Capítulo 3

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- Jóvenes, está es la cuarta vez en dos semanas que vienen a la dirección- expresó la directora.

Zandra y yo intercambiamos miradas, si salíamos vivas de esta dejaría de llamar vieja tutankamona a la directora y me convertiría en la presidenta del consejo estudiantil, sería un ejemplo a seguir por todos los jóvenes retoños que apenas iniciaban su vida en tan ilustre institución.

Estábamos esperando a que se dictara sentencia y aunque esta vez no habíamos hecho nada  teníamos antecedentes relacionados con el disturbio al orden público y delincuencia, muchos puntos en nuestra contra, así que lo más probable es que en esta ocasión se nos pasará factura de todo lo dicho con antelación.

- Señorita Wilsber, puede retirarse, su expediente está limpio- continuó- espero que lo de hoy no se vuelva a repetir. Usted es una alumna ejemplar.

Me quedé fría, ahora toda la culpa caería sobre mí, intenté buscar a Zandra con la mirada y rogarle que no me dejara, pero la muy traidora sólo vocaliza "suerte". Que grandes amigos tenía.

Nueva nota mental. Cuando salga de esta oficina voy a comenzar una investigación a profundidad de todos y cada unos de mis allegados. Hoy se ha cometido un crimen sin precedentes, esto ha sido considerado un ataque a la corona, y soberana traición no quedará impune.

- Joven Prirynson- mencionó la mujer frente a mi.

- ¿Si?

- ¿Usted sabe por qué la dejó aquí sola?- preguntó.

Sinceramente no tenía ni remota idea de lo que planeaba hacer, pero ya estaba preparada, la semana pasada había hecho mi testamento, donde todas mis cosas eran donadas a la caridad y mi perro sería regalado a la calle, para ver si se le quitaban esos aires de grandeza que tiene. Aunque ahora estaba preocupada, a Zandra le había dejado mis mangas y figuras de acción, pero después de su ataque no se merece nada de lo que tengo.

- No, si le soy sincera, no tengo ni idea de lo que quiere- aclaré con toda transparencia.

La directora me observó y sus labios se curvaron en una sonrisa algo grotesca, se podría decir que hasta diabólica.

- Como ya ha podido apreciar en innumerables ocasiones, usted no es de mi agrado- nada que no supiera media escuela- lo que más deseo en este mundo es librarme de su existencia, pero lamentablemente no se me es posible debido a su excelente desempeño académico.

No sabía si sentirme orgullosa, nerviosa u ofendida, así que como nunca se me había dado bien escoger pues, a lo "Fleur". Ahora era una ofendida orgullosa que estaba nerviosa, hasta rima.

- Por esta vez tendrá una amonestación, pero puede estar segura que la próxima no seré tan benevolente- anunció pasándome una hoja que se suponía que debía de firmar.

La firme y ella la guardó en un folder que tenía mi nombre, es cosa tenía tantas páginas que me atrevería a pensar que contenía hasta los secretos más oscuros de mis vidas pasadas.

- Gracias por su agradable trato, la próxima vez que me llame a su presencia intentaré no venir con las manos vacías- me incliné y retrocedí lentamente hasta la puerta- ahora si me disculpa tengo clases a las asistir, que tenga un horroroso resto de día.

Por supuesto lo último lo dije fuera de la oficina, no era tan idiota como para atentar contra mi propia vida, ¿o si? Qué más daba ya estaba afuera y nada de lo que había prometido allí dentro sería cumplido, ¿que es eso de ser un ejemplo a seguir? A mi no me seguía ni mi perro cuando lo llamaba para que comiera.

Ahora si me disculpan tengo una venganza que llevar a cabo para salvar al mundo de la injusticia y la maldad, porque yo soy Sailor Moon y los castigaré en el nombre de la Luna.

Seguí mi día tranquilamente y claro estaba de que no asistí a ninguna de las clases de la mañana, se me había quitado todo el ánimo. Por lo que me puse a deambular por todo el colegio mientras comía lo primero que me encontrara en las máquinas dispensadoras o lo que las tías de la cocina me regalaba, amaba a esas señoras, era lo único bueno que tenía esta escuela.

Me senté debajo de uno de los enormes árboles que se encontraban en el patio y mientras escuchaba algo de música me puse a leer un manga donde la venganza y el amor se tomaban de las manos y caminaban juntos por el sendero de la riqueza, "La emperatriz divorciada" que mujer para ser hermosa y tener tanto poder en sus manos como inteligencia en su cerebro, Navier era mi modelo a seguir excepto por los tacones y los vestidos largos, ahí no llegaba, mi tamaño me lo impedía y mis deseos por estar siempre cómoda también.

Así pasaron las horas, entre risas, sonrojos, porque si, cuando leía este tipo de cosas me sonrojaba, y de vez en cuando alguna que otra maldición a el ex-marido de mi reina. Daba gracias al cielo que a Stefanie se le hubiera ocurrido recomendarme ese cómic.

Estúpida EnanaWhere stories live. Discover now