𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟓

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-Y eso que tendría que ver si los encuentran o no-dice aquel sujeto delante de nosotras.

-Mucho, al tener a algunos de los desaparecidos en contacto lleva conexiones con la cual puedes involucrarte de cualquier forma, interfiriendo cualquier hecho con solo una llamada-expuse mientras miraba por el rabillo de mi ojo a jaziel.

-Claramente, no te estoy acusando de nada, solo digo algo que podría pasar-termine de recalcarle con media sonrisa.

-¡Oigan niños!-volteamos a mirar de dónde provenía aquella voz, vimos a una anciana acercase hacia nosotras, esa anciana.

Pudimos notar que aquella mujer de cabello grisáceo venía con una especie de tarta de chocolate, nos miramos los tres al no saber que sucedía, pudimos notar como cada segundo que pasaba se acercaba aún más, los cuales se hacían eternos.

-Discúlpenme mis niños pero ¿les podría pedir un favor?-mientras que gradualmente aparecia una sonrisa en su rostro.

Cada uno de los que estábamos ahí nos miramos por unos cortos segundos, por lo cual dije-si señora, digamos ¿que sería?-con una sonrisa un tanto falsa, ya que aunque no la conociera, y no debería de juzgar a alguien sin conocerlo, no me traía buena espina.

-Quisiera que le llevarán esta tarta a la familia que llegó hoy, por lo que depronto ya saben es japonesa y una de sus costumbres es esta- la mujer extendio sus brazos con la tarta en manos.

Por la cual tan pronto lo recibí, la mujer ya estaba dando la vuelta para dirigirse a su casa.

                                   .

Cada persona tiene una percepción distinta de las cosas, en la que no todo lo que te dicen será real, y al igual que los demás eres una persona, en ocasiones eres tu propio enemigo, en el que sin pensarlo te haces añicos a ti mismo.

Pero eso también puede ser parte de la imaginación, ¿no?...
                

                                    .

Dirigí mi mirada hacia jaziel y el chico junto a nosotros, al que todavía no sabía su nombre.

-vamos-dije yo mirando a Jaziel, quien estaba mirando hacia abajo pensando quién sabe que.

-¿Enserio piensas ir allá?-dijo jaziel mirando hacia abajo mientras jugaba con sus pies.

-claro, no me quedaré con esta torta y menos iré sola-dije dándole mi mano para que se levantara.

Vimos como el chico de cabello negro se había levantado, mientras se dirija hacia adelante mientras decía-vamos, no las dejaré ir solas.

Le seguimos el paso, mientras caminábamos por esas calles desoladas y deslumbradas que lo único que emitía un sonido eran las pisadas al caminar.

Podíamos sentir un aura tensa en el ambiente, que te podría poner los pelos de punta. Llegamos a aquella casa, una común y corriente.

-oye por cierto-dije yo y el chico se volteo, jaziel estaba alado mío y aquel muchacho tomaba la delantera-¿Cómo te llamas-le dije mientras cruzaba mi brazo con el de jaziel.

-Felix-respondío-mi nombre es Félix-dijo, alzando su brazo para tocar el tumbre de la casa en la que habíamos parado.

Pudimos escuchar el sonido del timbre retumbando por las paredes de tal gigantesca casa.
Alcé mi mirada hacia los cielos y pude ver en la última de ventana a una chica mirandonos, su piel era muy pálida y sus
ojos me inspiraban desesperanza, a tal punto del borde de un suicido, parpadie y no la pude ver más.

De repente oímos como la puerta abrió el paso, salía una chica casi idéntica a la vi por aquel ventanal, digo casi ya que tenían solo una cosa diferente, sus ojos, era como si ese infierno reflejado a traves de aquel espejo en forma de esfera, se hubiera hido sin más.

-Buenas tardes, disculpa la molestia, vinimos a traer esta tarta, como cortesía y bienvenida hacia a ustedes, a este lindo pueblo.-dijo jaziel con una sonrisa que estiraba sus labios a cada punta de sus mejillas. Falsa.

Sabía que esa sonrisa era falsa. Claro que lo era, el ambiente no era para nada cómodo.

-Se los agradezco mucho-dijo la joven, sin reflejar alguna emoción en su rostro.

-pasen por favor-nos dijo mientras abría paso para que pudiéramos entrar-comamos un bocado juntos-dijo haciendo una sonrisa teune sin mover sus ojos.

-Por favor coloquen la tarta en la mesa, iré a buscar los cubiertos, pónganse cómodos-Nos comunico aquello último girando su cabeza lentamente hacia nosotros.

-hay algo raro en esto-le susurré a jaziel en su oído.

-Por qué lo dices-dijo mostrando cierta inquietud en sus ojos, mientras fruncía su entrecejo.

-Ella y las personas de esta casa no me traen buena espina, yo sé por qué te lo digo jaziel-usualmente no la llamaba por su nombre, sabía que hablaba enserio enserio.

-volvi-dijo aquella chica detrás de nosotras con un leve tono de voz, que por cierto, era pelinegra sus ojos eran rasgados, al ser japonesa.

Con los cubiertos en manos, se dirigió a una mesa, acomodo los platos y agarro la tarta con una mano, y con la otra saco un cuchillo de aproximadamente 10 centímetros.

Nos sirvió a cada uno una porción, ninguno emitía alguna palabra, solo se escuchaba el golpeó de las cucharas contra los platos.

Hasta que hablé.

-Disculpame-dije dirigiéndome hacia la chica-me podrías prestar tu baño unos minutos.

-Claro, tercer piso hacia la derecha-Solo me pare que aquella mesa y me fui.

Al minuto le envié un mensaje a jaziel que decía "no dejes que suba mientras estoy arriba".

...

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