La Ayudante y Vida Diaria Conejil.

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Bell llegó tambaleandose al Gremio, en cuanto Eina lo vio, ella se preocupo pero en cuanto le preguntó a Bell que pasó con el, el respondió.

—Un caballero no tiene memoria—

Eina y el fueron a esas salas de reuniones privadas que suele tener el Gremio y ambos tomaron asiento.

—Eina quiero pedirte acesso hasta el piso diez—

Eina parecía dudosa ante la petición de Bell pero asintió.

—Bueno son una party de tres deberían de poder manejarlo...—

Eina chasqueo los dedos.

—Sin embargo creo que deberías conseguir un Ayudante, podría incluso poner un aviso si quieres—

—¡Eso suena genial Eina-san!—

—¿Alguna preferencia?—

Bell pensó en cómo muchos hombres se ofrecerían a acompañarlos dado la belleza de su maestra y su esposa.

—Si, se que sonará raro pero de preferencia que sea una chica—

Eina dibujó una sonrisa burlona.

—¿No será acaso que Bell-kun es un esposo celoso?—

Bell se sonrojó al escuchar la pregunta que Eina le hizo.

—En realidad es porque temo que entre Shishou y Morgan puedan matar al pobre desafortunado...—

Eina entonces comprendió de inmediato las intenciones de Bell, no era por la seguridad de su esposa, era por la seguridad de los potenciales ayudantes masculinos, si Morgan era la mitad de la persona que le daba la impresión a ella y Scathach también, entonces Bell hacía bien en preocuparse.

X.X.X.X

Bell volvió a casa o como se le llamaba ahora, la Mansión del Hogar, cuando llegó se encontró una escena peculiar por decir menos, Morgan estaba sentada en una silla y las demás parecían estarla enjuciando, aunque la jueza principal era Alfia.

—Bell, llegas a tiempo, estamos determinando si Morgan es o no culpable de aprovecharse de ti anoche—

Bell se sentó en una de las sillas mientras dirigió su mirada a Morgan que parecía divertida más que mortificada, los pensamientos de Bell fueron interrumpidos por Hestia.

—Bell-kun ¿Exactamente qué hicieron Morgan-kun y tu anoche?—

—Kami-sama no creo que sea...—

Morgan interrumpió a Bell.

—Responde esposo y terminemos con esto de una vez—

Bell se sonrojó con fuerza y encogió los hombros, acto seguido comenzó a relatar su primera vez.

—Bueno primero ella *Sonidos de Delfín* y luego *Sonidos de camión* para después yo *Sonidos de relámpagos* y ya luego nosotros *sonidos de la jungla*—

Las otras tres mujeres guardaron silencio ante la declaración de Bell.

—¡Esta claro que se aprovechó de Bell!—

Sentenció Alfia.

—¡Bell es muy inocente y no sabía nada de estas cosas!—

—¡E-espera Mamá Alfia la verdad es que!...—

El rostro de Bell conoció una nueva tonalidad de rojo, su cabeza parecía echar humo y su cabello blanco solo acentuaba su sonrojo.

—Me gustó...—

Dijo en un pequeño susurro.

—No te escuché Bell, habla claro—

—¡Dije que me gustó!—

¿Esta Mal Conocer Muchas Reinas En El Calabozo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora