Un Omega

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Robby y Johnny iban en el auto por la carretera.

Ellos ya habían arreglado sus diferencias después de las aventuras que tuvieron en lo que buscaban a Miguel.

—Papa, aún no lo entiendo y se que es algo tarde preguntar esto para este punto pero ¿Por qué debemos ir a buscar a Miguel? Creo que es un alfa lo suficientemente mayor para cuidarse solo.

—Robby, no lo entiendes. Es... peligroso que ande solo. No quiero imaginarme lo que podría sucederle estando con ese hombre.

—¿Te refieres a su padre?– El joven alza una ceja con confusión al ver al mayor apretar aún más el volante y hacer una mueca llena de disgusto al oír esa palabra.

—Carmen me dijo que era un hombre peligroso, si Miguel está con el solo se meterá en problemas.

—¿Y como sabes que no se encontró con el para este punto?

—Tenemos que darnos prisa entonces– Con eso último dicho aceleró el auto.

Robby no dijo nada más al ver la mirada llena de preocupación de su padre y las feromonas ansiosas que soltaba llenando todo el auto de ellas lo que lo hacía sentir algo ansioso también. Al ser ambos alfas dominante, podría sentirse amenazado por tantas feromonas esparcidas, pero al ser de su misma sangre solo provocaba que tuviera el mismo sentimiento de angustia que Johnny a pesar de no saber porque.

Por otra parte con Miguel.

La estaba pasando bien con su padre biológico hasta que se enteró de la persona tan horrible que era en realidad y para ser honesto estaba realmente asustado y decepcionado.

Luego de oír lo que le dijo simplemente se dio la vuelta con el corazón latiendo a mil, abrió la puerta del edificio en el que estaba y salió. Con sus lagrimas luchando por salir decidió agarrar su teléfono del bolsillo y llamar a su madre mientras evitaba que se le escaparan las lágrimas.

—¿Miguel?– Se escuchaba desde la otra linea. El sonríe por un momento al escucharla, pero aún así eso no evita que su voz se quiebre antes de hablarle.

—Hola Ma– Dice con su voz quebrada.

Se logra escuchar un pequeño suspiro de alivio, seguramente al poder escuchar a su hijo en lo que ella sentía era una eternidad insufrible.

—Lo siento...– Hace una mueca llena de tristeza– Tenías razon.

—Por favor, dime qué estás bien, Miguel– Su voz llena de preocupación solo ponía peor a Miguel, quien ya no pudo contener las lágrimas y una a una empezaron a salir.

—No lo sé– Dice dejando escapar un pequeño sollozo mientras mira el edificio por el que había salido.

—¡Miguel!– La voz de Johnny ocupa toda su atención, no lo podía creer, así que se dio rápidamente la vuelta.

Fue en ese instante, ese preciso instante en el que se dio cuenta de que fue una pérdida de tiempo buscar a su padre, viajó tan lejos para darse cuenta de que realmente estaba parado a solo unos metros.

Lentamente fue bajando el teléfono mientras se escuchaba la voz de su madre llamándolo de nuevo y el solo veía al hombre parado frente a la luz del auto con una camisa que decía FBI arruinada y unos golpes en el rostro. No tenía sentido, pero ya preguntaría más tarde. Lo único de lo que estaba seguro era de que todo estaría bien.

—¿Miguel?– La voz de su madre vuelve a resonar.

El vuelve a levantar el teléfono cerca de su rostro mientras mira al hombre mayor a unos metros de el.

—Estoy bien mamá, vuelvo a casa– Dice finalmente para gran alivio de su madre.

Con eso dicho cuelga la llamada mientras mira a Johnny con lágrimas que no logra controlar, se va acercando mientras levanta ligeramente los brazos con ganas de abrazarlo.

Johnny imita esa acción y ve a Miguel caminar tembloroso y triste. Cuando finalmente lo tiene a centímetros abre sus brazos para atraparlo en ellos. Su alfa interior al fin se mantiene tranquilo después de horas de persecución y peleas. Miguel ya no esta en peligro, lo tiene en sus brazos. Cualquier cosa que pase luego no importa él lo protegería.

