Ethan y yo habíamos estado teniendo conversaciones triviales. En realidad, se encargaba de enviarme muchos memes y siempre lograba sacarme una sonrisa. Me hacía sentir que podíamos arreglarlo todo. Así que sí, sabía que me estaba esperando sin importar que ahora hubiera alguien en su vida.

Una parte de mí creía que lo estaba haciendo esperar para hacerlo sentir un poco de lo que era perder a la persona que amaba.

Ese pensamiento me preocupaba. Si estaba haciendo eso es que seguía realmente jodida.

Pero no sabía que me estaba tomando tanto tiempo ni porqué dudaba en tomar mi maldito celular y enviar ese mensaje.

Y así como Ethan, de la forma equivocada, quiso cuidarme al terminar nuestra relación, yo también quería cuidarlo.

Volvería a Ethan cuando estuviera lista para darme una nueva oportunidad.

Un suave beso rozó la parte desnuda de mi hombro.

—Vuelve a la cama —susurró en mi oído el chico a mi espalda. 

Suspirando, alejé la mirada de la luna y me  volví hacía él. Me encontré con unos cálidos ojos oscuros. Había algo tan sensual en él que con solo una mirada me hizo babear.

ᴇᴄᴏꜱ ᴅᴇ ʟᴀꜱ ꜱᴇᴄᴜᴇʟᴀꜱ || #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora