27 de noviembre de 1.993
Querido amigo:
El tercer año es una cosa de locos. Creo que no había tenido un espacio para contarte las últimas novedades del instituto. La única y más importante, quizá, es que ya hemos cambiado de director. Nadie sabe exactamente cuáles fueron los motivos exactos de por qué Small fue retirado de su cargo. Corren rumores por los pasillos sobre que él solía coquetear con alumnas de cuarto año, lo cual me parece repugnante; que trataba mal a los profesores y el último que es el más repugnante de todos era que una chica de cuarto año de hace algunos años atrás, accedió a salir con él para poder graduarse. No sé si serán del todo cierto pero tampoco quiero entrar en detalles sobre el asunto.
Entre otras cosas acerca del instituto, debería mencionar que ahora hay una profesora muy linda que enseña educación física. Mariah dice que posiblemente sea gay porque a algunas mujeres, si no muchas para no generalizar, no les llama la atención los deportes. Yo personalmente no estoy de acuerdo con eso y Nick dice que tampoco está de acuerdo y que Julianne es muy atractiva, lo cual comparto. Ella está enseñando en tercer año y, por ende, a nosotros. Dice que «hay que reformar los deportes tradicionales del instituto» y creo que se refería al fútbol. Digo, ¿es que acaso puedes llegar a un lugar nuevo y cambiar todo lo ya existente? Para ser honesto creo que la tiene bien difícil debido a que eso es una tradición de generaciones en el instituto. Sin embargo, es la esposa del nuevo director, Mike, y creo que tiene todas las de ganar. Eso me parece divertido en algún modo.
No te imaginarás la cara de alegría de Nick cuando se enteró que la profesora Julianne fue jugadora profesional de voleibol. Jamás supe que a Nick le gustara el voleibol. Y por cómo te estoy diciendo las cosas creo que ya habrás imaginado qué deporte piensa Julianne establecer como el principal en el instituto a partir de ya. A pesar de que ya se aproximan las vacaciones de invierno, Nick se siente muy contento y dice que por primera vez se siente ansioso de volver a clases por empezar a jugar. A propósito, Nick ya se ha enterado de lo Sam y Patrick y me ha dicho lo mismo de siempre.
Por otro lado, ¿recuerdas aquella protesta que estábamos planeando unos días antes de que Lilly se marchara? Pues debo decirte que muy lamentablemente no dio frutos. El Ayuntamiento dio vía libre para que se construyese esa estación de gasolina en el parque del centro. Pensar en muchos niños a los que les arrebataron la diversión que les proporcionaba el parque esa tarde, me hace odiar la política y sus estúpidas leyes. Nick se encuentra muy furioso y dice que la próxima manifestación no será tan pacífica si siguen aprobando leyes locales que afecten al ambiente y los niños. Ahora pretende que ningún automóvil de la ciudad vaya a reabastecerse a esa sucursal de la empresa de gasolina, lo cual me parece un tanto absurdo debido a que hay miles de autos en la ciudad pero, como es Nick, no creo que le quede grande. Ha planeado elaborar unos anuncios y tomar como ejemplo en la narrativa de los anuncios a los hijos de los conductores a los cuales les quitaron la diversión por colocar la estación en el viejo parque Roosevelt y le ha funcionado.
El otro día mientras estábamos en su casa para la última reunión del club de Greenpeace que hicimos, me dijo:
—Charlie, mientras tú estás yendo al psiquiatra te pierdes de toda la diversión.
—Lo siento, chicos. Pero he oído que lo han hecho muy bien.
—Muy bien es poco, Charlatán —me hizo recordar a mi hermano—. Nos ha ido de maravilla. Los volantes que imprimimos los repartimos en los semáforos y las personas creyeron en nosotros, de manera que no han ido muchos clientes a abastecerse a la estación Roosevelt.
—Espera, ¿cómo sabes eso? —le preguntó Bradley.
—¿Es que acaso no han visto el periódico de esta mañana?
Todos se miraron las caras y respondieron al unísono:
—No.
Nick no pareció satisfecho con la respuesta de los chicos:
—¡Oh, por la madre naturaleza! ¿Qué clase de activistas tengo como amigos y compañeros de club?
