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hunter and prey [capítulo largo]



Anakinn estaba mirando fijamente a la elegante puerta de madera con estampado de dragones, esperando ansiosamente a la persona con la que había estado jugando recientemente.



- Khun Kinn, él está aquí... - Big anunció abriendo la puerta, haciéndose a un lado para que una figura alta entrará en la habitación.

El recien llegado miró a su alrededor con cautela, lo suficientemente distraido como para no notar la forma en la que el alfa lo miro de pies a cabeza.


El tatuaje debajo de la camisa blanca era tan llamativo, tan hermoso que Kinn tuvo que echarle un segundo vistazo.



- Sientate.- Big lo obligó a sentarse en el sofa, presionandole el hombro con fuerza, provocando que Porsche le diera una profunda y peligrosa mirada

De un segundo a otro, el silencio rodeo la habitación. Nadie se atrevió a hablar, ni siquiera los dos que estaban frente a frente sumergidos en esa pequeña lucha de miradas


- ¿Qué es lo que quieres? - Preguntó Porsche, todavía con voz suave, no pudiendo ocultar lo inseguro que se sentía en ese momento, pues estaba prácticamente rodeado de guardaespaldas dispuestos a todo por proteger al bastardo arrogante que tenía enfrente.

- Que trabajes para mi. - Respondió él mayor, aún manteniendo su mirada fija en el terco muchacho.

- Mierda, por supuesto que no. - Respondio sin siquiera considerarlo.

- Hmm... Eres más testarudo de lo que pensaba.  - Kinn se burlo, tomándose algunos segundos para analizar el comportamiento del recién llegado.

Era más que obvio que Porsche es una persona testaruda y agresiva, un chico que trataba de mantenerse duro para ocultar sus verdaderos sentimientos, pero Anakinn podía ver más allá de su fachada.


A pesar de solo tener  23 años, Kinn aprendió demasiado rápido a leer a las personas, después de todo tener que estar tres pasos adelante de todos era obligatorio para él.

Él menor frunció el ceño ante la respuesta del alfa, había venido hasta ese lugar porque ese bastardo sabía cosas sobre su pequeño hermano, pero con cada segundo que pasaba, Porsche comenzaba a inquietarse.

- ¿Por qué? ¿Por qué haces esto? -

-¿Yo? ¿Qué hice?- Una sonrisa surgió de la comisura de sus labios.

- Estás molestando a la gente a mi alrededor, persiguiendome por todos lados y arruinando las cosas. - Un poco de la irritación que trataba de mantenerse bajo control salió a flote, dejando notar a todos los presentes que su paciencia comenzaba a agotarse.

- Ohh... sí, eso hice...- Él alfa respondió sin interés, como si sus pasadas acciones no hubiesen sido de importancia.

- Enviaste a tus perros a destruir el lugar donde trabajo para culparme y hacer que me despidieran. - Porsche le acusó, casi masticando las palabras que salían de su boca.

-Sólo pretendía darte una lección. - Kinn se encogió de hombros.

- ¡No molestes a la gente que me rodea!

- Si no hago eso ¿Vendrás a trabajar para mí? - pregunto sin rodeos, sabiendo de antemano que las cosas debian ser así.

Kinn tuvo que idear una trampa para él, porque rápidamente aprendio que si usaba la fuerza con alguien como Porsche, este nunca se rendirá y luchará con todo su corazón.

Devil Doesn't Bargain. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora