SDITD | ❝Dame razones por las cuales deberíamos estar completos❞
Wednesday decía que nunca se iba enamorar; que iba a vivir su vida en completa soledad.
Pero el destino hace planes, y en ellos está una vampiresa de nombre Eternity.
-Ella vi...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
╭══════•>✾<•══════╮ HECHA UN MONSTRUO ╰══════•>✾<•══════╯
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Las figuras encapuchadas parecían retraerse, como sombras que temían a la luz de su linterna. Las capuchas fueron bajando de sus cabezas una a uno, así como también lo hicieron el antifaz que cubría la mitad de sus rostros.
—Suéltala—ordenó Bianca con voz dura cuando Eternity se negó a soltar a su amiga aun después de haber revelado sus rostros.
—Mmm—fue dulce, al menos así lo percibió Wedneday cuando aquel sonido producido de la garganta de Eternity llegó a sus oídos, como si fuera un depredador jugando con su presa—. ¿Debería?—cuestionó.
—¡Nity!—Wednesday llevó su mirada hacia la voz, confundida al escuchar el apodo de la vampiresa salir de los labios de una mujer—¡Se ahogará si la sigues sosteniendo de aquella manera!—era Yoko, la vampiresa que se juntaba con Lioel y Enid. ¿También era cercana a Abney?
Wednesday vio como Eternity volteaba los ojos antes de soltar el agarre en la sirena. La presa —como Wednesday prefería llamar a la amiga de Bianca en esos precisos momentos— cayó sobre el suelo de rodillas, tomando bocanas de aire que con anterioridad le fueron robados, levando ambas manos hacia el lugar donde la vampiresa había presionado. Estaba segura de que dejaría un hermoso collarín por las marcas.
—Addams—la llamó, casi la engatusó—, ¿encontraste lo que buscabas?—ella asintió. Eternity se quedó en silencio mientras su mirada iba y venida entre el grupo de encapuchados y ella. Hasta que sus intensos ojos verdes se quedaron en ella—. Deberías ir a tu habitación.
La vidente llevó sus ojos hacia el otro grupo.
—¿Tú?—cuestionó cuando su mirada volvió hacia la vampiresa.
—Me quedaré a charlar un rato con ellos—sonrió hacia ella, aunque podía ver sus hombros tensados y su respiración un tanto pesada—. Corre—le dijo—, antes de que la directora Weems se dé cuenta que no estas en tus aposentos.
