Capítulo 1

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Termino de arreglarme poniéndome los pupilentes verde esmeralda, ya había olvidado como me veía con mi cabello teñido de rubio, siempre me dió un aire calmado y dulce.

A él le encantan los rostros bonitos pero también con aire seductor y misterioso.

Me anuncian y salgo de una vez.
Ya es la hora del espectáculo.

Camino hacia la tarima y una vez arriba empiezo con el baile, hago uso de todo mi cuerpo moviendolo sensualmente al ritmo de la música. Atraigo las miradas de varios y les sonrío con coquetería mientras sigo con el show.

Me esfuerzo por atraer la atención de la mesa que yace en el fondo, con poca iluminación y con solo tres clientes en ella.

Una vez la obtengo sonrío victorioso a mis adentros. Uno de sus guardias se me acerca pidiéndome lo acompañe hacia aquella mesa, lo hago aún en una posición segura y seductora.

Mis ojos se centran en los hombres que tengo delante.

Yasahiro Mucho, y los hermanos Kawata. Los dos últimos ya tienen acompañante.

— Nada mal —aplaude Mucho— fue un show estupendo, digno de admirar.

Lo observo fijo.
— ¿Solo me trajo para decirme eso? —inquiero.

Hace una medio sonrisa.
— Eres muy osado —de un momento a otro se levanta y me toma de la nuca acercándome a él— ¿Acaso sabes delante de quienes estás, dulzura?. No te conviene tener esa actitud para con nosotros.

Le sonrío.
— Solo era una pregunta —observo el revolver que tiene sujeto a la cintura.

Los hermanos Kawata dejan de besar a sus acompañantes.

— Nosotros iremos a otro lado —dicen ambos hermanos— diviértete.

Continúa fumando el puro que sostiene su mano derecha. Lo deja en el cenicero una vez que estamos solos y vuelve a hablar.

— Vayamos a la sala VIP.

Me ofrece una mano y lo acompaño a ese lugar.
Va al mini bar y se sirve un trago, luego de esto toma asiento en el sofá que hay delante de la tarima.

— Ahora, quiero que des un mejor espectáculo para mí.

Le sonrío y subo al escenario que hay delante, empiezo a bailar al ritmo de seven rings de Ariana Grande. Deslizo, espalda, manos, piernas y culo por el tubo logrando que quede absorto en cada uno de mis movimientos.

Termino y me incorporo sobre sus piernas dejándole una excelente vista de mis muslos. Le quito el vaso dándole un trago a su coñac.

— Parece que mi baile le gustó demasiado —le acaricio la erección por encima de la tela del pantalón.

De un momento a otro me acerca más a él acariciándome el trasero.
— Ven conmigo, vuélvete mi amante. Si lo haces ya no tendrás que lidiar con una vida de mierda como esta.

Le doy mi mejor sonrisa.

— Dame una respuesta rápida. No hago ofertas así a cualquiera.

Me quito de sobre sus piernas.
— Temo que tendré que negarme —dejo el vaso sobre la mesita de enfrente— No lograste despertar nada en mí.

— ¿Qué?.

— Lo que oíste —suelto con burla— risa es lo único que me provocas.

Me toma del cuello y me azota con fuerza contra la mesa en tanto me encaja la rodilla entre las piernas.

— Repite lo que dijiste —amenaza aún sujetándome— perra asquerosa. ¿Te crees lo mejor solo por saber mover el culo?.

Vuelvo a reír, con una mano se baja la correa del pantalón mientras no deja de mirarme.

Ꮚ El Omega del Rey //SanTake ⁠ᏊDonde viven las historias. Descúbrelo ahora