¿Esta Mal Conocer Muchas Reinas En El Calabozo?

Monstherpilia y La Carta de un Demonio.

Luego de que llegaron a la Iglesia Abandonada, Morgan dejó a los otros tres miembros de la Familia Hestia y no volvió en toda la noche, de hecho Bell sentía que ella estaba molesta con él, no solo por el hecho de haberla desobedecido ayer, si no también por haberla detenido cuando ella trataba de defenderlo.

—Ya veo Lancer-kun así que eso fue lo que pasó, hicieron bien en detener a Morgan-kun, si bien el tonto lobo de la pecho plano de Loki hizo mal, es estúpido comenzar una pelea por algo como eso—

Hestia notó lo alicaído que estaba Bell, y como si ella supiese la razón le acarició el cabello.

—Tener desacuerdos es normal en un matrimonio Bell-kun, estoy seguro que podrán contentarse pronto—

Con eso en mente Bell y los demás miembros de la Familia Hestia se fueron a dormir.

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Al día siguiente Bell entrenó con Scathach, Bell estaba recuperándo el aliento luego de que esta lo llevase hasta el límite de su resistencia cuando vio a Morgan entrar en la Iglesia.

—Ya veo, así que mis suposiciones eran ciertas aprendiz, tu de verdad deseas a Berserker—

—¡Shishou!—

Aunque Bell estaba sonrojado en realidad pronto su expresión era algo más de preocupación.

—¿Quieres arreglar las cosas no?—

Bell asintió y miro a Scathach con rostro suplicante, esta dibujo una suave sonrisa en su rostro.

—No te preocupes, si haces todo lo que te digo, seguro que la pones de buen humor—

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Bell y Scathach entraron en el sótano de la Iglesia.

—Bien aprendiz—

Dijo dándole a Bell una palmadita en la espalda, Bell no estaba seguro de si era buena idea, solo volvió a ver a Scathach quien le levantó su pulgar en aprobación.

—Morgan-san...—

Morgan había hecho una mesa de trabajo en una parte vacía del sótano y hace días parecía trabajar en algo, aunque Bell no sabía que era.

—Estoy ocupada esposo—

Bell sintió esa respuesta fría como una pequeña daga, volvió a ver dudoso a Scathach y esta le hizo con un ademán que siguiera con el plan.

—Es rápido, podrías acercarte un poco, es un secreto que solo te puedo decir al oído—

Morgan levantó una ceja dudosa pero bajo hasta quedar a una altura accesible para Bell, este reunió todo el valor que un conejo de su edad podría tener y le dio un beso en la mejilla a Morgan, la reina de Britania se estremeció un poco.

—¡Siento mucho haberte desobedecido, me voy al calabozo!—

Morgan dibujó una suave sonrisa en su rostro, aceptaría esa ofrenda por su perdón por ahora.

—Iré a vigilar que mi pupilo no se meta en problemas—

Tanto Morgan como Scathach asintieron la una a la otra.

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Hestia entró en la iglesia con una carta, parecía tener problemas.

—¿Pasa algo diosa?—

Preguntó Morgan mientras seguía trabajando en la mesa de trabajo.

—Me llegó una invitación para un baile de dioses en la sede de la Familia Ganesha—