Clare, una chica sin amigos que veía la vida desde otra perspectiva y que todo le parecía digno de retratar, hasta que el miedo abundó desde aquella salida al patio, un giro grande le dió a su vida aquel hombre de vestimenta negra.
Pero, ¿para bien...
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—, ¡Demonios Clare!— entró Bruce desesperado a la casa de la chica recién nombrada, Calre lo dejó 10 minutos afuera con la tormenta atacandolo.
Clare lo miraba avergonzada, había tardado peinandose y quitando los pelos del Canino Dash de su suéter grisáceo. A pesar de no estar este en casa, algunas hebras de su pelaje Moreno se colaban por la ropa de todos en casa.
Incluso algunos muebles y alfombras.
Clare pidió muchas disculpas, no había escuchado los toques desesperados en la puerta de madera azulada.
Sus ojos perdieron el brillo de felicidad para demostrar lo apenada que se encontraba, agachó la cabeza y jugaba con sus dedos, las manos le sudaban.
—, yo....perdón, no debí gritarte, seguro estabas ocupada—
Se acercó a Clare suavemente y le dió un dulce y cálido abrazo, se sentía tan en....casa, hogar.
Bruce sentía que porfía había encontrado a alguien que valía la pena de amar, alguien que valía la pena en todos los ámbitos posibles.
—, Bruce, si dejas de abrazarme yo podría respirar un poco—. El chico inmediatamente se separó, aunque no quería hacerlo, quería darle más abrazos a Clare.
—, deberías crecer Clare, te estás quedando muy chiquita— frunció el ceño mientras hacía un adorable puchero.
Clare solo le dedicó una mirada indignada, pero es que, ¡¿cómo se atrevía a llamarla enana?!, si bien no dijo eso, eso fue lo que dió a entender, ¡Total indignación!.
—, tú deberías dejar de crecer Bruce, algún día no vas a cruzar la puerta como es debido—lo Golpeó—vas a golpearte con el marco arriba—
—, primero me golpeas tú antes que la puerta, eres muy agresiva— su tono decía desagrado, su rostro ternura.
Clare lo ignoró, si pensaba que era agresiva, entonces no la ha visto realmente agresiva, la palabra molesta con Clare no iba, pero había veces—pocas—en las que explotaba soltando todo el veneno, arrasando con todo el que se le cruzaba.
Caminó hacia su gran sala, había un estante lleno de recuerdos como cuadros, esculturas, ¡incluso dibujos de clare!, en una gabeta se encontraban los juegos de mesa, algunas cartas, pelotas y juguetes para caninos.
Algunas cartas de UNO, el juego de misterio clue, murder mistery, ¡incluso un monopolio!, un ajedrez, ugh como odiaba ese juego, era estresante, un conecta cuatro4, un juego un poco meh, llega a ser aburrido luego de dos partidas.
Al parecer a su familia le gustaban mucho los juegos de mesas, tenían muchos de diferentes tipos ahí.
—, a ver...., ¿qué quieres jugar?— preguntó Clare expectante.
