JC recibió una llamada por parte de la administración del edificio donde Aristeo rentaba, había tenido una crisis y había agredido a uno de los inquilinos tras romper algunas de sus macetas. La administración había conseguido el contacto de JC por ser la referencia que Aristeo recientemente había agregado a su contrato, solicitaba entonces el apoyo de JC para tranquilizar a Aristeo.
Aristeo no había dejado pasar más de dos días después de su reconciliación con JC antes de olvidar sus promesas y retomar el consumo de alcohol y volver a conducirse de manera irresponsable y con desinterés hacia la gente que le rodeaba. Aristeo había recuperado la seguridad de saberse amado por JC a pesar de sus malos actos, pero desvalorizó la oportunidad que le fue dada.
Pasaron dos días sin que Aristeo se reportara, JC sólo monitoreaba la actividad de su perfil en las aplicaciones de ligue pero estaba decidido a dejar que Aristeo lo buscara. Sin embargo, la desesperación que JC escuchó en la llamada lo convenció de ayudar, principalmente porque le dijeron que algunos vecinos ya habían llamado a la policía.
Aristeo recibió a JC con golpes y empujones, aventó un vaso con agua que cayó sobre él pero también sobre unos de los policías que ya estaban auxiliando. Aristeo lloraba y se quejaba por el abandono y el desinterés que sentía de su parte, gritaba con enojo que necesitaba que alguien lo ayudara.
Como parte de su protocolo, los policías aseguraron que tenían que arrestar a Aristeo o asegurar que una ambulancia lo llevara a algún hospital psiquiátrico. JC tenía una ligera idea del historial psiquiátrico de Aristeo, por lo que los policías consideraron esa crisis como parte de un brote de sus enfermedades. JC consideró acompañarlo al hospital como la única alternativa para evitar el arresto. Los policías se encargaron de solicitar asistencia y permanecieron en el lugar hasta confirmar que Aristeo abordase un vehículo.
Mientras esperaban la ambulancia, Aristeo permanecía sentado en la banqueta fuera de su edificio siendo custodiado por un par de policías. JC cruzó miradas con Omar quien miraba desde su entrada en el mismo edificio la situación en que Aristeo se encontraba. Omar se acercó para externar su preocupación por las crisis de Aristeo, también hizo mención de algunos efectos secundarios que sus medicamentos retrovirales podrían estar efectuando al ser consumidos con alcohol. Una voz dentro de la mente de JC le decía que tenía que ayudar a Aristeo. Agradeció a Omar y prometió dejar de lado el enojo que le había generado la infidelidad de la que fue cómplice.
Debido a que no había ambulancias disponibles, Aristeo tuvo que ser llevado en taxi privado bajo el acompañamiento de JC y de un policía que estaría presente durante el proceso de referencia y valoración de Aristeo en el hospital.
Cuando llegaron al Hospital Psiquiátrico La Villa, Aristeo bajó por su propio pie y se mostró participativo durante las pruebas de valoración que en su mayoría concluyó satisfactoriamente, su nivel de estado etílico había disminuido y su comportamiento era más estable, actuó de forma tranquila y obediente.
Durante el detalle minucioso del historial médico con uno de los enfermeros, se hizo énfasis en el cuidado que Aristeo tenía que mantener en lo relacionado a su diagnóstico seropositivo y de trastornos de depresión y de límite de la personalidad para los cuales ya estaba medicado. JC tuvo claridad por primera vez de algunos detalles del largo historial clínico de Aristeo, no sabía qué pensar ni cómo actuar.
Los enfermeros le dieron a Aristeo la oportunidad de decidir por sí mismo si deseaba internarse. La mujer policía había abandonado el hospital media hora después de llegar con ellos por lo que no iban a forzarlo. Nadie intentó realmente convencerlo de quedarse por lo que Aristeo decidió irse. Cruzó la salida del hospital con una risa burlona, como mayor de edad era la primera vez que tenía la facultad de decidir sobre sus propios internamientos.
En el camino de regresó a su domicilio, Aristeo miró detenidamente a JC mientras dormitaba en el taxi, un nuevo rasgo de tristeza en sus facciones faciales se generaba cada vez que lo veía sentir preocupación. Aristeo reconocía que necesitaba liberarse de muchos de sus demonios y de sus malestares emocionales pero no estaba muy seguro de cómo empezar, ni siquiera sabía cómo pedir ni cuándo recibir ayuda.
Llegaron a Tlatelolco alrededor de las 5 de la mañana, Aristeo sabía que tenía que hacer sus maletas y arreglar el cuarto que fue forzado a abandonar, pero primero quiso tomar una siesta, durmió solo algunas horas antes de despertar y comenzar a beber nuevamente para curar su cruda. Después de oír un golpe fuerte en la puerta del departamento, Aristeo escuchó gritar a uno de los administradores, le ordenaba abandonar el departamento en menos de tres días, también dijo que llamarían a la policía si escuchaban música con volumen alto o si lo veían entrar al edificio con cerveza.
Sé que Aristeo me echaba de menos cada vez que necesitaba un lugar urgente para dormir. También sé que pudo haber conseguido apoyo en lo que respectaba a mudarse para vivir con alguien más, pero no quería llegar a casa de alguno de esos hombres que no iban a dejarlo descansar por querer estar cogiendo todo el tiempo, los amigos de Aristeo eran de ese tipo. Tampoco quería complicar la vida de Alister, lo mismo que sus padres, con quienes entonces no mantenía mucha comunicación.
Aristeo reconocía la cantidad de problemas que le generaban su manera de consumir y las malas decisiones que tomaba al estar bajo el efecto del alcohol. Le generaba enorme hastío el tener que repetir el proceso de búsqueda e inversión en un nuevo lugar para rentar. Se convenció de pedir disculpas a JC para recuperar el apoyo que podía darle y poco a poco su confianza nuevamente. Aristeo se presentó como un hombre bueno que era víctima de las circunstancias psiquiátricas que le habían sido diagnosticadas, se lamentaba de encontrarse a la deriva en un mundo en el que sólo JC podía ayudarlo.
JC se sentía decepcionado, durante un momento consideró que pudo ser necesario que Aristeo aceptara la ayuda del hospital. Simplemente deseaba que tomara buenas decisiones, quería ayudarlo a hacerlo entender. La falta de voluntad por parte de Aristeo y la atracción que JC sentía hacia él eran tan sólo el inicio de un creciente vinculo de dependencia que inconscientemente ambos comenzaban a enmascarar. Finalmente, JC aceptó apoyarlo sólo si aceptaba seguir sus normas, lo invitó a vivir con él el tiempo que fuera necesario, tiempo en el que evidentemente no podría beber alcohol.
Aristeo consideró que JC lo estaba ayudando obligadamente, sin embargo había logrado convencerlo de ayudarlo, había logrado cumplir su capricho después de todo, ahora iba a dormir todas las noches en la misma cama que JC y a escasos metros de Luis Ángel.
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De Febrero, dos aires
AcakLa conciencia de una realidad degenerativa da paso a la adquisición de un nuevo sentido de vida...