Capítulo 5

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13 de noviembre de 1.993

Querido amigo:

Ojalá no estés preocupado por mí o por si voy a estar bien después de lo que pasó la última vez que te escribí. Ese es uno de los motivos por el cual te estoy escribiendo ahora, para hacerte saber que me encuentro bien y para que tú no te preocupes.

A pesar de todo lo que ha sucedido, estoy muy agradecido con Nick por haberme ayudado de alguna forma a superar todo esto. Aunque no quisiera llamarlo «superar» como tal porque, de hecho, aún recuerdo el día que Lilly se marchó sin dejar ninguna pista como si fuese sido ayer; es más bien como que me ayudó a pasar por todo esto. Verás, ha estado tratando de hablar conmigo todas estas semanas, ha estado yendo a mi casa a visitarme y preguntarme cómo estoy. Me he puesto a pensar si ha sido algo egoísta de mi parte el no preguntarle a él cómo se siente después de que ha pasado mucho desde la última vez que vio a Bridget. Prometo que le preguntaré la próxima vez que venga.

Es increíble que ya haya pasado un año desde que Lilly y yo bailamos en aquella fiesta de exalumnos que organizó el instituto y también un año desde que Sam y Patrick estuvieron aquí y fue casi como en los viejos tiempos. A propósito que hablo de ellos, quisiera decirte que he estado recibiendo correo estas últimas semanas. Te preguntarás por qué no lo había mencionado anteriormente pero simplemente no me pareció el momento indicado.

Para serte honesto, ni siquiera sé si debería citarte ese correo porque alguna vez creo haber prometido no darle más vueltas al asunto pero, indiscutiblemente, es algo que ya no va conmigo. Me sigo preguntando cómo esto puede ser tan importante en mi vida y cómo es capaz de hacerme sentir de esta manera si cuando estaba pequeño le daba la menos importancia posible a las cosas a mi alrededor. Sam y Patrick han regresado. Pero no en la forma que yo esperaba. El último correo que recibí fue este:

«Charlie:

Siento mucho no haberte escrito en mucho tiempo pero sólo quería que el tiempo se encargara de facilitar las cosas. La última vez que nos vimos todo no salió bien y me temo que haya sido así. ¿Aún sigues con Lilly? Si es así, me alegra mucho. Sin embargo, debo decirte que por acá las cosas no marchan bien. El padre del bebé finalmente nos dejó abandonados y ahora Patrick hace las veces de padre. Es muy raro en realidad. Pero no te preocupes, él aún sigue respondiendo por las cosas de manutención y eso, además nuestros padres también nos ayudan y aquí encontré trabajo de profesora de inglés y enseño en cuarto grado. Los niños están muy contentos y he aprendido algo de español. Cuando regrese a Estados Unidos en las vacaciones de navidad, te mostraré algo de lo que he aprendido y también conocerás a mi bebé.

Con cariño,

Sam.»

La carta tenía adjunta una fotografía del bebé de Sam, aunque aún no sé su nombre. Estaba firmada con la letra de ella y tenía un beso pintado. Dijo que regresaría para las vacaciones de navidad y no sé si eso será una buena idea. Aún no se lo he contado a Nick porque no sé cómo lo tome él debido a cómo estuve en los días siguientes cuando me enteré que Sam estaba embarazada. Me pregunto si Sam estará frustrada porque casi podría jurar que esa no era la vida que ella anhelaba para esta edad. Sé que no se casaría por la iglesia porque ella era de esas que dice que «en este mundo un papel firmado vale más que las palabras de un cura» y en parte tiene razón porque lo he vivido en carne propia, papá es abogado. Me preocupa la forma en la que escribe Sam, puede que ahora suene absurdo esto pero tengo la capacidad de presumir el estado de ánimo de una persona por la manera en cómo escribe, y Sam no está pasando por sus mejores momentos.

He estado yéndome a dormir muy tarde estas últimas noches desde que recibí esa carta debido a que siempre me quedo mirando el techo, pensando en si será bueno que regresen. ¿Es que acaso ya todo no está bien así como está? Pienso de igual forma que es algo egoísta e irracional que piense que soy feliz sin ellos porque de hecho no es así y tú mismo te has dado cuenta de eso. Sí, las cosas no están bien, no pintan bien y la realidad es que no sé si vayan a estar bien en los próximos días.

Las visitas al psiquiatra continúan. Mamá y papá me obligan a ir porque ellos encontraron esa correspondencia y la leyeron mucho antes que yo, entonces no creen que la venida de Sam y Patrick sea una buena idea por cómo están las cosas; se enteraron que Lilly se fue de la ciudad con Martha y ni siquiera dijo adiós. Aunque recuerdo que Lilly me dijo que las despedidas ya no existían para ella entonces asumo que el «te amo» de aquella noche actuó como tal, como promesa y como despedida a la vez. En fin, he tenido que volver al proceso de «catarsis» que recomiendan esas personas con batas blancas y oficinas bonitas. He tenido que contar todo lo que me ha sucedido con respecto a Lilly, Patrick y Sam. El psiquiatra me ha dicho que debo aprender a diferenciar de lo que me hace bien y mal y actuar acorde a eso. La verdad no sé si signifique que no debo atender la visita de Sam y Patrick o que me olvide de Lilly o viceversa. Todo es tan confuso.

Entre otras cosas, no me había puesto a pensar en que la música me ha ayudado mucho estos últimos días. ¿Sabes? Es como un paraíso terrenal, todo me parece más claro cuando me encuentro en mi habitación, cuando no hay nadie en ella, cuando es media noche y sólo se escucha el viento y cuando estoy en mi cama. A decir verdad, te recomendaría si en algún momento estás pasando por un momento así —que espero que nunca te pase— hagas lo mismo. Sin embargo, sólo funciona si estás cuestionando tu existencia de algún modo porque cuando estás feliz escuchas música; pero cuando estás triste, entiendes las letras.

Con mucho cariño,

Charlie

Las Ventajas de Ser Invisible 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora