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Spreen despertó tarde, mirando fijamente el techo alto de su habitación de hotel. Había discutido con su manager, pero le aseguró que no estaba pasando por un buen momento y que decidía no asistir a la última práctica. Al final lo que le importaba era sólo la Qualy, así que tenía tiempo para relajarse antes de presentarse y dar varias vueltas rápidas para quedarse con la Poll como era costumbre. Sí, discutieron bastante después de regresar tarde al hotel y recibió el sermón habitual de la rutina estricta que debía cumplir para poder seguir siendo el mejor de todos, pero a él honestamente le importaba poco en este momento.

Su noche consistió en recordar cuadro a cuadro, como una cinemática, lo que había hecho con Roier la noche anterior y la forma en que sus ojos tristes lo miraban cuando se despidieron tan rápido. Pero honestamente estaba cansado y agobiado por todo lo sucedido, no sabía qué hacer.

Pensó en que quizá sí fue muy extraño todo desde el inicio. Él acostumbraba a tener una que otra pareja sexual en cada carrera y la prensa lo presentaba como el "soltero más codiciado", sólo después de Luzu, a quien no le conocían una pareja formal porque era totalmente hermético con sus relaciones, pero no era un secreto que sí salía con alguien, aunque la prensa aún no daba con él o ella.

Para él no era una prioridad enredarse con alguien del medio, porque al final tener a tanta gente interesada en entrometerse en la relación o los rumores que siempre sobrevolaban alrededor de cada nueva pareja del momento lo abrumaban constantemente.

Le temía al compromiso y a las relaciones que sólo se aprovechaban de su fama y dinero, porque lo más seguro es que cualquier persona famosa buscaba relacionarse con otros para estar en la boca de los periodistasx y ser siempre noticia, pero a él eso le parecía muy estúpido. Por eso prefería limitarse a seguir sus instintos más bajos y conseguir con quien pasar la noche para no sentirse solo, pero sin ningún sentimiento de por medio, sólo mero placer personal.

Claro, eso no fue exactamente lo que sintió cuando vio a Roier, porque él deseó poseerlo y sacar algo de él, que sabía que conseguiría fácilmente por su estatus. En la entrevista él parecía tan ajeno a su entorno, ensimismado, cansado incluso, pero nada le indicaba que fuera conocedor de este mundo y eso le pareció curioso. El problema era que cuando lo besó, pudo sentir su sorpresa. No había algo en sus ojos que demostraba que lo conocía o que estaba ahí para verlo a él, tampoco a los demás, porque se veía totalmente inexpresivo ante el evento completo. Y eso lo hizo retroceder, saliendo a prisa del baño donde lo abordó, pensando que no estaba siendo muy coherente y empezó todo mal.

Luego tuvo la oportunidad de ponerlo a prueba, volviendo para retenerlo, para preguntarle cualquier cosa o saber qué lo traía ahí, pero ante su negativa sólo se dejó llevar, encerrándolo para besarlo otra vez y... bueno, todo lo demás.

Pero de nuevo, él lo veía como si no fuera una persona especial, sólo alguien con quien pasó un rato y luego desapareció. Y eso volvió a asaltar su mente, queriendo verlo otra vez, queriendo que sus labios volvieran a tocarse o poder sentir su cuerpo tonificado. Sólo verlo de nuevo.

Pero ese imbécil tomó la libertad de invitarlo a la siguiente carrera, arrebatándole la posibilidad de preguntarle o invitarlo él. Y él, inocente, aceptó sin más, sin pensar en nada y sólo habiéndolo conocido apenas unas horas atrás. Claro, también era un desconocido para él, pero quizá pudo intentarlo y justo ahora lo acompañaría sólo a él, conociéndolo y sabiendo más de él.

Se sentía totalmente estúpido, pero cuando por primera vez en mucho tiempo sientes que eres una persona normal, que puede hacer lo que ama, reír y sentirse libre, entonces las posibilidades de volver a sentir eso con una persona sólo podrían disminuir. Y Roier parecía una persona en quien confiar rápidamente, sin pensarlo mucho.

DRS - Spiderbear / GuapoduoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora