XIV

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"NINE FULL MOONS"
Daenyra pasaba la mañana junto a su "familia"
Parecia que el rey la toleraba mas ahora que estaba embarazada asi como la reina.
Helaena hacía unos días que hablaba de un lobo de fuego, pero nadie la escuchaba.

"¿Alguna idea sobre el nombre que deberíamos darle al nuevo miembro de la familia?"- Dijo el rey, con una sonrisa, comenzando una conversación

"Me gusta la idea de honrar a vuestros antepasados, tal vez Valerion, como el valiente rey Targaryen del pasado"- Le contesto su esposa la reina

"Valerion es un nombre fuerte, pero ¿qué les parece Viserys? En honor a nuestro padre"- Le respondio a su madre el supuesto padre del bebe

"A mi me gusta Maekar"- añadio Aegon, sintiendo la mirada de Daenyra que significaba que no hablase

"¿Ninguno habeis pensado en la idea de que el bebe sea una niña?- Dijo la princesa finalmente

"Si hija, pero si fuera un principe fuerte sería explendido"

"Yo soy la madre y ya he decidido los nombres. Si es un niño se llamara Baelon, como nuestro valiente abuelo y como mi hermano. Si es una niña se llamara Aemma, como mi madre, algo que comente hace meses con mi marido"

Antes de que la conversación pudiera avanzar mucho más, Daenyra se sobresaltó, sintiendo una súbita oleada de calor y humedad. Sus ojos se abrieron con sorpresa mientras su mano se posaba en su vientre.

"¡Mis aguas... se han roto!. ¡No os quedeis parados llamad a alguien!"

La sala estalló en acción. Aemond la ayudó a ponerse en pie mientras Viserys y Alicent daban instrucciones para llamar a los maestres y preparar todo para el nacimiento. Aegon parecía emocionado pero nervioso.

"Todo estará bien, cariño. Pronto tendrás a tu hijo en tus brazos"- le dijo Alicent a la que crio como su hija, aunque nunca con amor como lo hizo con los que eran sus hijos de sangre. Puede que se arrepintiera de eso pero ya era muy tarde

El castillo se llenó de una tensa anticipación mientras Daenyra enfrentaba un largo y difícil parto

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El castillo se llenó de una tensa anticipación mientras Daenyra enfrentaba un largo y difícil parto. Rodeada por velas parpadeantes y suspiros de ansiedad, ella y Dyanna se apoyaban mutuamente en cada contracción dolorosa. Las horas parecían eternas mientras el dolor se intensificaba y la fatiga se acumulaba.

El maestre, junto con las matronas, trabajaban incansablemente, proporcionando consuelo y cuidado en medio de la agotadora tarea. Daenyra aferraba las sábanas con fuerza, sintiendo cada ola de dolor que la atravesaba. Dyanna estaba a su lado, sosteniendo su mano y brindando palabras de aliento en cada momento difícil.

Madre de dragonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora