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''SECRETS AND DISAPPOINTMENTS''

Durante el banquete Nyra noto que su hermana había desaparecido.

''Ser Erryk tampoco esta Rhaenyra, ve a buscarla antes de que tu hermana tenga un hijo rubio''- le dijo el principe a su mujer.

Daenyra Targaryen yacía en su alcoba, envuelta en la pasión secreta que compartía con Erryk Cargyll, su fiel guardia. Las llamas titilantes de las velas arrojaban sombras danzantes sobre las paredes de piedra, mientras la pareja compartía un momento íntimo que los había unido en secreto durante algún tiempo. Sin embargo, esta noche no sería como las anteriores.

Mientras el aire estaba cargado de susurros y caricias apasionadas, la puerta de la alcoba se abrió silenciosamente, revelando a la figura esbelta de Rhaenyra Targaryen
. Los ojos de Rhaenyra encontraron la escena frente a ella: su hermana menor entrelazada con Erryk Cargyll, una conexión prohibida que ahora estaba expuesta a la luz.

Aunque el descubrimiento podría haber provocado una explosión de ira o confrontación, Rhaenyra permaneció inmóvil por un momento, dejando que la sorpresa y la comprensión fluyeran a través de ella. Rhaenyra no era ajena a los secretos y a las pasiones ocultas. Ella misma había compartido momentos similares con diferentes amantes en el pasado, sabiendo que en la corte de los Targaryen, el amor a menudo estaba entrelazado con la intriga y el engaño.

Los ojos de Rhaenyra se encontraron con los de Daenyra, y en ese silencioso intercambio, un entendimiento pasó entre ellas. Era un conocimiento de que ambos corazones deseaban encontrar un lugar de escape en este mundo lleno de responsabilidades y expectativas. Rhaenyra asintió con suavidad, casi como si estuviera dando su bendición silenciosa.

Erryk, consciente de que había sido descubierto, se separó de Daenyra, mirando de reojo a Rhaenyra con una mezcla de temor y resignación. Rhaenyra dio un paso adelante, su expresión seria pero no hostil. Ella sabía que no era su lugar juzgar a su hermana por sus elecciones, no cuando ella misma había caminado por senderos similares.

"Erryk, retírate por ahora", dijo Rhaenyra en tono firme pero no exento de compasión.

Erryk asintió y, vistiendo solo parte de su uniforme, salió de la habitación, dejando a las hermanas a solas. Rhaenyra cerró la puerta detrás de él y luego se dirigió hacia Daenyra. Sus ojos se encontraron una vez más, y esta vez Rhaenyra rompió el silencio.

"No voy a juzgarte, hermana", dijo con suavidad. "Comprendo las cadenas que atan nuestros corazones en este mundo. Erryk no es el primero en encontrar un refugio en tus brazos, y no será el último. Pero debes tener cuidado, Daenyra. Los secretos son como telarañas, difíciles de desenredar."

Daenyra, aún sin palabras, asintió lentamente, sintiendo una mezcla de alivio y gratitud por la comprensión de su hermana. Rhaenyra se acercó y la abrazó con ternura.

"Somos Targaryen, Dany. Nosotras más que nadie comprendemos los desafíos que enfrentamos. Siempre estaré aquí para ti."

En ese abrazo, las hermanas encontraron un lazo aún más fuerte que el que compartían como miembros de la misma familia. Había una comprensión mutua, una aceptación de las elecciones que habían hecho para encontrar un atisbo de felicidad en un mundo donde el destino y las expectativas amenazaban con asfixiarlos. Y en esa noche, la fortaleza de su hermandad se fortaleció, prometiendo que enfrentarían juntas las tormentas que se avecinaban.

Madre de dragonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora