Órbita de dos cuerpos ║Solarballs

Abrazo

Flotando en la inmensidad del espacio la tierra se encontraba sin expresión alguna, angustiado por su situación actual y su fallido intento de suicidio se limito a flotar hasta arreglar su dañada mente. Tratando de hacer caso omiso a las alucinaciones que atormentaban la paz y silencio del universo.

Le debía mucho a Mercurio y su Luna, si ellos no hubiera intervenido a tiempo, probablemente estaría hecho escombros y consumido por el propio Sol, aún que este último probablemente no lo hubiera notado.

Hablando de su Luna, esta se negó a apartarse de su lado incluso mientras el insistía en que debía de hacerlo e ir con las demás, con sus otros amigos. Esto solo lo uso enfurecer más y afirma su punto de que no lo dejaría de nuevo.

Incluso ahora, mientras flota en total silencio, la Luna esta a su lado. Apegado a el como chicle y mirando al vacío, como si pensará profundamente. La tierra lo mira por momentos, preguntándose que estara pensando, si es algo bueno o malo.

Aunque se conozcan desde miles de millones de años hay veces donde no se pueden leer con tanta facilidad.

Aveces le gustaría poder tocar a los demás planetas como ellos lo hacen pero eso implicaría dañar a sus humanos, y aún que ahora mismo eso no le importa sabe que no debe correr el riesgo, limitándose solamente a observar y en contadas ocasiones tocar.

Esa misma regla se aplicaría a su Luna pero el esta dispuesto a hacer una excepción.

-"Luna..."- Dijo con voz suave, sacando de su estupor a su satélite quien rápidamente dirigió su atención a el.

-"¿Que sucede Tierra? ¿Estas bien?"- Pregunto preocupado, acercándose un poco al planeta pero no lo suficientemente, consiente de que esto afectaría en gran medida a los terricolas.

Esta acción fue vista con molestia y tristeza por parte del planeta verde.

-"¿Sabes lo que es un abrazo?"-

...

La Luna miro a la Tierra con confusión.

-"¿Abrazo? ¿Como los que hacen tus humanos aveces?"- Luna sabía lo que era un abrazo, a visto desde la superficie de la tierra como algunos hacían aquél acto, aún que nunca lo experimento.

Muchos conceptos eran desconocidos para los planetas.

-"Si, exactamente"- Respondió la Tierra mientras se movía de su posición, acortando la distancia entre el y el satélite.

La Luna lo miro extrañado ¿porque la repentina pregunta? ¿Que quería su planeta?–

Su línea de pensamiento fue cortada cuando unos firmes brazos se envolvieron con delicadeza alrededor de el, atrayendo lo más al otro cuerpo.

La tierra sostuvo a la Luna entre sus brazos, escondiendo su rostro en el cuello de su satélite más pequeño, haciendo de aquel abrazo más íntimo.

-"¿Tierra?"- Pregunto sorprendido, sin saber que hacer envolvió sus brazos torpemente alrededor del cuello del planeta.

-"..."- No hubo respuesta, solo un suspiro cansado que se perdió en el espacio.

Desde esta cercanía tan extraña, la Luna oyó levemente el sonido proveniente del su planeta pero el que más atrajó su atención fueron las olas y el mar.

-"Tierra... ¿que es eso que se escucha?"- Pregunto somnoliento, el sonido era relajante y ajeno. Muy pocas veces oirá algo así en el espacio.

-"Ese es el océano, Luna. Esta inquieto y en movimiento por tu cercanía conmigo."-

La respuesta de la Tierra lo saco de su ensoñación.

-"¿¡Que?! ¿Eso no perjudicaría en algo? ¡Tierra suéltame en este instante!"- Apesar de sus protestas, la Tierra mantuvo un fuerte agarre alrededor de el.

-"Solo un momento más por favor... Solo un poco más-" Murmuró con voz suplicante.

La Luna no sabía que hacer, por un lado podría lastimar a los humanos pero por el otro... Nunca había sentido esta proximidad con el planeta.

Y una parte de el también lo necesitaba, incluso más que la Tierra.

Con un suspiro, se acomodó en los brazos del planeta y se acurrucó junto a el, sintiendo el suave calor de su núcleo contra su fría superficie.