Le rompe el corazón escucharlo llorar, pero a la vez está aliviado de verlo sano y salvo. Para calmar un poco al menor suelta sus feromonas para tranquilizarlo envolviéndolo en ellas, lo cual funciona ya que Miguel había parado con el llanto y ya no temblaba.

Miguel por otra parte no podía evitar llorar, pero ahora estaba feliz, aliviado y calmado. Se sentía realmente tranquilo en los brazos del hombre mayor que lo abrazaba de forma tan protectora y cariñosa. Aunque su mirada se tenso al ver al acompañante de Johnny, Robby quien estaba parado a lado del auto viéndolo con una mirada que Miguel no era capaz de descifrar quizás era lástima, no estaba seguro, pero lo hacía sentir algo incómodo.

Al abrazarlo, Johnny no pudo evitar mover el parche de olor de Miguel que se encontraba en su espalda y que evitaba que se descubriera cual era su segundo género, pero Miguel solo por este momento lo ignoro y siguió abrazando a su sensei hasta que esté lo soltó y lo agarro del rostro para ver si no estaba herido, al no ver ninguna herida vio la mirada de alivio en su rostro y lo guió hasta el auto.

Luego de entrar al auto Robby siguió en el asiento de copiloto junto a Johnny mientras Miguel iba atrás. Él se abrochó el cinturón y miro por la ventana, estaba cansado y no quería hablar con ninguno en ese momento por lo que se dejó llevar por el sueño a los pocos minutos.

Johnny miro por el espejo como Miguel dormía y sonrío. Robby copio la misma acción y miro al moreno con algo de curiosidad.

—Papa, ¿Puedes detener el auto?

—¿Por qué? ¿Sucede algo?

Dudo antes de responder, no sabía porque iba a decir lo siguiente.

—Creo que sería mejor si voy atrás con Miguel, podría herirse si no abrochó bien su cinturón.

—Creí que no te caía bien y querías estar lejos de él.

—Si, pero yo creo que...– No sabía que decir ahora.

Johnny no siguió insistiendo solo sonrió ligeramente mientras suspiraba.

—Supongo que no se puede evitar, también eres un alfa y tienes el instinto.

—¿De que hablas?– Hizo una mueca sin comprender.

Robby parecía confundió con aquellas palabras.

—Nada, nada. Solo sigue con lo que querías hacer– Detiene el auto y Robby lo mira por un momento.

—Bien– Abre la puerta y luego la cierra para luego ir atrás donde estaba Miguel y repetir la acción de abrir y cerrar la puerta solo que con el adentro. Se abrocha el cinturón y Johnny vuelve a arrancar el auto.

Johnny observo a su hijo en ciertos momentos, podía ver la sorpresa y resolución en su mirada.

—'Parece que ya se dio cuenta'– Pensó Johnny mientras deja de ver a Robby y decide seguir viendo la carretera sin distraerse.

Robby finalmente lo comprendió, una parte de él creyó que la preocupación de su padre se debía solo a qué veía a Miguel como al hijo que quería reemplazar, pero se había equivocado. Sabe que su padre lo ama, pero también ama a Miguel como a un hijo tanto como lo ama a él y eso no se puede negar como había otra cosa que no se podía negar.

Acerco su mano hacia el cabello de Miguel queriendo moverlo para descubrir su cuello, ante ese toque frío de las manos de Robby el joven se movió más cerca de la ventana del auto dejando expuesto su cuello. Involuntariamente salieron feromonas de él.

Esa fragancia dulce que olía desde donde estaba, era realmente inconfundible. Algo hizo clic en su cabeza. Su padre vino a buscar a su otro hijo cruzando la frontera, pero no a un hijo alfa como pensaba, sino a un Omega. Miguel era un Omega.

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One-shots Robby x MiguelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora