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Aristeo había tenido dos encuentros durante las primeras horas de la mañana, pero su cuerpo quería más, por lo que quedó de verse con JC. Aristeo había mensajeado con JC en varias ocasiones en diferentes redes sociales durante los últimos dos años, aunque nunca profundizaron en largas conversaciones. Aristeo conservaba un par de imágenes del cuerpo de JC que había mandado a través de Grindr, eran incluso amigos en uno de sus perfiles de Facebook, uno de sus matches principales fue su fecha de cumpleaños.

La ubicación que JC compartió a doscientos ochenta y cinco metros de distancia era la misma que Aristeo había visitado una semana atrás, en su encuentro con Luis Ángel.

Una semana atrás, Aristeo visitó a Luis Ángel tras sólo haber compartido sus álbumes de fotos privadas, poco después de la medianoche Luis Ángel estaba recibiendo a Aristeo asomado desde un balcón dentro del área central del condominio en que vivía, recibirlo en pijama hizo de su primera impresión algo natural y sin incomodidades para Aristeo.

El departamento se mantuvo oscuro aunque continuamente se presenciaba el movimiento de un perro negro. En la habitación de Luis Ángel con paredes blanco y rojo carmesí, había un largo espejo horizontal a la altura del que mantuvo a Aristeo pendiente de su imagen cada vez más nublada, había bebido alcohol tan sólo minutos antes de presentarse.

Los recuerdos se hicieron vagos durante la relación sexual que Aristeo procuró satisfactoriamente. Luis Ángel lo abrazó y comenzó a quedarse dormido. Aristeo admiró durante un momento el reflejo de su desnudez, acostado y dormitando sobre el pecho de Luis Ángel mientras analizaba el tatuaje sobre su brazo izquierdo. Pero luego sintió el deseo de dormir en su cama por lo que agradeció y tomó su camino de vuelta a casa.

Luis Ángel envió algunos mensajes en los que hizo mención de querer volver a verlo, pero fue muy estricto al condicionar las fechas y horarios para ello. Aristeo no siempre pudo contestar los mensajes al momento en que Luis Ángel lo pedía, por lo que empezaron a tener discusiones. Aristeo dejó de hacer planes, se mostraba indeciso aunque sabía que Luis Ángel también quería estar con él.

Ahora que tenía el deseo de conocer a JC, Aristeo quería evitar conflictos. JC informó a Aristeo que Luis Ángel le había contado sobre su encuentro y sobre las diferencias que después tuvieron, incluso había confirmado que no sentía que la relación estuviera yendo bien por lo que optaba por hacerse a un lado si JC quería conocerlo.

Aristeo no tardó en confirmar su asistencia, aunque los recuerdos comenzaron a verse nublados por el consumo de alcohol. Aristeo generó un pensamiento sobre la posibilidad de tener un trío con ambos, Luis Ángel y JC, sin embargo también consideraba que la amistad entre ellos era muy cercana como para que tuvieran el interés en hacerlo.

Momentos más tarde, ambos estaban sentados sobre un sillón gris platicando de cosas irrelevantes. Aristeo bebía una cerveza con jugo de tomate que JC tenía guardada después de mucho tiempo, no sentía atracción por la apariencia física de JC, pero su deseo de coger era incontenible, tenía poco control sobre sus palabras pero pudo identificar una conexión entre su forma de pensar y la de JC.

Luego, ambos estaban recostados en el mismo sillón mirando una película en el televisor y dormitando durante cortos lapsos de tiempo. Aristeo se dejaba consentir entre los brazos de JC quien parecía querer retrasar el momento que Aristeo ansiaba.

Aristeo visitó el baño para darle tragos a la bebida preparada que cargaba en su mochila y aprovechó para asearse previniendo el momento de coger con JC. Unos momentos más tarde, estaba en cuatro sobre el sillón más cercano a la ventana con cortinas abiertas, JC lo estaba cogiendo como Aristeo había deseado. Acto seguido, estaban cogiendo en la cama de JC, en momentos Aristeo lamía las axilas y el culo de JC. Luego estaban de pie en la regadera, Aristeo penetraba a JC. Finalmente, JC eyaculó en el culo de Aristeo mientras se asomaba por la ventana de su recámara. Los recuerdos que Aristeo conserva de ese primer encuentro son imágenes de instantes borrosos. Pasaron el resto de la tarde durmiendo en la cama.

Al llegar la noche, disfrutaron de una cena preparada por JC y continuaron viendo la misma película. El arropamiento que Aristeo sentía en los brazos de JC le hacían sentirse protegido y seguro, le brindaba muchas comodidades. Aristeo permaneció la noche también.

La mañana siguiente no fue muy diferente, JC preparó el desayuno y había una película en el televisor. El hogar de JC era tranquilo y cálido, incluso aunque no estuvieran inmiscuidos en alguna conversación, la compañía que Aristeo sentía le regalaba felicidad. Pasaron veinticuatro horas de convivencia antes de que Aristeo tomara su camino de vuelta a casa, prometieron encontrarse ese mismo día a las seis de la tarde en el reloj de Sol de Tlatelolco.

De Febrero, dos airesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora