mini fic १ Donde Jeongin esconde un pequeño secreto que lo llevará a una situación poco amigable para él... Pero muy tierna para sus seis amigos.
O donde jeongin entra en celo y sus amigos deberán cuidar de él, sin tener idea de cómo hacerlo en real...
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¿Fecha de celo?
Los chicos habían llegado a su destino, luego de seis tediosas horas de viaje, por fin habían llegado a la cabaña.
El omega lucía excitado, necesitaba correr por el bosque y juguetear hasta el cansancio, pero era consciente de que eso debería esperar si no quería ser descubierto.
Los siete chicos entraron a la cabaña, esta era muy espaciosa y estaba bien mantenida, tenía cuatro habitaciones con baños incluídos, una gran cocina y una sala enorme. La cabaña tenia una salida trasera, con pequeño balcón con escaleras para bajar, donde a pocos metros comenzaba el gran bosque.
-¡Okey chicos! Vamos a decidir compañeros de cuarto, lo haremos por sorteo. - seungmin sacó unos papelitos de su bolsillo izquierdo.- aquí están sus nombres, sacaré de a dos y esas serán las parejas, el que quede tendrá una habitación propia.
Kim mezcló los papeles, separando tres pares y un solo papel al costado.
- Bien, veamos el primero- Dijo abriendo dos papeles.- Chan y Felix- tomó otros papeles y los abrió- Minho y jisung- Tomó el último par y sonrió.- jeongin y hyunjin, eso quiere decir que tengo habitación propia, ilusos.
Kim se dirigió rápidamente a su habitación dejando a los chicos solos, quienes miraban hacia donde había desaparecido el mayor.
- Vaya, al parecer seremos compañeros.- hyunjin habló a su lado, el chico lo miraba con una sonrisa en su rostro.
- Sip, ven, vayamos a la habitación.
Ambos amigos caminaron hasta la habitación, viendo que solo había una sola cama. El lobo de jeongin saltaba en su interior, feliz de estar cerca del menor, aunque su parte humana simplemente lo ignoraba.
Dejaron sus pertenencias en sus respectivos lugares, decidiendo tomar un breve descanso del largo viaje, recostandose en la mullida cama.
Espalda contra espalda, ambos chicos cayeron dormido.
🐾
Al despertar, unos fuertes brazos envolvían la cintura del mayor y una tenue respiración se sentía en su nuca.
Parecía bastante tarde, al parecer habían dormido unas cuantas horas y es sol ya había caído. Con cuidado, jeongin se separó del fuerte agarre del castaño, así ir hacia el baño y poder asearse correctamente. Salió de la habitación, dejando a su compañero dormido, viendo que ninguno de sus amigos estaba en la casa.
Aprovechando el momento, jeongin salió por la puerta trasera, revisando que nadie lo vea, se desnudó y cambió de forma rápidamente.
Una vez en su forma animal, feliz comenzó a corretear por el bosque, jugando entre los árboles y ladrando a cualquier pequeño animal que se le cruzaba.
Llegó hasta un pequeño lago, no parecía muy profundo por lo que optó por volver a su forma humana y así poder meterse. El agua estaba templada, se sentía bien contra su piel y la leve brisa contra su rostro lo relajaba en demasía. El bello omega cerró sus ojos lentamente, hasta quedarse dormido en la orilla del lago.
. 🐾
La noche había caído y seis chicos preocupados buscaban a los alrededores de la cabaña, buscando a un dichoso rubio quien no había vuelto a aparecer.
Los cinco chicos que habían salido a dar una vuelta por el bosque volvieron relativamente temprano, el sol ya había caído y no era seguro estar a esas horas en un bosque. Al llegar a la cabaña se encontraron con un preocupado hyunjin sosteniendo en sus manos la ropa de jeongin, diciendo que la había encontrado fuera de la cabaña, tirada a un costado.
Y el rubio no se encontraba en ningún lado. Los seis comenzaron a buscar a su amigo, sin embargo, actualmente no estaba por ningún lado.
La noche era bastante fría a comparación de lo que había sido la tarde, el viento era más fuerte y el tiempo simplemente seguía corriendo.
Los seis amigos, afligidos por no encontrar a jeongin, volvieron a la cabaña. El miedo de lo que podría haberle pasado al rubio era palpable, no tenían idea de lo que había sucedido.
Al llegar a la cabaña unas marcas de tierra y un poco de lodo en la entrada los sorprendió. Parecían ser patas de algún animal bastante grande y se dirigían al interior del lugar.
Chan avanzó lentamente, con sus amigos detrás, entraron a la cabaña, haciendo el menor ruido posible. Sin embargo al entrar, solo lograron divisar a un pequeño jeongin hecho bolita en un rincón.
Su piel estaba sucia, su cabello mojado, desnudo y con lágrimas en sus ojos, sus brazos apretaban fuertemente la parte baja de su abdomen.
Los chicos solamente, no entendían nada.
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