𝗖𝗔𝗣Í𝗧𝗨𝗟𝗢 𝗧𝗥𝗘𝗦

2.5K 187 53
                                    

ʟᴏɴᴅʀᴇꜱ, ɪɴɢʟᴀᴛᴇʀʀᴀ

ɢʀᴀᴄɪᴀ ᴘᴏʀ ᴇʟ ʜᴏᴛᴇʟ. No era necesario, pero gracias.

Kenyu me había reservado una suit en el Four Seassons en Park Lane para que no me preocupara por esas "pequeñeces" cuando en realidad era él quien estaba más preocupado por mí. Al último minuto dudó en acompañarme. Podía decir lo que quisiera, pero definitivamente había algo entre nosotros que ninguno de los dos buscó y no lo quería aceptar, en el fondo yo tampoco, porque cambiaría nuestra dinámica.

Sin etiqueta. Sin compromiso. Sin corazones rotos.

Funcionaba para nosotros.

No había palabras para describir como me sentía de estar de nuevo en Londres, pero saber que podía regresar en cualquier momento a Tokyo y que él me estuviera esperando aplacaba un poco mis nervios.

No le dije a Fiore que llegaría tan rápido así que nadie fue a buscarme al aeropuerto. Quería que mi estancia fuera lo más impersonal y rápida posible. Ya sé, mi madre seguía hospitalizada y esa debería ser mi única preocupación, pero no dejaba de sentirme fuera de lugar. Además, odiaba la forma en la que me obligaba a regresar.

Era una mala hija.

Ni siquiera debería estarme preocupando por eso, pero no había palabras para describir como me sentía al caminar por las calles de mi ciudad. Constantemente miraba sobre mi hombro sintiéndome observada, pero, era Londres, nadie nunca lo hacía y es algo que solía amar.

Hice todo lo posible para retardar el momento de llegar al hospital. Cuando llegué al hotel me di una larga ducha, me tarde al rededor de una hora en vestirme y al final decidí caminar hasta un café, tomarme mi tiempo en beberlo, pero al final había llegado demasiado pronto al lugar de mis pesadillas.

Casi todo lo malo que me había sucedido fue en un hospital.

Mi pulso estaba acelerado y mi corazón golpeaba en mi pecho descontrolado. Casi sentía que se me iba a salir del cuerpo. Respiré profundo una, dos, hasta tres veces obligando a mi cabeza a calmarse.

La anticipación de lo que sería el reencuentro con mi familia estaba amenazando con aniquilar mi renovaba tranquilidad. No sé por qué tenía la sensación de que mi presencia solo empeoraría todo. Quiero decir, ninguna de mis hermanas llamó o envío un mensaje avisándome y era porque mamá no me quería aquí. Lo sabía.

Entonces no entendía por qué me estaba haciendo esto. ¿Por qué tenía que ser yo la que la que ofrecía una rama de olivo?

Bueno, sí lo entendía y era lo que me hacía sentir mal.

Puedo hacer esto. Me aseguraría que ella este bien y seguir adelante.

—Supongo que tenías razón y tengo una puta conmoción cerebral —dijo sorprendido un chico a mi lado.

Me estremecí bajo el sonido de esa voz. Casi dejé de respirar y por un momento pensé que la había escuchado solo en mi cabeza. Me giré rápidamente, buscando al dueño y sí, había alguien viéndome como si yo fuera un fantasma.

Creyendo que esto solo era mi imaginación, parpadeé una, dos, tres veces y miré más de cerca solo para comprobar que no estaba loca, pero ahí estaba... Ethan.

Me quedé observándolo sorprendida. No estaba lista para encontrarme con él, pero mis dudas se esfumaron y mi corazón se detuvo al ver su estado.

Su cabello revuelto, un parche blanco a un lado de su cabeza, un golpe demasiado rojo cerca de su ojo izquierdo, hematomas y abrasiones en los brazos. Lo más notorio era su ropa estaba prácticamente inservible.

ᴇᴄᴏꜱ ᴅᴇ ʟᴀꜱ ꜱᴇᴄᴜᴇʟᴀꜱ || #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora