Sanzu
Adoro tenerlo de esta manera, tranquilamente dormido entre mis brazos. Su expresión mientras duerme es simplemente bellísima, un gran contraste con el rostro que tuvo anoche mientras teníamos sexo.
Ardiente, jadeante y con el cuerpo acalorado y sudoroso mientras me fundía en su interior.
Dejé de ser cuidadoso en todo sentido con él, rogaba como desquiciado para que aumentará la intensidad de mis movimientos. Y yo accedí completamente gustoso a ello.
Fuí demasiado considerado los últimos años, pero jamás volveré a serlo.
La manera en que cogimos anoche es simplemente inolvidable. Cada uno de sus movimientos y sonidos a causa de mí, fueron extraordinarios.
La fragancia que predomina en la habitación es encantadora.
En ningún celo hubo situación comparable o similar a ésta.
Takemichi cayó rendido poco después de las cuatro de la mañana.
Finalmente empieza a despertar y al verme la cara sonríe.
— Buenos días mi amor —me saluda.
— Buen día —respondo con una sonrisa igual dándole un beso en la boca.
No tarda en rozar su lengua con la mía. Sube a mí mientras continuamos besándonos y acariciandonos mutuamente.
— Métela, alfa —ruega abriéndose más sobre mí— quiero sentirte dentro de mí de nuevo.
Comienza a lamer mi oreja, tomó su trasero y me entierro en él.
— Que persistente omega.
Contonea sus caderas apretando mi miembro «Que tortura más placentera»
Es lo que más me gusta, cuando lo toco lugares precisos dejándonos en un nivel indescriptible de placer.
Empieza a cabalgarme gimiendo con más intensidad.
— ¡Agh, nena! —hacía tiempo que no lo llamaba así— eres una delicia.
Acelera sus movimientos.
— ¡Amo cuando me llamas así! —confiesa extasiado.Lo abrazo y vuelvo a prenderme de sus labios.
Terminamos al mismo tiempo. Intento salir de él pero me abraza con fuerza.
— ¿Takemichi?.
— Hagámoslo de nuevo —me dice para separarse un poco, tiene el rostro levemente sonrojado mientras sus ojos destilan deseo— los niños despertarán más tarde.
Rió levemente.
— Jamás te llevaría la contraria —vuelvo a besarlo.
[•••]
Takemichi
Hacía tiempo que no desayunamos todos juntos, en familia.
Haru me ayuda a preparar el desayuno, nuestros cachorros no pueden ocultar su alegría cuando vienen a la cocina y ven a su padre con el delantal puesto mientras arregla la mesa y pone los platos con los panqueques que preparó especialmente para nosotros.
— ¡Papi! —se echa Kanae a sus brazos.
— ¡Princesa! —Haru la carga en sus brazos— ¿Dormiste bien?.
— Sí, ¡El desayuno huele delicioso!.
Haru la posa en una de las sillas.
— Espero que también estén deliciosos.
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Ꮚ El Omega del Rey //SanTake Ꮚ
FanfictionEl amor puede volver loco a cualquiera Antes de convertirse en uno de los mayores criminales de Japón, Takemichi Hanagaki llevaba una vida normal como uno de los mejores psiquiatras de Tokio, hasta que fue asignado al paciente más problematico del...