Gguk97

capítulo once

A Jeongguk se le secó la boca.

Con movimientos rápidos tomó la bandeja en la cama, dejándola de manera desordenada en el suelo. Taehyung rio ante la rapidez que se movía su novio, mientras lo veía actuar de manera desenfrenada. Jeongguk le sonrió, desabrochándose el cinturón de cuero y  dejándolo cerca de la cama, una idea gestionándose en su mente al momento de sentir el material entre sus manos. Se sacó los pantalones, quedando solamente con una camiseta y ropa interior.

Taehyung lo saboreó con la mirada, deteniéndose por cada zona de piel que podría ver. Los muslos tonificados, con el vello corporal masculino, los bíceps marcados que se podría ver por la camiseta, los tatuajes adornando la piel, el cabello negro, largo. Mandíbula marcada y fuerte, ojos bonitos y traviesos, labios rosados, el piercing en el inferior, algo que se había hecho ayer por la tarde. El mayor babeó ante la vista.

Jeongguk en ningún momento perdió la sonrisa socarrona, le fascinaba que a su novio le gustara su cuerpo, su apariencia. Que se lo comiera con los ojos, éstos mirando lenta y atentamente cada parte. Que Taehyung solamente lo mirara a él, con tantos hombres bonitos, atractivos e incluso calientes, que el mayor lo buscara solamente a él.

Que se abriera de piernas solamente a él.

El menor se subió a la cama, su muñequito precioso estirando sus brazos para recibirlo entre ellos. Las piernas canelas, morenitas, libre de vellos lo estaba haciendo babear. Y la calentura empezó a recorrer todas sus venas, su polla despertando gustosa ante las imágenes que se reproducían en su mente... las poses en la que iba a poner a Taehyung para follarlo hasta que en lo único que fuera capaz de pensar, era en él.

Jeongguk se le subió encima, Taehyung abrazándolo con los brazos y piernas, apegando el cuerpo ajeno lo más que se podía al suyo. De repente, se sintió mareado ante el cuerpo fuerte y grande que tenía encima. A pesar de ser el mayor, Jeongguk era unos centímetros más alto que él, con una mayor musculatura, y la verdad no sabía de donde venía este gusto, pero le calentaba sentirse tan pequeño debajo del pelinegro.

Y la idea en verdad lo mareaba, ponía su mente en blanco el darse cuenta que era el mayor de los dos pero Jeongguk era tan grande que podía cubrirlo por completo.

Tan grande, tan imponente, tan dominante.

Las bocas se buscaron hasta que se encontraron, con los ojos cerrados y las cabezas ladeadas, comenzaron a besarse con ganas. Como si no lo hubiesen hecho hace años, sus labios se moldearon, acariciando suavemente.

Jeongguk de manera instintiva con una de sus manos comenzó a acariciar los muslos desnudos, moviendo su mano de arriba hacia abajo, apretando la piel que pudiese, gustándole la sensación de la tela suave de las medias contra sus manos fuertes. Se separaron lentamente, para que luego el menor comenzara a bajar por el cuerpo de Taehyung, levantando la camiseta que entorpecía la vista. El mayor se sacó la camiseta rápidamente, tirándola lejos de la cama. Estando semidesnudo, con solo las medias rosa palo cubriéndolo, los rayos de sol tintinearon en el piercing nuevo que Taehyung tenía en su ombligo.

El pelinegro se sentó en sus pantorrillas, sonriendo ante el piercing que adornaba el abdomen del mayor. Bajó lentamente y arrastró su boca por la piel, Taehyung temblando levemente por la expectativa.

Jeongguk comenzó a lamer, dejando besitos alrededor del ombligo y debajo de éste, succionó un pedazo de piel, para dejar una marca rojiza. La polla del mayor, gustosa, empezó a moverse sutilmente ante el contacto que el menor tenía sobre el cuerpo de su novio.

—Ggukie, por favor —Imploró el castaño.

El menor se irguió, riendo de manera burlona al ver el anhelo en los ojos de Taehyung. Solamente había dado unos cuantos besos superficiales en su abdomen, pero el mayor ya se veía destruido e imploraba por mayor contacto. Rogaba por mayor contacto.