Capítulo 2

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Preparo el desayuno mientras que Megumi y Kanae pelean en la mesa. Es el pan de cada día.

Termino de decorar sus hotcakes, le agrego unas caritas y voy con ellos.

Empiezan con los manoteos.
— ¡Si continúan peleando no volveré a hacerles el almuerzo! —amenazo.

Dejan de pelear y toman asiento. Volteo por unos instantes para acabar de servir el jugo pero vuelvo la vista a ellos cuando escucho un leve quejido de Megumi e inmediatamente regaño a Kanae.

— ¡Kanae, basta!.

— Yo no hice nada mami —finge inocencia.

— Cariño, te conozco perfectamente.

Sirvo el jugo y se los ofrezco. Ella solo voltea la cara con exceso de indignación.

Suspiro «Es idéntica a su padre»

— ¿Y papi? —pregunta ansiosa.

— No podrá venir cariño, está ocupado —tomo asiento frente a ellos.

— ¡Pero si lo ví en el patio hace rato!. ¡Dile que desayune con nosotros! —hace una rabieta.

— Lleva aquí tres días pero siempre actúa como si no estuviera —murmura Megumi.

— ¡Cállate idiota! —le arroja un trozo de fresa.

— ¡Solo dije la verdad! —la encara— ¡A papá ni siquiera le importamos!.

— ¡Habla por ti, estúpido!.

— ¡Ya basta! —los regaño— ¡Kanae, discúlpate con tu hermano ahora mismo!.

Niega.

— ¡Y tú Megumi, no hables así de tu papá!.

— ¡Solo dije la verdad! —dice antes de levantarse e irse corriendo.

— ¡Megumi, vuelve ya mismo! —lo llamo pero eso no lo detiene de irse.

Salgo tras de él y Kanae detrás de mí. Antes de subir la escalera se detiene al ver entrar a Kakucho.

— ¡Nano! —corre Kanae a abrazarlo.

— Hola princesa —la saluda— Hey, ¿Qué tal estás campeón? —le habla a Megumi.

No responde y sube corriendo las escaleras hacia su habitación.

— ¿Qué sucedió? —pregunta Kakucho.

Doy un gran suspiro.
— No es nada.

— ¡Nano, juguemos juntos!.

Lo toma de la mano jalándolo hacia la puerta que da al jardín.

— Quieta ahí señorita —advierto— Te has portado muy mal últimamente y no puedes hacer de cuenta que no sucede nada. Vete a tu habitación —le ordeno.

Bufa.
— ¡No quiero!.

— No te estoy preguntando si quieres o no, anda.

— ¡No!.

— ¡Kanae! —la regaño.

Me ve mal y acaba obedeciendo de mala gana.
— ¡Te odio, siempre has querido más a Megumi que a mí! —dice antes de irse corriendo a su habitación.

«Dios santo» Trato de ir tras ella pero Kakucho me detiene.

— Déjame hablar con Kanae. Si vas tú, te echará fuera.

— Lo siento por molestarte. Venías a hablar con Sanzu, ¿No?.

Me sonríe.
— Descuida, ya Izana hablará con él —dice antes de ir tras ella.

Ꮚ El Omega del Rey //SanTake ⁠ᏊDonde viven las historias. Descúbrelo ahora