⋆·˚ ༘ * ᶠⁱʳˢᵗ ᴷⁱˢˢ ⋆·˚ ༘ *

1.6K 119 41
                                    

˗ˏˋ ♡ ˎˊ˗

Iván suspiraba viendo a su amigo -su mejor amigo- hablar.

Su codo sobre el escritorio y su mejilla reposada en su mano cerrada, simplemente admirando al pequeño ojiverde frente a él.

Hace tiempo había dejado de prestarle atención a su voz para concentrarse en su rostro, en sus movimientos, en su energía.

¿Desde cuándo Rodrigo tenía ese lunar? Se lo quedó viendo y memorizado antes de dibujarlo en su mente, en la imagen del castaño plasmada en ella; tan alegre, tan colorido, tan lindo.

En el salón de clases estaban solo ellos dos, anteriormente jugando a las cartas que ahora se encontraban de lado, con una partida de truco ganada a favor de Rodrigo, pues Iván había estado desconectado toda la mañana.

O toda la semana... O los últimos meses.

Ya había aceptado que el castaño lo tenía como un estúpido babeando a sus pies, solo faltaba que dé un paso, algo, cualquier cosa, para hacérselo saber -con total certeza- a él.

Pero aún se seguía preguntando, ¿Por qué de todas las personas en el mundo tenía que gustarle él?

¿Por qué ese chico lindo tenía que tenerlo tan embobado? ¿no podían solo seguir manteniendo una amistad normal?

No, su tonto corazón tenía que emocionarse cada vez que él le daba un abrazo o le contaba sus problemas, o lo saludaba con un beso en el cachete -que era lo NORMAL-.

-Eu, Iván te estoy hablando hace diez minutos y ni bola, me hacés sentir en mi casa basta- dijo medio preocupado por la mirada perdida de su amigo y medio en broma pero no tanto con respecto a lo último.

El pelinegro pestañeó e inspiró hondo antes de bostezar, si se quedaba unos minutos más así se dormiría y al parecer eso lo había notado Rodrigo.

El castaño lo siguió viendo con ojos preocupados, pero esta vez por algo distinto, esta vez sintiéndose mal consigo mismo; sus manos recogidas en su regazo jugando con los bordes verdes de su camisa, el uniforme del colegio.

-..¿Te... Te aburrí?- dudó al principio de la oración, que salió baja y con un deje de tristeza.

Conocía a Iván desde que tenían doce años y sabía que el pelinegro a veces entraba en un viaje astral de la nada, pero últimamente le sucedía mucho estando con él y una parte de su cerebro le decía que era porque se estaba cansando de él, de su compañía, de su amistad.

Rodrigo, por más que pareciera lo contrario, no tenía muchos amigos; sí conocidos, sí compañeros con los que hablaba y se llevaba bien, pero no amigos reales.

En ese grupo selecto solo se encontraban Germán, Tomás, Iván y dos amigos más de la infancia -Giovi y Franco- que no iban a su colegio pero que prácticamente vivían en su casa y él en la suya.

Y tenía un miedo terrible por perder a Iván, y dentro de él sabía que no solo era por perder a un amigo, era algo más.

Iván era algo más.

No podía llamarlo amigo luego de haberlo visto tantas horas con los ojos con los que lo miraba, después de abrazarlo con tanto cariño, después de haber pensado en más de un ocasión en romperle la boca a besos cuando empezaba a hablar de las IA's y no paraba.

.𖥔 ݁ ˖ ᴏɴᴇ-ꜱʜᴏᴛꜱ ʀᴏᴅʀɪᴠᴀɴ .𖥔 ݁ ˖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora