¿Esta Mal Que Mi Madre Quiera Ir Conmigo Al Calabozo?

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—Por supuesto que no, solo yo duermo con mi esposo en mi cama—

Alfia dio un sorbo al té mientras abría sus ojos.

—¿Y donde esta tu esposo? ¿En el calabozo?—

Alfia preguntó esperando que el famoso esposo de esa mujer con un aire increíblemente similar al suyo fuera un miembro de la Familia que aún no conoce.

—Bell es mi esposo—

—¿Disculpa?—

—Dije que Bell es mi esposo—

Alfia volteó a ver a Bell quien estaba temblando de miedo.

—¿Eso es cierto Bell? ¿Estas casado con esta mujer?—

—Pues...Si...—

Bell se rascó la mejilla nerviosamente mientras se reía un poco.

—¡Esto tiene que ser una broma!—

Dijo Alfia poniéndose de pie mientras que abria sus ojos heterocromaticos y encaraba a Morgan liberando su aura asesina, Bell rápido saltó tras Scathach quien sólo atinó a acariciarle la cabeza, mientras que Morgan seguía tomando el té.

—No es broma, somos esposos y legalmente el Gremio así lo reconoce—

—¡Jamás voy a aprobar esta relación! Tu no puedes proteger a Bell de la manera que yo lo protejo—

Morgan decidió que había tenido suficiente y se puso de pie, también liberando su potente aura.

—A mi no me digas que estoy o no dispuesta a hacer por mi esposo, no me digas que no puedo protegerlo o no—

Morgan y Alfia se vieron directamente a los ojos, se podía cortar la tensión en el ambiente con un cuchillo.

—Yo estoy dispuesta a que el mundo arda en llamas por mi esposo, no me importa sobre quien tenga que pasar, sea esa diosa zorra o sea su tía que no lo quiere dejar crecer—

Poco a poco el aura de Morgan se fue comiendo la de Alfia, pronto Alfia comenzó a sentir algo que no sentía desde las tres grandes tareas, una enorme sensación de peligro.

—¿Lo amas?—

Pero Alfia se mantuvo firme, Morgan sin embargo vaciló con la pregunta y volvió a ver a Bell.

—Si—

Bell se sonrojó ante la respuesta de Morgan, se sentiría feliz luego, ahora la situación era aterradora y desconocida.

—¿De verdad?—

—Si—

—¿De corazón?—

—Si—

Alfia entonces bajó su aura y se volvió a sentar en la silla.

—Bien, lo permitiré—

—¿Que?—

—¿Que?—

—¿Que?—

Freya en Babel.

—¿¡Que?!—

Alfia tomó una galleta y la comió.

—¡Bell, ven acá!—

Bell entonces se acercó a su tía.

—¡Si!—

—¿La amas?—

Bell se sonrojó pero asintió sin dudar, después de todo Morgan ya lo sabía.

—Bien no hay más que decir—

—Nunca hubo que decir nada Alfia—

Morgan se sentó a retomar su té, por fin Hestia salió detrás de Scathach, finalmente vio a ambas mujeres sentadas una frente a la otra.

¿Esta Mal Conocer Muchas Reinas En El Calabozo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora