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Después de casi seis horas inconsciente, Toni comenzaba a volver en sí. Sentía una extraña confusión mientras observaba el enjambre de cables y tubos en los que estaba envuelto.

—¿Qué es esto? ¿Dónde estoy? —Se preguntó Toni, tratando de asimilar su entorno.

Por un instante la tormenta en su cabeza y el tiempo se detuvieron. Una sensación de paz y tranquilidad le invadió, como cuando su madre le cantaba en noches de tormenta para ayudarle a dormir. Contemplaba ante sí la silueta de un hombre moreno, alto y con buena planta, de ojos negros y rostro preocupado, que parecía joven. Tardó unos segundos en entender que era médico, no sabía por qué le hablaba a él ni lo que le decía.

—Puig... accidente... está bien... —era lo poco que alcanzaba a entender Toni de lo que decía Gabriel mientras le atacaba los ojos con una linterna.

—Clara, avisa a la familia, y diles que el señor Puig las recibirá en breve.

—Enseguida doctor. —Respondió presta la jefa de enfermeras.





Clara nació, hace unos cincuenta años, en una pequeña población cercana a la capital de la soleada provincia de Málaga. Con su cabello oscuro y algunas canas elegantes, tiene una mirada firme y llena de energía. Una energía que se traducía en una mujer parlanchina y dicharachera, la sala se llenaba de alegría cuando ella entraba y hasta los corazones más tristes sonreían al escuchar su voz. Su presencia provocaba una sensación de confort y confianza a su alrededor.

Clara se trasladó a Barcelona junto con su esposo, quien trabaja ahora como conductor, cuando ella consiguió su anhelada plaza en el Hospital Clínic. Él había trabajado desde muy joven en la obra hasta que un desafortunado accidente le incapacitó durante una temporada para llevar a cabo trabajo físico. Ya en Barcelona, desempeñó diferentes actividades en una cadena de supermercados, en la que llegó a ser supervisor y gerente de tienda. Con los años, las secuelas de su accidente y el avance de la edad lo hicieron retirarse, y con sus ahorros emprendió un negocio de transporte privado de pasajeros de lujo. Negocio que hasta la fecha mantenía en activo.

Su matrimonio es una historia de apoyo mutuo y dedicación. Aunque su esposo tiene su propio trabajo, siempre ha estado allí para apoyarla en su carrera profesional y en todas las decisiones importantes de su vida. Es una madre amorosa y una esposa dedicada. Aunque su trabajo exige mucho de su tiempo y energía, siempre encuentra la manera de equilibrar su vida personal y profesional.

Con una larga trayectoria en el hospital, Clara ha dedicado su vida al cuidado de los demás. Comenzó su carrera como enfermera en Málaga, pero el deseo de crecer profesionalmente la llevó a Barcelona. Desde entonces, ha trabajado ardua e incansablemente en la unidad de urgencias, ganándose el respeto de todos sus colegas y superiores.

A pesar de su papel de autoridad, Clara es una persona amable y cercana. Se preocupa profundamente por sus compañeros de trabajo, incluido Gabriel, con quien ha establecido una relación especial, unidos por su origen andaluz, a lo largo de los años. La confianza y el respeto mutuo han forjado un lazo sólido entre ellos. Su experiencia y conocimiento le valieron los méritos para convertirse en una mentora para Gabriel, quien siempre acudía a ella en momentos de duda durante sus comienzos en el hospital. Ella ha estado allí para guiarlo, brindarle apoyo y compartir su sabiduría en momentos de dificultad. Clara es una figura inspiradora y un faro de estabilidad en el caos de la unidad de urgencias, aunque el Doctor Torres se empeñe en afirmar lo contrario en muchas ocasiones.





—Toni. —Susurró Gabriel acercando su cara al bombero —Quizás estés un poco aturdido un rato, vamos a esperar que remitan los efectos de los sedantes para que Núria venga a verte. —Los ojos de Toni se abrieron con alarma. —¡Bien! Has reconocido su nombre. Eso es muy buena señal. —Dijo Gabriel mientras anotaba en la ficha.

Girasoles bajo la TormentaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora