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-Buenos días, compañero, ¿Qué tal amaneciste hoy? -habló Fermín mientras entraba a la habitación de Runar.

-Amanecí, como todos los días, lamentablemente.

Fermín lo miro, estaba acostumbrado al sarcasmo que solía usar siempre, así que decidía ignorar algunos de los comentarios que hacía.

-Bien, pasaba por aquí para informarte que probablemente en dos días podrás irte a casa, ya le di las indicaciones a tu madre, solo falta que arregle todo para mayor comodidad.

El rostro de Runar se ilumino como a un niño pequeño al recibir un caramelo.

No podía con la emoción, pero su semblante cambió cuando recordó la discusión que había tenido con su amigo el día anterior.

Fermín estaba a punto de abandonar la habitación cuando escuchó el llamado de Runar.

-¡Oye!, Espera.

-¿Sí?

-Lo siento.

-¿Qué?

-Si, lamento la manera en la que me comporté ayer.

-Oh, descuida pequeño, no hace falta que te disculpes cuando el que se exaltó de más fui yo -le dedicó una sonrisa.

-Fermín, no te hubieras enojado si no hubiera hecho esa clase de comentarios, yo...

-Yo había estado teniendo un mal día -lo interrumpió- no fue tu culpa.

Runar sabía que las cosas no eran así, solo lo decía para que él no se sintiera mal, pero no sabía que así lo hacía sentir peor de lo que probablemente se iba a sentir.

-Fermín... Estoy cansado -lo miró a los ojos-, no me gusta que todo pase así, siempre que discutimos al otro día estas como si nada, por mas que yo te lastime siempre actúas como si todo estuviera bien; Sé que te enfocas en que yo no salga lastimado y esté tranquilo, pero, a veces no me vendría mal hablar un poco de los problemas que he causado. -Hizo una pausa- La razón por la que huyo de mis problemas como tú dices es porque...

-No quise decirlo de esa forma -aclaró Fermín rápidamente.

Runar negó con la cabeza mientras le dedicaba una pequeña sonrisa.

-No necesito que siempre te culpes por todo, esa es la razón por la cual no sé afrontar mis problemas, porque tú y mamá se la pasan protegiéndome, ya no soy un niño, tengo dieciocho años, tengo que aprender a valerme por mí mismo.

Volvió a sonreír.

Fermín carraspeó, acomodó su bata repetidas veces con tal de evadir el tema.

-Desde que papá se fue, mamá se resguardó contigo, a pensar que eras muy joven en ese momento, fuiste nuestro lugar seguro, siempre apoyaste a mamá y eso te lo agradezco desde el fondo de mi corazón, es por eso por lo que yo... -Runar tomó la mano de Fermín, que se encontraba sentado a su lado, ambos se vieron a los ojos mientras el más pequeño sonreía-. Yo... más que un amigo, te considero un padre, tú llenaste el vacío que dejó Ignacio en mí, a veces quería acercarme a ti para pedirte consejos, pero el miedo de que tú no me vieras de la misma forma me atormentaba.

Los ojos de Fermín se tornaron de un color rojizo, como si estuviera reprimiendo algunas lágrimas, carraspeó nuevamente y comenzó a hablar.

-Runar, me halagas aldecirme esto, la verdad es que aun soy muy joven para tener hijos, vamos,treinta y seis años no suenan tan mal.

-Ambos rieron-, pero, por ti claro que haría una excepción, prácticamente yo te vi crecer. Te quiero tanto como un padre quiere a su hijo, y eso eres para mí, un hijo. Te daré los consejos que me pidas, no dejaré que sufras solo nunca más.

Para este punto, ambos estaban llorando, no estaban tristes, al contrario, lloraban de felicidad.

A Runar esto era lo que le faltaba, hablar con alguien que realmente lo quisiera, alguien que lo conociera de toda la vida, a pesar de que su madre siempre ha estado para él, nunca ha sentido esa confianza de contarle cierto tipo de cosas, no quiere agregar una preocupación mas a la vida de su Úrsula.

-Y respecto a las chicas... -continúo hablando Fermín-, no te preocupes tanto por ellas, algún día encontrarás a la indicada, verás que la vida te recompensará todo lo que te has sufrido.

-Como si fuera tan fácil.

-Vamos, eres un chico alto, guapo... -comenzó a tocarle la cara de una manera graciosa-, mira nada más esa piel bronceada, esos ojos azules, esos labios... ¿sabes? A las chicas les encantan los pelinegros, ahí está, tú lo tienes todo -despeinó un poco su cabello mientras reía.

-Basta Fermín -le dio un manotazo- suenas como mi madre y eso es algo muy espantoso, -su cara de disgusto le dio mucha gracia a Fermín, tanto que comenzó a carcajear sin control, Runar solo lo miraba, no sabía en qué momento había pasado esto.

-Ya, ya. -Fermín se silenció a si mismo-. Hablo en serio. Dejando a un lado el chiste... Eres un gran chico -apretó las mejillas de Runar-, y eso no cambia nada la situación, cualquier jovencita quisiera estar contigo, que ninguna valore tu personalidad es diferente, ese ya es problema de ellas, no tuyo, solo tienes que enfocarte en ser feliz y en tus estudios, cuando logres tus objetivos tendrás tiempo para el amor.

-¿Terminaré como tú? ¿Solo a los cuarenta? -su expresión mostraba preocupación, pero la sonrisa burlona que había en su rostro demostraba lo contrario.

-¡Oye! -golpeó su frente-, respeta a tus mayores niño, tengo treinta y seis, estoy en plena juventud. -Negó con la cabeza-. Primero me das un manotazo y ahora me llamas viejo... No, a mi me va a dar algo, -se tiró en la silla como si se hubiera desmayado, lo hizo de una manera tan dramática que la enfermera que entró a la habitación no pudo contener la risa.

-Disculpe, señor -habló la joven- se solicita su presencia en el cuarto 13 del piso 2, ha llegado un nuevo paciente.

-Oh, claro, claro -se levantó rápidamente algo apenado-, en un momento voy, no tardo.

La joven enfermera asintió con la cabeza y salió de ahí.

-¿Qué pensaran de ti ahora? -se burló Runar.

-Nada, no pensaran nada, nadie vio lo que pasó, con ella me arreglaré después.

Se despidieron, Fermín prometió regresar en cuanto acabara su trabajo, tenían que terminar esta charla, no querían dejarla pendiente.




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Bueno, amigos, aquí un capítulo nuevo.
Probablemente el fin de semana suba otro, aún no lo sé, pero mientras disfruten de este.

Vayan a mi Ig (maarjimarez) para que puedan saber más acerca de las actualizaciones.

Tomen mucha agüita y descansen bien.

Los quiere. Maar ☯️

In my MindDonde viven las historias. Descúbrelo ahora