Es gracioso la manera que cambia el convencional «¡oh, por Dios!» por el «¡oh, por la madre naturaleza!». ¿Te había contado que Nick es agnóstico? Es algo así como una corriente filosófica que siguen aquellas personas que ni son ateos pero tampoco sienten la necesidad de probar que Dios existe. Es algo más o menos así. Cada vez me impresiona más y eso que creía saber todo sobre él.
—Pues somos tus amigos activistas —dijo Bradley.
—Los que te prestaron dinero para imprimir los volantes. A propósito, me debes veinte dólares —continuó Mariah entre risas, lo que ocasionó que todos en la habitación, incluso Nick, rieran también.
—La madre naturaleza te los pagó por el simple hecho de darte la vida, parásito procariota —le contestó Nick entre risas.
No sabía si reírme o guardar silencio debido a que no entendí el chiste. La verdad, no recuerdo la diferencia entre las células procariotas y eucariotas. En todo caso, a Mariah pareció no molestarle y rió así que yo también reí, pero mesuradamente.
—Pues bien, en el periódico anunciaron que la estación de Roosevelt no había registrado muchas ganancias en los últimos días debido a que no había afluencia de clientes —Nick comenzó a reírse y ese fue el indicio de que al final todo había salido como esperaba.
—¡Mamá! —Nick gritó.
—Dime, parásito procariota —ahí me di cuenta de dónde venía tan mal chiste.
—¿Podrías hacernos limonada a mis amigos y a mí, por favor?
—Ya bajo —gritó la mamá desde la cocina.
Esa es nuestra forma de celebrar, bebiendo limonada. Y de hecho creo que es la mejor opción para que Nick dejara el alcohol, así como yo dejé el cigarrillo. De igual forma, no creo que le hubiese gritado a su madre desde el sótano pidiéndole cervezas. No me cabe en la cabeza.
Cuando todos se fueron para sus casas, me quedé en casa de Nick con Bradley. Y por si te estás preguntando qué pasó con Sue después de que se enterara que Nick se sentía atraído por él, pues lamentablemente debo decirte que se alejó de nosotros a las pocas semanas que termináramos de organizar el baile de graduación. Y digo lamentablemente por él porque no pensé que fuese homofóbico y que fuese a tomar esa decisión tan drástica. Siento pena por él. Nick ya no le da importancia. En todo caso, me quedé con Nick para preguntarle acerca de lo del voleibol y por qué jamás me contó eso antes.
—Charlie, sucede que en el instituto no se jugaba ese deporte y pues, ¿qué ganaba con mencionarlo?
—Sí, además no jugamos desde que íbamos como en octavo grado —dijo Bradley.
—¿Entonces ustedes dos juegan? —pregunté.
—Sí, estábamos en el mismo equipo en octavo grado. Hasta jugábamos contra otras escuelas y eso.
—Radical —dije.
—Oí que el otro año planean hacer un torneo en el instituto gracias a Julianne y los equipos serán mixtos —dijo Bradley.
—Amo a Julianne, ¿saben? —dijo Nick.
—No seas asqueroso, Nick. ¡Hasta tiene esposo! ¿O es que acaso quieres que el director Mike te expulse? —le respondió Bradley.
—No seas tonto, Bradley. Charlie, ¿te gustaría formar un equipo con nosotros? Sólo nos faltaría buscar a tres más.
—El problema es que no sé jugar. Jamás había jugado eso antes.
—Nosotros te enseñaremos. Hay un parque cerca que tiene una cancha y podemos ir con todo el club. Llamaremos al equipo «GreenVolley».
Nick se veía muy emocionado. Y, aunque no sé cómo me irá con esto de jugar, no quise despreciar la oportunidad de hacerlo feliz por unos momentos atendiendo a todo lo que él me había ayudado después de lo de Lilly. Yo accedí porque de hecho, no creo que sea muy difícil. O eso creo.
Con cariño,
Charlie
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Las Ventajas de Ser Invisible 3
Teen FictionCharlie y su mente se embarcan una última vez en un mundo lleno de amigos, experiencias, decepciones y despedidas. Crecer es sólo parte del camino, aprender es una decisión personal.