Me duele la cabeza, me arden los ojos de lo hinchados que están por llorar toda la noche, tengo ganas de vomitar y aún así no puedo borrar de mi cabeza lo que vi ayer.
No lo entiendo. No puedo entenderlo.
Siento los brazos de Colette rodearme en un fuerte abrazo, cierro mis ojos con cansancio, no he podido pegar el ojo en toda la noche, le conté a mis amigas lo que vi en el baño, quedaron igual de sorprendidas que yo, ninguna se lo esperó.
Pero ¿por qué?
Más lágrimas salen de mis ojos, me cuesta entenderlo.
Delilaah está en el baño vomitando, se acaba de despertar hace un rato y corrió al baño, ayer estaba que ni podía pararse, creo ni siquiera me entendió lo que le dije.
—Perdón, pero ayer me descontrolé con el trago —sale del baño secándose la cara con una toalla, se tira a la cama y se pone a mi costado pasando sus brazos por mi cintura—, nena, disculpa por no escucharte ayer, estaba hasta la mierda y estabas hablando muy rápido, no llegué a entenderte.
—No importa, te lo diré más directo —mi garganta está seca, me duele, Coly me pasa un vaso con agua y lo bebo, me cuesta aceptarlo, pero decirlo en voz alta y más claro que ayer será mejor—, Philip me engañó.
Un largo silencio se hace por unos segundos, la cara de Delilaah es tan obvia, piensa que me he equivocado de persona o que seguro me he vuelto loca y he visto cosas que no son.
—¿Con quién? —pregunta con miedo de equivocarse sobre sus pensamientos de su amigo.
—Con Mateo —cierro mis ojos recordando, es que literalmente Mateo me vio y siguió comiéndole la boca a Philip, no le importó que yo los viera, mi pareja o expareja ahora, ni se había dado cuenta de mi presencia, hasta que Bianchini habló.
Philip trató de detenerme, pero se dio cuenta que nos empezaban a prestar atención y me dejó ir.
«Apenas Bianchini habló Philip empujó a Mateo y giró a vernos, sus ojos gritaban "No te vayas, déjame explicarte".
No pasé desapercibido su aspecto, estaba completamente despeinado y con la camiseta desacomodada, como si se la hubiera intentado quitar sin lograrlo, y... Mateo era una evidencia perfecta de lo que habían estado haciendo, con su cabello igual que el de Philip, sin orden alguno, su pantalón desabrochado, pero sin bajar.
No tengo idea de lo que debo hacer, ¿me quedo parada mirándolos como idiota?¿Le ruego a Bianchini que por piedad no vaya a decir nada de lo que está viendo?¿Ignoro todo lo que acabo de ver y sigo con Philip como si no me estuviera apretando el pecho al verlo así?¿Qué hago?
—No tienes porqué quedarte, Larsson —la voz de Bianchini me despierta de todas mis preguntas.
Le miro pidiendo que por favor no diga nada y este asiente dándome una seña con la cabeza para que me vaya. Aprieto mis manos con fuerza, ¿por qué tenía que pasar esto?
No sé si quiero llorar, golpearle o simplemente irme y quedarme postrada en mi cama pensando si realmente fui tan insuficiente que decidió irse con otra persona.
Dejo de pensarlo tanto y me voy, y solo cuando miro hacia atrás y lo veo correr detrás de mí, caigo en cuenta de que todo es real.
Y duele.»
—¿Con mi primo? —se queda perpleja—, mierda, lo siento tanto —me abraza, la verdad no sé si le confunde más que me engañara o que sea un chico o que sea su primo.
—Ya no quiero llorar más por él, pero es que me duele, ¿por qué no me dijo que ya no quería nada conmigo? —retengo las nuevas lágrimas que se forman en mis ojos.
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¿PODEMOS SER ALGO MÁS... O NO?
Roman d'amourKyla es una chica que a simple vista tiene una vida perfecta, pero ¿quién realmente la tiene? Ella hace todo lo posible para que nadie sepa más allá de su realidad construida ante la sociedad, es linda, tiene muchos amigos, un chico que la quiere mu...