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SEPTIEMBRE DE 2011.

-Carajo, mamá estoy bien, no tienes que venir aquí todos los días.

-¡Oye!, sin groserías. -Úrsula dio un pequeño golpe sobre la frente de Runar-. Solo pasé por aquí para saber si no te hacia falta nada, sé que Fermín es un buen médico, confió en él, pero, aun así, mi instinto maternal no me deja en paz.

-Soy mayor, puedo cuidarme solo.

-Estas herido en un hospital, por muy mayor que seas no puedes cuidar de ti mismo.

Si, Runar estaba en el hospital, tuvo un accidente automovilístico, tenía demasiados hematomas por todo el cuerpo, eso sin contar las costillas, el brazo y la pierna que tenía rotos. Llevaba un par de días internado, su madre antes o después de ir al trabajo pasaba a verlo, estaba muy preocupada.

A Runar le avergonzaba que su madre lo viera en ese estado, por una estupidez, ahora tenia que estar en cama por tiempo indefinido.

-Sobre tu padre... -habló Úrsula- ...quería decirte que...

Runar la interrumpió.

-Te he dicho que no voy a usar ese reloj y no quiero que discutamos una vez mas sobre este tema, sabes que no me gusta hablar de ese señor.

Runar trató de acomodarse en la camilla, pero cada mínimo movimiento hacia que sus heridas dolieran.

-A pesar de todo lo que pasó, Ignacio sigue siendo tu padre -Úrsula miró a su hijo, al verlo a los ojos, notó que estaban llenos de lágrimas. Sabía lo que le dolía el tema de su padre, pero ya era tiempo de que siguieran adelante-. Tengo que irme a trabajar -habló nuevamente- dejaré esto por aquí por si decides ponértelo -observó la expresión de Runar, él negaba con la cabeza mientras sonreía ligeramente mirando hacia la nada-. Solo... ten en cuenta que te lo estoy pidiendo como favor yo... ¿Sí?, no lo hagas por él, hazlo por mí. -Miró una ultima vez a su pequeño, a pesar de que él ahora era mayor de edad, ella siempre lo iba a ver como su pequeño bebé.

Al salir de la habitación, Úrsula habló un rato con Fermín, le pidió -como todos los días- que cuidara a su muchacho, ella solo quería que se recuperara pronto y regresara a casa, Fermín como siempre la escuchó y aceptaba cada condición que le pusiera, entendía lo difícil que era para ella la situación.

-Hola amigo, ¿Estás mejor?

-No lo sé Fermín, tu eres el medico aquí, ¿Crees que lo estoy? -comentó el joven mientras miraba sus lesiones.

Fermín al notar el sarcasmo soltó un par de risillas, haciendo que Runar se uniera. Tomó asiento justo al lado de la cama en la cual estaba Runar.

-De acuerdo, creo que ha sido una pregunta un poco tonta, pero...

-¿Un poco?

Fermín miró nuevamente a Runar, negó con la cabeza un par de veces, y continuó hablando.

-Ya, basta de niñerías, sé que tu vida ha sido una montaña rusa de emociones estos últimos años, pero tienes que seguir adelante, tu madre te necesita. -Inhalo y exhalo, Runar se negaba a mirarlo a los ojos-. Entiendo que no es fácil estar en una cama de hospital, pero tienes que poner de tu parte, no te recuperaras de la noche a la mañana si eso es lo que quieres.

-Quiero salir de esta maldita habitación, necesito estudiar, la Universidad será mi próxima meta, necesito estar bien.

-Por eso tienes que recuperarte, si quieres demostrarle al mundo de lo que eres capaz, comienza por estar mejor, si no estas bien ahora, ¿quién asegura que cuando seas un profesionista lo estes?

-¿A qué te refieres?

Fermín hizo una pequeña pausa, tomó aire para después soltarlo, relamió sus labios y continúo explicando.

-Hablé con tu madre antes de que se fuera y ambos coincidimos que seria bueno que hablaras con alguien acerca de tus problemas o... traumas.

Runar por fin lo miró, se notaba confundido.

-¿Traumas?

-Ya sabes, el dolor que sientes al hablar del abandono...

-Eso ya está en el pasado.

-Aunque tú digas eso, ambos sabemos que no es así. Tú mismo te has estado bloqueando dolores, que, si tan solo los soltaras podrías vivir mejor, no siempre tienes que mantener esa imagen del "chico perfecto", los que de verdad te conocemos sabemos que estas sufriendo por dentro... Quizá si vas a terapia...

-No sigas, sé por dónde vas, así que mejor guarda silencio.

-Solo intento ayudarte.

-Las terapias no son necesarias para mí, yo estoy muy bien, si hablas del abandono puedo darte mi punto de vista al respecto sin tocar nada personal. -volvió a desviar la mirada, estaba nervioso, incomodo por esta charla, él solo quería que Fermín se callara.

Sin en cambio, Fermín se mostraba molesto, Runar pudo notarlo desde que el medico entró a la habitación.

Cualquier cosa podría hacer que la bomba explotara... Y así fue.

-¡¿Ah sí? Entonces... ¿Por qué aun hablas de como tus exnovias te engañaron?, ¿Ah?, ¿Por qué aun no quieres usar el reloj que tu padre te regaló?, ¿Por qué te sigues esforzando tanto en ser el hombre perfecto, sabiendo que todos los que estamos a tu alrededor te queremos tal y como eres?! -Fermín se lavando de su asiento y miró directamente a Runar, estaba bastante exaltado-. ¿¡POR QUÉ!? ¡DILO, ANDA!

-Déjame solo -se limitó a decir.

-¡Carajo!, Runar, deja de huir de tus malditos problemas, quieres ser un buen hombre, comienza por madurar.

Dicho esto, Fermín salió de la habitación, azotando la puerta haciendo entender que estaba muy molesto, ante dicha acción, Runar comenzó a reír levemente, -si reía como lo hacía normalmente, le dolían las costillas que tenía rotas-, él también estaba molesto, pero no le gustaba mostrar tanto ese tipo de emociones.

-Idiota, dice que madure, pero el azota la puerta como un niño pequeño haciendo berrinches.

Comenzó a anochecer, Runar miraba la habitación en la que estaba, era bastante amplia, tanto las paredes como las sábanas eran blancas, los muebles eran viejos, pero no estaban del todo desgastados, lo único que cambiaba el color eran aquellas cortinas grises que evitaban que la luz de la luna y el sol alumbraran el cuarto, su madre había hecho que las cambiaran para que a Runar no le molestara la luz de afuera.

A él, le gustaba muchísimo admirar un pequeño librero que había justo enfrente de él, hacia que se sintiera menos solo, cada que iba alguna enfermera, su madre o el mismo Fermín, les pedía que le pasaran un libro para leerlo, eso hacia que su mente se mantuviera ocupada y no pensara en otras cosas que no fueran importantes.

Ver la habitación tan oscura lo ponía triste, se sentía solo estando ahí encerrado, pero no podía decir nada, ya que todos lo reconocían principalmente por ser un chico alegre y amable.

De ahí venia el hecho de que lo consideraban un joven tan perfecto para su edad.

Nunca se enojaba ante los ojos de los demás, si algo le molestaba simplemente reaccionaba con una amplia sonrisa, muy pocas veces cometía errores, era muy inteligente y guapo, tenia todo. Era un chico muy feliz... O... Al menos eso aparentaba.



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Bien chicxs, aquí está el siguiente capítulo, como había mencionado en ig (maarjimarez por si aún no me sigues) el capítulo anterior era bastante corto, así que dos capítulos en la misma semana era una pequeña recompensa por lo mismo.

Recuerden tomar mucha agüita.

Los tqm <3.

Maar ☯️

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