Que lindo que fue, quien diría que un solo mensaje podría calmar los pensamientos de alguien perdido, de la misma manera en que una canción acuna a un bebé tu solo mensaje hizo que mi mente y mi corazón tomaran el ritmo de una vieja melodía, una que llena de vida esta mañana.
Nunca he sido un gran planificador, siempre me ha gustado lo espontáneo, lo único, lo que no se puede prever, algo no escrito. Aun así yo haría esta noche, una noche perfecta, había planificado hasta el más mínimo detalle como: las luces, el lugar, la comida, hasta incluso como ira a verte. Mi mente no dejaba de imaginar todo lo que sucedería, cada segundo, cada movimiento, todo lo pude ver, en cierto punto pude sentirme como una nube, una que se integraba y se unía a esta gran nube de tu querer.
La noche llegó y con mi traje café y esos botines negros que un día le pertenecieron a mi padre, me dirige a tu casa, nunca podre olvidar la primera vez que vi tu casa, una inmensa estructura color sarcoline, con unas manillas color café que resaltaban y hacía relucir de elegancia, cada ventana mostraba una gran hilera de flores rojas, "Que casa tan espléndida" logre pronunciar, como si de un paraíso se tratase, la luminosidad que brotaba parecía casi celestial.
Puedo recordar con claridad ese timbre dorado que adornaba tu puerta, mientras me acercaba mis piernas no dejaban de temblar, mis manos sudaban de tal forma que era incontrolable, aun con los brazos temblando subí mi brazo y con me arme de valor y toqué aquel timbre, el sonido que este produjo fue comparable al canto de las sirenas que marineros dicen escuchar, un sonido agudo, suave que llenaba el corazón y lo moldeaba. Tan pronto como el cantar ceso, logre percibir tu inconmensurable aura, cada pisada era tan nítida, cada paso que escuchaba hacia retumbar mi ser, mi corazón y mi cuerpo no dejaban de temblar, empecé a sentir el cuerpo entumecido, al momento de que tu abriste la puerta, todo esto paro de repente, como un rayo que restableció mi ser.
Cuando te vi, pude ver tu gran luz, mi alma volvía con sus colores, tu sola presencia iluminaba las aceras, y las calles, con tu vestido color durazno, nos dirigimos a mi carro, mientras te subías a mi carro, un carro muy antiguo pero que lograba ser acogedor para nosotros, nuestro viaje fue muy peculiar, tus palabras eran más gloriosas que cualquier sinfonía, ni la más gloriosa pieza, lograba igualarte, con tus palabras el camino fue corto, tal ves muy corto.
Al llegar pudimos contemplar porque ese nombre tan peculiar "el parque de los sueños", aquel lugar era una valle, un espacio lleno de luz con una peculiar niebla que rodeaba cada rincón de ese lugar, sus arboles brillaban de un manera mágica, el camino era claro y luminoso, aun con tanta belleza ese lugar no podía compararse contigo, tus pasos alejaban la niebla y dejabas un rastro de luz a tu caminar, los arboles brillaban más fuerte cuando estabas cerca, ningún lugar por el que pasases perdía tu luz.
Luego de un par de minutos llegamos a una vieja cabaña, con una luz violeta muy peculiar, al entrar el sitio pudimos notar que era cálido y acogedor, se podía notar una mesa iluminada a la distancia, al llegar pudimos ver una zona hermosa, todo era perfecto.
La cena transcurrió de lo más normal, cada cosa seguía un rumbo, la única que tenia su propia partitura eras tu, no importaba cuánto lo intentara tu siempre serás alguien única, cada momento contigo era precioso, con tu bella voz y tu gran sentido de humor.
Acaba la noche decidí que era un gran momento para pedirte que seas mi novia, todo paso tan lento mis movimientos, los tuyos, pude sentir el vibrar de mis cuerdas vocales al proponértelo, con detalle logre apreciar tu cara, pude ver como tus ojos se iluminaron, al momento de terminar de hablar todo volvió pero algo cambió, pude oír tus latidos uno tan fuertes que retumbaban, las cosas pasaron tan rápido al momento de acercarme a ti, con ojos llorosos me abrazaste y me besaste, ese fue el minuto más largo de mi vida.
Con sorpresa logre oír que decías que aceptabas, que estarías conmigo, en ese momento mi corazón no dejaba de latir y de esa manera tu y yo nos fuimos como personas renovadas de aquel lugar que guardaba los sueños de ambos.
ESTÁS LEYENDO
Las ataduras de un corazón joven
RomanceLa vida de un joven, tomara un cambio drástico al conocer a "su chica perfecta" durante esta travesía, el se dará cuenta de todo lo que eso conlleva, de esa manera experimentando la realidad del amor.