P. 4.LA IMAGEN DE DIOS

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No es solo en esta sociedad civilizada donde pasan estas cosas, que como después veras no hay tanta diferencia entre el mundo desarrollado y moderno y los pueblos que no lo están.

Si te hablo de este mundo campanilla es por ser el que tú conoces, a los otros los conoces de oídas o de vista y eso no es conocerlos.

A los otros mundos sin desarrollar los conoces solo de oídas, y hay otros mundos que ni siquiera los conoces de oídas.

No hay mucha diferencia entre los mundos en cuestión del bien y el mal, si las hay en cuestiones de desarrollo bienestar y dinero.

En esos mundos que conoces de oídas que no conocen a Dios, porque Dios también tiene un pueblo en el mundo, aunque no sea del mundo, pero vive en el mundo, muchos son los afiliados que pertenecen a su pueblo, pero no todos son fieles a su Señor.

¿Por qué?

Porque Dios no es un tirano, no es como los jefes de los pueblos, tampoco es como los padres del mundo, que unos y otros no son justos, aun queriendo serlo y teniendo fama de ello.

Ya que hacen unas leyes que benefician a unos y perjudican a otros. Una misma ley sirve para castigar y para premiar.

La ley prohíbe matar, y el que mata es castigado, y han hecho otra ley que se puede matar sin ser castigado.

Si matas a un hombre eres castigado, y si matas a un inocente, a un niño, eres absuelto de culpa, es mas le dan todas las garantías y cuidados necesarios si quieres hacerlo sin castigarte por ello. Es mas, pronto le darán un premio a quien se decida a hacerlo .

Aunque hagan leyes justas, con esa ley tan injusta, queda dañada la imagen de la sociedad que representa, el pueblo que representa ha visto la imagen de la cizaña, del mal, la imagen de libertad justicia y honradez que el poder quería dar a la sociedad, ha quedado rota.

Y eso mismo pasa con la imagen de los padres, que por muy justos que se crean, no viven en el amor de Dios, en ellos está su imagen rota, y de eso se vale el enemigo para ir sembrando la mala semilla, la semilla del mal, como hace el poder en la sociedad.

Te hablaba de otros pueblos, esos pueblos que no tienen de nada, que están en la miseria, abandonados, pero el poder de otros pueblos le da armas, y desde pequeños aprenden a matar.

Esos pueblos están rodeados de fieras salvajes, sin embargo, las armas que les dan no son para defenderse de las fieras, son para matar o defenderse de los hombres, que sin conciencia y sin Dios, son peores que las fieras, porque no han sido educados, enseñados, y las imágenes que han visto, han sido imágenes de miseria, hambre y violencia.

El mal en ellos siendo lo mismo, puede tener una cara distinta, son pobres, sin poder.

¿Por qué se matan entonces?

Por ser familias distintas, por creerse una familia superior a la otra.

Los creéis bárbaros y atrasados.

Y los hombres que se creen civilizados, modernos ¿no son iguales que ellos?

Aquí no se llaman hernias, ni familias, aquí se llaman ideologías.

¿Y no salta la chispa entre las ideologías?

¿No se matarían mutuamente si una tuviera más poder que la otra?

¿No pasa así por muy modernos o civilizados que estén?

Siempre, la ultima generación de su tiempo, es la que estaba más civilizada. Y los más adelantados que había ¿que hacían?

¿No sometían a otros pueblos por la fuerza?

¿No se matan mutuamente por ideologías?

¿No recuerdas que dice mi palabra que llegará un día en que los padres matarían a sus hijos y los hijos matarían a sus padres por causa mía?

¿No son los miembros de mi pueblo en esos países los que son masacrados por no hacer frente al que los agravia?

¿Es por cobardía?

¡No!

Es por valentía, cobarde es apalear a un hombre indefenso y dejarlo medio muerto, cobarde es aprovecharse de sus hermanos, cobarde es aprovecharse de su poder para hacer esclavos a otros por la fuerza de su poder.

Recuerda lo que le pasó al hombre aquel que cayo en manos de unos bandidos y lo dejaron medio muerto  tirado en el camino.

Fue el buen samaritano el que se compadeció de él curándole las heridas, fue un hombre movido por el amor el que lo curó, lo cuidó, y lo dejó en una posada prometiéndole al posadero que lo cuidara, y lo que hiciera con él, se lo pagaría a la vuelta.

Y Dios tiene que volver para pagar esas deudas de amor que debe.

¿Por qué te digo esto campanilla?

Recuerda a mi Madre, en mi no había mal alguno porque yo aprendí de ella, y de ella solo aprendí la imagen del amor, la imagen de Dios, ella solamente me hablaba de Dios, y como veía que su amor era verdadero, eso aprendí yo.

Ella solo sabia amar, perdonar disculpar ayudar, servir a los demás con amor, y esa fue la imagen que yo vi siendo niño, la imagen del amor entera, sin romper, ella era la imagen de Dios.

Y de ella yo aprendí el amor, ella me enseñó a conocer a mi Padre Dios, ella fue quien me acercó a él.

Porque no se puede educar con poder, con genio y malos modos y luego hablar de amor, hablar de Dios, porque la imagen del mal, ya ha sido sembrada en un niño inocente que está dormido y a merced del enemigo.

Por eso son los padres los que deben de acercar a sus hijos a Dios, enseñarle a conocer a su Padre del cielo.

¿Quién lo hace?

Los padres no tienen tiempo de nada, y menos de enseñar a sus hijos, los entretienen con juegos y entretenimientos, y esa gran labor, si llega la ocasión, se la encargan a otros, que tampoco llevan esa imagen entera de Dios que un niño puede ver.

Y si oyes hablar del amor de Dios y el que habla no hace lo que dice ¿cómo lo van a creer?

No te sirve de nada, es peor, puedes juzgar y no creer lo que está diciendo.

Porque el que dice o habla debe de hacer lo que dice si quiere que lo puedan creer.

A mi me tentó el enemigo. Pero no pudo conmigo, no pudo vencerme porque no había plantado en mí la semilla del mal.

Y conocer el amor y conocer la verdad podía con oración y suplica resistir sus ataques.

Sois vosotros los que no dejáis que los niños se acerquen a mí, se lo impedís con vuestra vida.

Los niños aprenden la información que les dicen con la razón, y para eso no necesitan imágenes, son cosas aprendidas.

Lo que el niño no ha visto es la imagen de Dios, porque la imagen de los padres se lo ha impedido.

Es por eso por lo que Dios vino a llamar a los hombres a la conversión, para que Dios pudiera restaurar en ellos su imagen de amor rota para que los demás la pudieran ver, y viendo esa imagen de Dios en él restaurada por su amor, pudieran creer en él.

Es por eso por lo que Dios vino a llamar a los hombres a la conversión, para que Dios pudiera restaurar en ellos su imagen de amor rota para que los demás la pudieran ver, y viendo esa imagen de Dios en él restaurada por su amor, pudieran creer en él

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