la nucita (2-2)

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Así, Elsa e Hipo comenzaron a caminar por el centro comercial. Hablaban animadamente sobre sus amigos, había uno que otro comentario sobre ellos mismos y sus gustos.

---Jack dice que es infantil, en serio, pero el helado de nucita me encanta--- río de la ojos azules.

---Es tierno--- opinó él, con una sonrisa boba en el rostro.

Ella le devolvió la sonrisa, con las mejillas más rojas de lo normal. Ese comentario la haría saltar de alegría si no fuese porque lo tenía ahí delante.

"Son más obvios que Jack sobreprotector" pensaron todos, queriendo hacerlos chocar *accidentalmente* para ver una escena de una novela romántica entre ambos. Aún así se mantuvieron al margen.

---Sígueme--- pidió el ojo-verde, tomándola de la mano.

Ella asintió y lo siguió. Le indicó que esperara fuera la farmacia del centro comercial y, a los minutos, salió con un potecito de helado de nucita. Le tendió el regalo con un leve sonrojo, el cual ella acepto gustosa.

---Ya estamos a mano--- dijo.

Ella observó el regalo enternecida. De nuevo, si hubiera sido un día normal no lo hubiera echo, pero su cuerpo ya se estaba poniendo de puntillas para darle un dulce beso en la mejilla.

---Gracias, Hipo.

Abrió el pote y con la peletica de madera comenzó a comer el contenido.

Él la miró alejarse embobado, hasta que se dio cuenta que debía de verse como un imbecil y caminó rápido para alcanzarla.

Ninguno habló de nuevo, pero no hacía falta. Sus manos ya se entrelazaban solas y parecían no querer soltarse.  Las acciones ya estaban echas y era más que obvio lo que sentían por el otro. Lástima que el amor les ciega y nunca se dan cuenta de las señales del otro.

---¡SIIIIII! Están a esto de estar juntos--- celebró Rapunzel juntando dos de sus dedos, dejando una pequeña distancia.

---Me sorprende que no necesitaran mucha ayuda--- observó Hiro.

---Hipo se olvidó de nosotros--- lamentó Eugene.

---¿A quién le importa? Esta con Elsa--- Anna cantó lo último, abrazando a su novio.

---Me estrangulas--- se quejó Hiro.

---¿No y que estabas enferma, Anna?--- escucharon una voz por detrás.

Y fue cuando el grupo recordó que el centro comercial es redondo.

Se voltearon y vieron a la pareja frente a ellos. Hipo parecía confundido y Elsa molesta.

---¡Amigo! No te vimos en las maquinitas, así que te buscábamos--- se excusó Hans, con una sonrisa nerviosa. Los demás chicos asintieron.

---Las encontramos a ellas en el camino--- coincidió Kristoff.

---¡Vamos a las maquinitas!--- evadió Tadashi.

Así los chicos escaparon de la incomoda situación.

---E-eh... iba camino a la farmacia a comprar unas pastillas--- se excusó Anna.

---Yo iba a la tienda de mascotas--- ahora Mérida.

---Nosotras acabamos de salir de casa de mis suegros--- dijo Astrid, mientras Heather asentía.

---Y a mí se me acabaron las pinturas.

Elsa las miró sin expresión alguna. Luego comenzó a reír.

---Da igual, me alegra que me dejaran plantada--- dijo riendo y camiano hacia delante.

Sus amigas se miraron sorprendidas, jamás esperaron esa reacción bajo ninguna circunstancia.

Operación: juntar a dos tortolos enamorados Donde viven las historias. Descúbrelo ahora