Observo mis manos mientras camino, tienen un ligero temblor, estoy un poco nerviosa, nunca me había imaginado en una situación como esta, bueno no es que sea la gran cosa, pero es como si de alguna forma me importara lo que me vaya a responder a lo que le diré.
La residencia es grande por lo que caminamos por un buen rato, ya estamos un poco alejados de mi casa, pero él parece conocer por dónde va, no tiene cara de perdido, lo que me extraña, pero no digo nada.
Ninguno ha dicho nada hasta ahora, simplemente caminamos, sin rumbo fijo, no me siento incómoda, lo que me sorprende, tampoco lo veo incómodo.
Ya estoy casi segura de lo que le voy a decir, aunque también estoy segura de que puede que solo diga la mitad de las cosas que planeo y lo otro me salga de la nada, soy así.
—Oye —le llamo deteniéndome y así poder verle a los ojos, se detiene y me mira con intriga—, quería disculparme por lo que pasó en el instituto, te comprometí a quedarte conmigo en la enfermería cuando no deberías haberlo hecho...
—Espera, Kyla, detente —me mira incrédulo lo que me hace sentir asustada, el corazón me late a mil, esta es una de las pocas veces que le he oído decir mi nombre y no mi apellido—, ¿Que me comprometiste dices?¿Qué te hace pensar eso?
—Amm... yo... no...
Nota mi nerviosismo y me vuelve a callar, pero esta vez pone su mano en mi boca para hacerlo, se le ve un poco impaciente.
—A lo que me refiero es que no me comprometiste a nada, si te ayudé fue porque vi que lo necesitabas y no soy tan mala persona como para no hacer nada al respecto —lo dice con tanta simpleza que me hace sentir mejor saber eso.
Siento las lágrimas aproximarse, carajo, ¿por qué estoy tan sensible?
—Lo siento —susurro cuando quita su mano de mi boca.
—Hey, no hay nada que disculpar, no llores —tiene cara de ya no saber qué hacer y por alguna razón me causa gracia por lo que empiezo a reír, eso solo lo hace ver más confundido.— Larsson, ¿todo bien? —me mira extrañado con una sonrisa torcida, pocas veces lo veo sonreír, normalmente tiene porte serio.
—Sí, sí, lo siento —me vuelvo a abrazar ante el frío que hace, él lo ve y se quita la casaca para pasármela— Oh, no, no te preocupes —intento devolverle su abrigo, pero no me lo permite.— Bueno gracias —termino por aceptarla, miro hacia otro lado para que no vea mi sonrojo.
—No hay de qué, pero... ¿Qué pasó, Larsson?¿Cómo fue que llegaste a eso? —sé que se refiere a lo que pasó en el instituto, por lo que me quedo pensando un rato.
Casi nadie sabe que tengo problemas con la ansiedad, el solo tratar de contarlo me causa nervios, es un tema importante para mí.
¿Es necesario que le revele el hecho de que sufro un trastorno de ansiedad? No, tampoco es que quiero que sepa, así que le diré que fue algo repentino y me inventaré algunas cosas. Sí, eso voy a hacer.
—Bueno, no me sentía muy bien en ese momento —retomo la caminata y él me sigue—, no es... no es algo que no haya pasado antes, ya sabes, a veces... a veces cuando las personas no nos sentimos bien y estamos al límite pasa, cuando acumulas tanto y no te das cuenta de que lo hiciste hasta que de pronto tu pecho empieza a apretar tanto que sientes que te falta el aire, y que tus manos y piernas tiemblen tanto que...
—Kyla —su voz exige mi atención por lo que me detengo y le miro—, respira —me susurra mientras recoge unos mechones de cabello que me han caído a la cara.
Y solo cuando me dice eso caigo en cuenta de que no me he detenido a respirar un momento desde que le di inicio a mi supuesta corta e inventada explicación, para nada salió como lo pensé, qué tonta. Tomo una gran bocanada de aire y me preparo para darle una respuesta sensata, aunque cuando su mano se aleja de mi rostro siento frío justo en esa zona. Me doy un golpe mental y abro la boca para hablar.
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¿PODEMOS SER ALGO MÁS... O NO?
RomanceKyla es una chica que a simple vista tiene una vida perfecta, pero ¿quién realmente la tiene? Ella hace todo lo posible para que nadie sepa más allá de su realidad construida ante la sociedad, es linda, tiene muchos amigos, un chico que la quiere mu...