15. La desconocida

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HAPPY READER'S DAY, mis queridos traumadxs. Por ser el día del lector les traemos doble actualización.... Disfruten ;).

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Desconocida

Me encuentro en unos de los mejores restaurantes de España. Estoy almorzando un sencillo plato de paella. Si, es una comida típica de aquí pero me encanta. Mi cabello castaño oscuro brillante contrastaba perfectamente con mis ojos azules camuflados de un color marrón.

Mi vestido negro de mangas hasta los codos que me llega hasta las rodillas, me quedaba fabuloso, como todo.

Siento mi celula vibrar con un mensaje de texto.

—El trabajo está hecho, jefa. Una de ellas salió herida, buscamos que la bala solo le rozara. Casi todos en la fiesta murieron.

Sonrio a la pantalla del celular.

—En un momento te llamo, Mario. Estoy ocupada.—Escribo en respuesta.

Sigo con mi sonrisa intacta cuando le pido la cuenta al mesero, me la entrega y pago.

Salgo del restaurante para montarme en mi Mercedes Benz, es negro. Oscuro, como mi alma.

Pongo música clásica en la radio a bajo volúmen. Saco mi teléfono para poder llamar a Mario y que me de todos los detalles del atentado que era más una advertencia para ellas. Marco su número y me lo acerco a la oreja mientras sigo manejando.

A los tres tonos el por fin contesta.

Dice en su lengua materna—נשים

Él es de Israel por lo tanto, habla hebreo a pesar de que es una lengua muerta.

—Limitate a hablar español, no estoy para cambiar de idioma.

—Okay, ¿cómo estás, mujer?— remarca el apodo que me dijo anteriormente en hebreo.

—Con la noticia que me has dicho, perfectamente. ¿A cuál de las dos lastimaron?

—A la más fuerte, Blue.

—¿Por qué no fue a las dos? Eso era lo planeado— le digo con un poco de enojo.

—La de mechones blancos se atravesó en el camino de la peliblanca, creo que sospechaba que íbamos por ella y su hermana.

Paro en un semáforo en rojo y le hablo entre dientes.

—Que sea la última vez que no cumplen con lo que les digo al pie de la letra. ¿Quedó claro?

Avanzo ya que el semáforo cambio a verde.

—Que si, mujer. Para herir a la otra debíamos matar a la de mechones blancos pero...

Quito el teléfono de mi oreja para escuchar mejor afuera. Se oyen una sirenas de patrulla y maldigo el día en que nací cuando volteo a ver y si, justo lo que pensé, me siguen a mí.

—La policía me está siguiendo. Borra todo tipo de mensajes para ti y para mi. Te escribo luego.

—Chao, נשים—Se ríe y corta rápidamente antes de que pueda contestarle. Suspiro cuando veo que el policía estacionó su carro detrás de mí y ya viene caminando hacía acá.

Busco mi mejor sonrisa y bajo el espejo para verme. Mi labial está perfecto, mi cabello en su lugar correspondiente. Guardo el espejo y bajo el vidrio cuando esté llama a él.

Procuro que mi escote se vea lo más posible para poder desorientarlo.

—Señora, ¿podría sacar sus papeles reglamentarios?

Un Juego De Peligro Donde viven las historias. Descúbrelo ahora