.ABURRIMIENTO.

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—Capítulo 1:—

Cuando la vida ya se habia vuelto tan monótona y aburrida, tanto que sentía las horas del reloj caer sobre sus hombros y las noches se tornaban tan largas que era una interminable tortura de aburrimiento e insomnio para el. Habia probado de todo, altos bajos, grandes y pequeños. Hasta a un pelirrojo, pero nada había servido, pues seguía con el mismo vacío dentro de su estómago. Con cadáveres de mariposas muertas, pues ya no sentía ninguna emoción por nada ni nadie.

Law es un universitario con un buen emprendimiento académico, acomodado en lujos gracias a sus padres: ambos doctores, y el futuramente cirujano. Sin embargo los lujos no animaban su muerta emoción por las cosas, había tenido sin números de parejas. Pero ninguna traía algo de simpatía a su vida; Luffy. Habia sido de los pocos para no decir uno de los únicos que había apartado la capa de aburrimiento de su vida, con quien tuvo una de sus mejores cogidas y con quién casi compartía todo. Pero Luffy era un alma libre, y sabía que no era para el, así que lo tubo que dejar ir lastimosamente.

Cuando ya no sabía que más hacer para avivar la llama apagada dentro de el, el destino le pone un milagro en el camino. Más bien: dos milagros, dos grandes y peligrosos milagros que serían su perdición.

Dos hermanos, uno torpe y algo descuidado. Pero lindo, y el otro peligroso como el filo de un cuchillo y encantador como una fruta prohibida. Ambos hacían una buena combinación, y apostaba que serían fantásticos en la cama. La idea le cayó como un balde de agua fría sobre el, pronto. Esos dos misteriosos hombres se habían vuelto una obsesión, solo quería probarlos en la cama y dejarlos ir. Planeaba usarlos para tener emoción en su vida, pero al final. Quienes lo terminaron de usar fueron ellos ha el.

Law no supo en que momento un acoston de media noche se habia vuelto tan placentero, serio y peligroso.

Pero después de todo. Era lo que buscaba.

...

Había estado ignorando las llamadas durante varios días, ya no quería saber nada de ellos. Estaba en las finales del trimestre y el trabajo se le acumuló en pilas, hacerle el favor ha Luffy de conseguir las roofes que quería para su desfloración con el pelirrojo le habla quitado mucho de su valioso tiempo. Y tener que asistirlo como su maldito psicólogo tras su fracaso lo había llevado aún más atrás.

Después de que Luffy lo interrumpiera por enésima vez en medio de sus labores académicas y escuchar como la había cagado. Otra vez, lo había despedido con una idea no tan buena en la cabeza. Y cuando creía que por fin tendría paz para terminar sus proyectos de la UNI. Su puerta es tocada otra vez.

Molesto camino ha zancadas ha la puerta y la abrió dispuesto a tirar al chico por el balcón. O claro que lo haría. Con las ganas que tenía era capaz de eso y más

—Miserable hijo de.—Law calló al notar que no era quien esperaba, era alguien mucho peor—¿Que haces aquí?

El hombre rubio y alto le sonrió de forma sádica y sinica.

—Queria visitarte, saber porque no contestas mis llamadas.—Doflamingo. Uno de los hermanos que law había encontrado para usar y divertirse. Imponente y firme, su sola presencia era el miedo.

Law había descubierto ha que se dedicaba más rápido de lo que habia contado. Eran mafiosos, eran esos reconocidos por el bajo mundo, sabía que era un mafioso, y se los había dicho. Lo que no esperaba era lo que le dijeron después. No sólo eran mafiosos, si no los cabecillas, los jefes y los más importantes. Lo habían tomado por sorpresa y gracias ha eso law quiso alejarse. Jamás le habían gustado ese tipo de gente, lo que no contaba. Era que alejarse de personas así era una tarea complicada.

.DULCE MARIONETA. [LAW] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora