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Desde que Porsche entro a su vida todo se había vuelto caótico, el chico era sinceramente un desastre con piernas, se metía en problemas con una facilidad ridícula, y siempre tenia algo que responder cuando alguien le llamaba la atención.

En su primer día casi incendia la casa, se negó a seguir las órdenes que le daban y siempre tenia algo que debatir, por no mencionar esa actitud arrogante y agresiva, estando siempre a la defensiva y dispuesto a partirle la cara a quien fuera que se atreviera a desafiarlo.

Los días siguientes fueron igual de caóticos, Porsche mato a los peces de Thankhun, se metió en otras peleas con lo demás guardaespaldas, e incluso se atrevió a emborracharse mientras trabajaba, lo cual casi hace que los maten a ambos.

Kinn incluso llegaba a cuestionarse si la decisión de reclutar a porsche había sido la correcta.

Pero de nuevo, el chico que no tuvo vergüenza alguna en deshacerse de su ropa hasta quedar en bóxer y una camiseta simple, luego se acostó en el sofá y se durmió sin importarle nada más.

Entonces Anakinn no pudo evitar admirar aquella figura, Porsche tenía un cuerpo muy atractivo, esbelto y tonificado, con los músculos marcados justo en los lugares correctos. A pesar que no era su tipo, Kinn era simplemente un perro caliente, y no pudo evitar sentir interés por aquel muchacho.

Nunca antes había si quiera considerado la posibilidad de involucrarse con otro alfa, y muchos menos con uno recesivo como Porsche,  pero desde aquel momento en el que casi lo mata, las cosas cambiaron, y la curiosidad por secretamente saber todo sobre el chico solo aumentaba cada día.

Unos golpes en la puerta lo obligaron a salir de su ensoñación, dándole permiso a la persona para ingresar a la habitación.

- El guardaespaldas de Khun Kinn volvió a golpear a otro hombre. - Dijo Ken, haciendo un gesto en dirección al escandaloso moreno que aún maldecía a quienes lo habían prácticamente arrastrado a la habitación.


Dios, justamente estaba pensando en lo mucho que Porsche la cagaba y mira, parecia que lo habia invocado.

El alfa solto un suspiro - Te dejé salir hace no más de 15 minutos, Porsche. - Dijo en un tono cansado.

- ¡Pero ellos empezaron!- Como era de esperarse, el se rehusó a guardar silencio y volteo la cara hacia los demás guardaespaldas, quienes claramente no pudieron sostenerle la mirada

- Oi ¿Acaso no puedes comportarte aunque sea por un día?- Dijo Kinn, señalándolo como el único responsable de lo ocurrido.

- ¿Hah? ¿Por qué no le preguntas a tus hombres también? ¿Por qué sólo me echas la culpa a mí? ¡Claramente ellos lo empezaron, y ese hijo de puta incluso me dio un puñetazo en la cara! - con la rabia a flor de piel, Porsche clavo su mirada en el bastardo que le golpeó la cara.

-¡Porsche, no me hagas repetir lo mismo! Ya te dije que no provoques ningún problema, especialmente no con mis subordinados - Kinn casi gritó, sintiéndose algo molesto, simplemente porque a pesar de que el moreno le hablaba a el, este no dejaba de mirar al otro tipo, y eso era molesto.


Una mirada a esos ojos chispeantes de ira fueron suficientes para saber que era lo que venía ahora.

- Mierda, muy bien, muy bien. Ponte del lado de tu gente otra vez. Ellos son lo único que te importa ¿¡No es así!? Oye, Kinn te lo pregunto en serio ¿Cómo carajo puedes pasar por alto algo como esto cada vez? - Porsche señaló su rostro y luego a los tipos que lo miraban de reojo, todos y cada uno de esos bastardos parecían un grupo de perros asustados, con la cola entre las patas y las orejas hacia atrás.

Devil Doesn't Bargain. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora