Madre de dragones

XVIII

"A DEAD WOLF"
Tras separarse de su beso, Cregan y Daenyra pudieron escuchar un grito, tan fuerte que parecia que estuvieran matando a alguien.
Justo entonces llego una doncella para avisar al señor de Invernalia "Lady Arra esta de parto mi señor" La cara de Dany cambio al escuchar eso, ¿Lady Arra estaba embarazada y Cregan mientras con ella?

"¿Qué haces Cregan? Lady Arra esta sufriendo el mayor de los dolores dando a luz a tu hijo y ti mientras aqui conmigo"- le dijo la princesa, enfadada sabiendo el dolor que se siente dando a luz para que su marido no estuviera apoyandola.

"Tu estas embarazada y estas aquí conmigo"

"Sabes que no es lo mismo Cregan"

Mientras ambos discutían un maestre entro al cuarto buscando al norteño. "Lord Stark, lamentó interrumpir pero tenemos complicaciones con Lady Arra. El bebe no viene en una buena posición"
Al momento que dijo eso pudo recordar a su prima Laena que había muerto dando a luz a un niño que venía mal colocado. Su propia madre, murio al ser abierta ya que los niños venían en una mala posición. "¿Hay posibilidades de que la madre viva?" le pregunto Cregan preocupado al maestre. " Podemos intentarlo" Tras decirle eso el maestre, Cregan le mando con Arra para que hiciera lo posible. El iba a ir detras pero Daenyra le paro, "Cregan, Arra no va a sobrevivir. He vivido esto dos veces y una de ellas yo era ese bebe que venia mal colocado. Ni lady Laena Velaryon ni mi madre, la reina, sobrevivieron" Cregan le pidio porfavor a Daenyra que fuera con Arra y la intentara calmar ya que ella sabia que estaba pasando.

La atmósfera en la sala era tensa y cargada de ansiedad mientras Daenyra intentaba ayudar a Lady Arra en su doloroso parto. Daenyra estaba decidida a hacer todo lo posible para que el proceso fuera lo menos traumático posible. Estaba sudando por el esfuerzo y sus manos temblaban ligeramente, pero su determinación no flaqueaba.

Las matronas y los maestres estaban a su lado, ofreciendo consejos y apoyo en cada paso del camino. Las horas pasaban, y cada intento de ayudar a la joven madre parecía enfrentarse a obstáculos insuperables.

La agonía en el rostro de Lady Arra era palpable mientras luchaba por sobrellevar el dolor. Daenyra se sentía impotente al verla sufrir, deseando fervientemente poder aliviar su angustia. Sus manos temblaban más con cada intento y sus ojos se llenaban de lágrimas de frustración y compasión.

Pero a pesar de todos los esfuerzos, la situación empeoraba. El dolor de Lady Arra se mezclaba con el miedo que se apoderaba de la habitación. Las voces de los maestres eran sombrías, y Daenyra podía sentir la tensión en el aire mientras todos luchaban por encontrar una solución.

Horas más tarde, cuando el llanto de un bebé finalmente llenó la habitación, un silencio tenso descendió sobre todos. Los maestres luchaban por estabilizar a Lady Arra, pero era evidente que había perdido mucha sangre. Daenyra, con los ojos llenos de lágrimas, miró al bebé en brazos de una de las matronas. Pero su alivio se transformó en un nudo de tristeza cuando se dio cuenta de que algo andaba mal.

El bebé estaba inmóvil y pálido, y los médicos confirmaron lo que temían: el bebé había fallecido durante el parto. Daenyra se llevó una mano a la boca, su corazón latiendo con una mezcla de tristeza y horror.

Entonces, el llanto de Daenyra resonó en la habitación, una expresión de tristeza y desesperación que se había acumulado en su interior. Aunque apenas conocía a Lady Arra, la pérdida de la joven madre la golpeó profundamente. Era una muerte que reflejaba la trágica historia de su propia familia, y los recuerdos de su madre y su prima que murieron de la misma manera se agolparon en su mente.
Ni una reina, ni una princesa, ni una lady podían salvarse de las dificultades de un parto.