Capítulo 1

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2 de septiembre de 1.993

Querido amigo:

En días pasados estaba recordando que ya hace dos años que te he estado escribiendo y no te conozco. Aunque creo que es sólo cuestión física porque creo haber conocido ya bastante de ti, tu forma de pensar, de actuar y de ver las cosas. A fin de cuentas, fue gracias a eso que te conocí ¿no? Cuántas cosas raras han sucedido en estos casi ochocientos días de que sé de tu existencia. Y de la existencia de Sam y de Patrick. Sí, aún los conservo en la mente como aquel buen recuerdo del que algún día sonreirás al traer de nuevo a una conversación. Dos años en los que conocí lo que era enamorarse en la secundaria. Pero vaya que es raro y complicado de entender.

¿Qué enamorarse a los quince años? Es conocer a esa persona a fondo, que no te importe sus raras facetas, que te acostumbres a ella, a su voz, a su todo, mejor. Pero todo se fue al bote de la basura. Yo sólo era aquel chico que quería estar con ella pero no se podía porque ella decía que era muy mayor para mí. Cosa que respeté pero jamás compartí.

¿Qué es enamorarse a los dieciséis años? Es ver cómo esa persona que amabas y con la que no podías estar, se marchaba de tu vida diciendo un «hasta siempre» que quedaría guardado siempre en la bóveda de tus más profundos recuerdos. Es saber que no la verás más porque ahora la oportunidad de volver a hacerlo está más remota que encontrar agua en el Sahara y que se acaben las guerras y la humanidad viva en paz para siempre.

¿Qué es enamorarse a los diecisiete años? Es conocer nuevas personas. Es ver cómo alguien más llega a llenar ese océano de vacío que habitaba tu corazón por razones aparentemente obvias. Es entrar a conocer uno al otro profundamente. Es regalarle una gata y que la llame «Pitbull». Es besarla en los arbustos mientras los demás duermen profundamente.

Lilly sigue aquí conmigo pero hemos tenido algunos inconvenientes en la relación. Ella no ha regresado a la escuela por una semana y supongo que es debido a que se fue a pasar sus vacaciones donde una tía. No hemos hablado en días y temo que algo malo le haya pasado. Aunque también creo que estoy sobreactuando la situación.

Nick no se ha pronunciado acerca de lo de Bridget por un largo tiempo. Pero parece estar un poco triste e ido, es decir, su cuerpo está aquí pero no sabemos dónde pueda estar su mente. Quizá en el hospital con Bridget. No lo sabemos a ciencia cierta pero hemos pensado ir a visitarla un día de estos, sin embargo nunca hemos llegado a un acuerdo.

Debo también contarte que me he empezado a sentir de esa manera de nuevo. A decir verdad, dejé de asistir al tratamiento con el psiquiatra hace mucho tiempo porque él dijo que «observaba avances significativos y que ya no era necesaria una cita quincenal a su oficina». Mamá no estuvo muy contenta con la decisión, sin embargo semanas después olvidó lo que éste había dicho y todo quedó como si jamás hubiese pasado algo.

Mi hermano sigue en la universidad y le va bien en el fútbol. El otro día llamó a casa para avisar que ha sacado buenas notas en el segundo semestre y que puede que regrese a casa en las vacaciones de invierno para una cena que «correrá por su cuenta». Creo que con eso quiso decir que está trabajando horas extras cuando sale de la universidad y está ganando dinero. No lo dijo pero papá asumió que así fuese y está orgulloso de él aunque no lo expresa. Siempre ha sido un hombre de esos de antaño que no se sienten orgullosos de expresar sus sentimientos y los sabes perfectamente. Aunque, cuando tiene demasiada ira, nadie lo logra reconocer porque no parece él mismo. Recuerdo aquella vez que encontró que el niño que se había mudado recién a la casa de al lado cuando yo era pequeño; me había besado. Él dijo que no lo quería ver más en nuestro jardín primero, porque era muy mayor para jugar conmigo (tenía doce) y segundo, porque «su madre era una irresponsable por permitir tal aberración». Creo que no se le da muy bien eso del pensamiento gay que hoy es tan trascendental. Yo no sabía lo que el niño hacía porque tenía como ocho o nueve años. Lo recuerdo porque mamá me refiere la historia de vez en cuando y ya se me ha quedado grabado.

Creo que en esos años, de haber sabido que no los volvería a tener en toda mi vida, los hubiese aprovechado al máximo. Hubiese tenido muchos amigos y creo que así hubiese sido feliz.

Otra vez me estoy sintiendo de esa manera. ¿Sabes? Conozco a personas que les gusta sentirse así por mero gusto o satisfacción. A veces no comprendo a la gente porque mientras unos sólo queremos ser felices, otros entristecen su vida con melancolías y cosas así; recordando el pasado, viviendo el pasado. Pero creo que estoy siendo algo hipócrita conociendo que aunque quise olvidar a los chicos, y aunque no te escribía sobre ellos muy a menudo; ellos siempre estuvieron allí, acompañándome en mis sueños por las noches, en mis caminatas durante el amanecer, en mis miradas hacia el techo de mi habitación en la medianoche y en mi mente cada minuto. No se han ido.

Ahora que Lilly no está y que ella era quien me acompañaba en estos momentos, trato de hacerme a la idea de que tanto ella como Sam y Patrick, son una manada de mariposas monarcas que migran al sur cuando el frío y triste invierno se acerca en busca del calor que le ofrecen tierra nuevas en el horizonte; y que al cabo de unos meses regresarán por la misma ruta por la que alguna vez se marcharon.

Pero, pasa un instante y me pongo a pensar que tal vez Lilly sí pertenezca a esa manada de mariposas monarcas que se van pero que pronto regresarán, pero luego veo que los chicos pudieron haberse perdidos o una corriente de viento inesperada rompió sus alas y cayeron al vacío encontrando tierras desconocidas pero que pronto se adaptaron y sus alas volvieron a nacer.

Todas las alas son frágiles y más las de las personas. Más aún cuando has pasado por una vida no demasiado convencional. También empiezo a creer que mis alas están debilitándose y pronto caeré al vacío. No quiero que eso pase pero tampoco sé cómo no hacer que pase.

Con mucho cariño,

Charlie

Las Ventajas de Ser Invisible 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora