Sentía que vomitaría en cualquier momento.
Ni siquiera los chocolates que le pedí a Mariel que me trajera lograban calmarme, no realmente. Tenía un nudo en el estómago que parecía apretarse a cada segundo mientras esperaba a que vinieran a buscarme.
-Señorita, le pido que intente calmarse o hará un agujero en el suelo -pidió Mariel sentada en el borde de mi cama con las manos entrelazadas elegantemente en su regazo, su cabello apretado en una firme coleta y el uniforme que colgaba de sus hombros huesudos se veía más limpio que otras veces.
Sin embargo fue esa expresión de calma en sus ojos lo que me hizo detenerme en el medio de la habitación y dejar caer mis brazos en señal de derrota.
¿Y si no venían? ¿Y si se arrepintieron y deciden no venir a buscarme para ir al baile? ¿Y si Valdemar no pudo llegar a tiempo para...?
-¡Piper! ¡Vinieron a buscarte!
El grito de mi madre me hizo dar un respingo en mi sitio, miré a Mariel quien se había levantado de su lugar en mi cama y me dió una sonrisa para luego señalar la puerta en señal de que me vaya.
-Apúrese, no quiere llegar tarde.
Con una sonrisa gigante me apresuré a llegar a la entrada donde mi madre estaba hablando con un hombre que llevaba un sombrero negro con una pluma roja que cubría su rostro de mi. Comencé a reducir mis pasos a medida que me acerqué a ellos hasta que mi madre se dió vuelta junto al caballero del sombrero. Mi madre tenía una de sus tantas sonrisas tensas.
-Piper, te presento a... Disculpe ¿Cómo dijo que se llama?
El hombre levantó la cabeza y el aire se me atoró en la garganta al ver unos ojos anaranjados que jamás había visto.
-Mis disculpas, no me presenté correctamente, pero mi nombre es Cyrus Devanox y vine a buscar a la señorita Piper en nombre de los señores Gasten. Ellos la encontrarán en el baile -se quitó el sombrero y se inclinó, revelando un cabello color azul brillante que me dejó sorprendida.
¿Qué clase de criatura era Cyrus? ¿Y por qué jamás lo había visto? ¿Dónde estaban los Gasten?
Se volvió a colocar el sombrero con un elegante movimiento y me tendió la mano con una brillante sonrisa que me transmitió una confianza que no sabía que necesitaba hasta ahora.
-Ahora, si me acompaña, mi lady, el carruaje la espera.
Tomé su mano, y me despedí de mi madre con un movimiento de cabeza.
Una vez fuera una carrosa con seis Pascos perfectamente alineados, el escudo de la familia Gasten relucía a un lado de la estructura como una advertencia para todos. Cuando Cyrus notó que me quedé quieta en mi sitio, me instó avanzar hacia el transporte junto a él, soltó mi mano y abrió mi puerta e hizo una señal para que subiera.
No pude evitar que los nervios me traicionaran y miré al muchacho, dudosa sobre si preguntar o no. Pareció leer mi expresión porque me ofreció una suave sonrisa.
-Los señores están bien, tuvieron un par de inconvenientes, por eso me enviaron a buscarla. No sé preocupe señorita, yo le haré compañía hasta que lleguen. Ahora suba, llegaremos tarde -me instó y subí un tanto decepcionada por no tener a ninguno de los hermanos conmigo.
Aunque no me extrañaría luego de todo lo que le dije a Venecio la última vez que nos vimos. Si yo fuera él, seguiría enojado. Con un suspiro agotado me subí al cómodo carruaje y tomé asiento en los afelpados asientos color dorado, crucé las manos delante mío, apretando los dedos entre sí con fuerza, sintiendo como mis uñas amenazaban con traspasar la tela de los guantes.
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La bruja de Blackens | #0 |+18
FantasyUna bruja que carga con un poder maldito y un pasado doloroso, huye de su vida para buscar refugio en un lugar en el que no intenten cortarle la cabeza, y para eso termina en el único sitio donde nadie se atreve a meterse. Un rey oscuro, un general...