Preparo el desayuno mientras que Megumi y Kanae pelean en la mesa. Es el pan de cada día.
Termino de decorar sus hotcakes, le agrego unas caritas y voy con ellos.
Empiezan con los manoteos.
— ¡Si continúan peleando no volveré a hacerles el almuerzo! —amenazo.Dejan de pelear y toman asiento. Volteo por unos instantes para acabar de servir el jugo pero vuelvo la vista a ellos cuando escucho un leve quejido de Megumi e inmediatamente regaño a Kanae.
— ¡Kanae, basta!.
— Yo no hice nada mami —finge inocencia.
— Cariño, te conozco perfectamente.
Sirvo el jugo y se los ofrezco. Ella solo voltea la cara con exceso de indignación.
Suspiro «Es idéntica a su padre»
— ¿Y papi? —pregunta ansiosa.
— No podrá venir cariño, está ocupado —tomo asiento frente a ellos.
— ¡Pero si lo ví en el patio hace rato!. ¡Dile que desayune con nosotros! —hace una rabieta.
— Lleva aquí tres días pero siempre actúa como si no estuviera —murmura Megumi.
— ¡Cállate idiota! —le arroja un trozo de fresa.
— ¡Solo dije la verdad! —la encara— ¡A papá ni siquiera le importamos!.
— ¡Habla por ti, estúpido!.
— ¡Ya basta! —los regaño— ¡Kanae, discúlpate con tu hermano ahora mismo!.
Niega.
— ¡Y tú Megumi, no hables así de tu papá!.
— ¡Solo dije la verdad! —dice antes de levantarse e irse corriendo.
— ¡Megumi, vuelve ya mismo! —lo llamo pero eso no lo detiene de irse.
Salgo tras de él y Kanae detrás de mí. Antes de subir la escalera se detiene al ver entrar a Kakucho.
— ¡Nano! —corre Kanae a abrazarlo.
— Hola princesa —la saluda— Hey, ¿Qué tal estás campeón? —le habla a Megumi.
No responde y sube corriendo las escaleras hacia su habitación.
— ¿Qué sucedió? —pregunta Kakucho.
Doy un gran suspiro.
— No es nada.— ¡Nano, juguemos juntos!.
Lo toma de la mano jalándolo hacia la puerta que da al jardín.
— Quieta ahí señorita —advierto— Te has portado muy mal últimamente y no puedes hacer de cuenta que no sucede nada. Vete a tu habitación —le ordeno.
Bufa.
— ¡No quiero!.— No te estoy preguntando si quieres o no, anda.
— ¡No!.
— ¡Kanae! —la regaño.
Me ve mal y acaba obedeciendo de mala gana.
— ¡Te odio, siempre has querido más a Megumi que a mí! —dice antes de irse corriendo a su habitación.«Dios santo» Trato de ir tras ella pero Kakucho me detiene.
— Déjame hablar con Kanae. Si vas tú, te echará fuera.
— Lo siento por molestarte. Venías a hablar con Sanzu, ¿No?.
Me sonríe.
— Descuida, ya Izana hablará con él —dice antes de ir tras ella.
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Ꮚ El Omega del Rey //SanTake Ꮚ
FanficEl amor puede volver loco a cualquiera Antes de convertirse en uno de los mayores criminales de Japón, Takemichi Hanagaki llevaba una vida normal como uno de los mejores psiquiatras de Tokio, hasta que fue asignado al paciente más problematico del...