DEJAD QUE LOS NIÑOS SE HARQUEN A MI

P. 3. EL EJEMPLO

¡Mi querida campanilla!

Ya se que no sabes como empezar ni recuerdas lo que te he dicho, por eso yo lo hago por ti, antes tú lo hacías por mi, ahora lo hago yo por ti.

Os decía; "dejad que los niños se acerquen a mi, no se lo impidáis".

Porque sois vosotros, los hombres, los que les impedís acercarse a mí.

Recuerda que los niños siempre preguntan, lo quieren ver todo y se meten por donde pueden en medio de los mayores, eso cuando son niños, después ya es distinto.

Un niño quiere ver, sobre todo ver, porque viendo es como aprende, el niño aprende con imágenes, ya te lo he dicho campanilla, cuando un niño empieza a aprender, por ejemplo, a leer, debajo de cada letra le ponen un dibujo de lo que representa esa letra, porque para el niño es mas fácil así, asociando la imagen con la letra.

Porque el niño mientras está dormido por que le falta la razón, solo aprende de las imágenes que ve que son de las que aprende.

Cuantas veces decís; ¡éste niño se parece a su padre, o es el vivo retrato de su madre!

Pero no es solamente en lo físico, si no en su manera de ser.

¿Por qué?

Porque el niño ha ido aprendiendo de las imágenes que tenia de sus padres, el hombre es una cadena en donde el mal va poniendo desde el principio su semilla, de unos a otros se va sucediendo, y no es que el niño traiga la semilla del mal dentro, es cierto que ya su cuerpo nace estropeado, pero el alma no, el niño, y lo puedes ver en un niño recién nacido que solo inspira cariño, ternura, es una bendición.

Y es un gran pecado maltratar a un niño recién nacido porque llore cuando está enfermo o le pasa algo que no puede expresar si no es con el llanto, aunque los padres tal vez estén cansados, agobiados, o preocupados por el trabajo.

El niño cuando va creciendo aun estando su razón dormida, va viendo imágenes en sus padres, en cada uno ve una imagen distinta, y el maligno está esperando para sembrar su semilla, cuando vea que el niño rechaza alguna imagen que ve en sus padres que no le gusta, pero al mismo tiempo esa imagen que no le gusta, ha sido grabada en él, ha sido sembrada en él la mala semilla por el maligno, por el enemigo.

Los padres, están muy entretenidos en sus cosas, no tienen tiempo de mas, unas veces están alegres y otras disgustados, o cargados de problemas que se reflejan en ellos sin poder disimular, no tienen tiempo de observar por qué un niño reacciona como lo hace, y en vez de darle la medicina justa para esa enfermedad que está empezando a nacer en él, lo que hacen es castigarlo, porque no le gusta ese comportamiento que ven que está naciendo en él, y no se preguntan el por qué, y no saben que ese comportamiento se lo han enseñado ellos, claro, sin darse cuenta que lo han hecho, porque los padres también se creen perfectos, y como tienen poder y autoridad, pueden hacer lo que quieren, y lo hacen, porque al estar engañados y tener la imagen rota de Dios en su corazón, es la imagen que le dan a los demás, ellos no se dan cuenta, pero tanto los niños como los demás que están a su alrededor si se la dan.

Ahora hay mas imágenes además de los padres que enseñan a los niños, ya que, aun estando dormidos, los ponen en otras manos para que los cuiden, ya que ellos tienen que trabajar para poder vivir en este mundo de bienestar.

Y de todos esos elementos nuevos que van viendo, van aprendiendo.

Las distracciones para entretenerlos, también los van enseñando y van influyendo en ellos.

Porque en este mundo de bienestar y de mentira, parece que la vida es un juego, y se enseña a los niños a jugar lo primero, y los enseñan jugando, y los educan jugando, y eso es lo que después quieren, cuando van creciendo, quieren seguir jugando y disfrutando como sea, y si se aburren con unos juegos, buscaran otros nuevos.

A eso los han enseñado, a jugar y distraerse, y después se quejan de lo que ellos mismos le han enseñado.

¡Como se engañan!

¿A quien quieren engañar?

Un niño no necesita nada para distraerse, son los mayores los que necesitan distracción, porque la vida que viven (y eso que es bastante ajetreada), como no tiene sentido, los aburre, y creen que los niños son lo mismo, y los enseñan como les gusta a ellos, jugando, para que no se aburran.

Y los que se aburren son ellos, no los niños.

¿No ves a los padres hacer tonterías por distraer a los niños?

Una cosa es ponerse a la altura del niño para poderlo entender y que el niño lo entienda, y otra cosa es hacer tonterías para divertirlo.

¿Quién se divierten los padres o los hijos?

De las imágenes que mas aprenden, aunque sea poco el tiempo que los vean, son de los padres, porque al ser pequeños se refugian en su amor, sienten la necesidad de ese amor, y mas, cuando no lo tienen o lo tienen poco.

Ya se que siempre ha sido así.

Desde que el hombre es hombre y se apartó de Dios.

¿Qué pasó entonces?

Lo mismo que ahora, que el hombre cuando es mayor o se cree mayor, piensa mas en si mismo que en los que vienen detrás aprendiendo de lo que ven de él, los padres son la mejor y la primera imagen que un niño ve.

Al principio como ahora, los hermanos se tenían envidia, porque veían que el padre tenía predilección por uno, porque sus acciones eran mejores, porque le gustaran mas las acciones de uno que del otro, y al darse cuenta que el padre prefería a uno, por la envidia que el maligno habia sembrado en él, lo mató.

Ahora cuando un niño ve que los padres tienen predilección por otro, hacen lo mismo, los celos y la envidia son lo mismo, se dan la mano mutuamente.

Los niños ven en los padres de todo, ven amor, ven malos gestos, voces, riñas, ven al que tiene poder sobre los demás, ven malos modos, avaricia, afán por el trabajo, responsabilidad, amor, predilección....

Ven de todo, y de alguna de esas imágenes se vale el malo para sembrar en ellos la mala semilla de la cizaña.

Y el niño queda dañado para siempre, porque esa semilla que ha sido sembrada en él, no se puede arrancar, lo mismo que la buena semilla plantada en él, la imagen de Dios y su semejanza con él tampoco se puede arrancar, siempre irá con él aunque no quiera llevarla.